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Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Salmos 106-107

El Dios de Israel

¡Aleluya!

Den gracias al SEÑOR, porque él es bueno;
    su fiel amor dura para siempre.
¿Quién puede describir lo grande que es el SEÑOR?
    ¿O alabar a Dios de la manera que él merece?
Afortunados los que practican la justicia
    y siempre hacen lo que es justo.
SEÑOR, recuérdame cuando tengas compasión de tu pueblo;
    fíjate en mí cuando traigas salvación,
para que yo vea la prosperidad de tus elegidos;
    me alegre y llene de orgullo de la gente que es tu propiedad.

Hemos pecado al igual que nuestros antepasados;
    hemos actuado mal e hicimos cosas malas.
Nuestros antepasados en Egipto
    no apreciaron los milagros que hiciste;
    olvidaron las numerosas obras de tu fiel amor.
Allí junto al mar Rojo,
    nuestros antepasados te dieron la espalda.
Pero Dios los salvó por el prestigio de su nombre
    para mostrar su gran poder.
Reprendió al mar Rojo y se secó;
    y los llevó por el mar profundo
    como si pasaran por un desierto.
10 Los libró de sus enemigos,
    del poder de quienes los odiaban.
11 Las aguas sepultaron a sus enemigos
    y no quedó ni uno vivo.
12 Entonces ellos creyeron en sus promesas
    y le entonaron canciones de alabanza.

13 Pero pronto se olvidaron de lo que Dios hizo por ellos;
    no prestaron atención al consejo que Dios les dio.
14 Nuestros antepasados tuvieron deseos desordenados,
    y pusieron a prueba a Dios en el desierto.
15 Dios les dio lo que le pidieron,
    pero también les dio una enfermedad terrible.

16 Tuvieron envidia de Moisés en el campamento,
    y de Aarón el consagrado del SEÑOR.
17 La tierra se abrió y se tragó a Datán;
    se cerró y cubrió al grupo de Abirán.
18 Después, el fuego consumió a ese grupo,
    quemó a todos esos perversos.

19 Hicieron un becerro en el monte Horeb
    y se postraron ante una imagen de fundición.
20 Cambiaron al Dios glorioso
    por la imagen de un toro que come hierba.
21 Dios salvó a nuestros antepasados,
    pero ellos se olvidaron de él.
    Se olvidaron de los milagros que Dios hizo en Egipto,
22 de las maravillas que hizo en el país de Cam
    y de las cosas asombrosas que hizo en el mar Rojo.
23 Dios quiso destruirlos,
    pero Moisés, su elegido, se puso entre Dios y el pueblo.
Aunque Dios estaba furioso,
    Moisés evitó que destruyera a su pueblo.

24 Sin embargo, esa gente se negó a entrar en la tierra hermosa;
    no creían en las promesas de Dios.
25 En sus carpas se quejaban del SEÑOR
    y se negaron a obedecer lo que les ordenaba.
26 Entonces Dios levantó su mano
    para que murieran en el desierto,
27 para que sus descendientes cayeran ante sus enemigos,
    y para dispersarlos entre las naciones.

28 Luego, se unieron en la adoración de Baal Peor,
    y comieron de lo sacrificado a los muertos[a].
29 Provocaron a Dios con sus hechos,
    y les cayó una plaga.
30 Pero Finés decidió hacer lo que era necesario y correcto,
    y la plaga se detuvo.
31 Dios le tomó en cuenta lo que hizo
    y lo consideró un acto de justicia,
    para siempre y de generación en generación.

32 Hicieron enojar al SEÑOR en Meribá
    y por culpa de ellos le fue muy mal a Moisés,
33 pues lo importunaron tanto
    que él habló sin pensar.
34 No destruyeron a los pueblos
    que el SEÑOR les había dicho que destruyeran.
35 Al contrario, se mezclaron con los paganos
    y asimilaron sus costumbres.
36 Adoraron a los ídolos de ellos
    y eso se les convirtió en una trampa,
37 pues resultaron ofreciendo a sus propios hijos e hijas
    como sacrificio a esos demonios.
38 Derramaron sangre inocente,
    la de sus hijos e hijas
al sacrificarlos a los ídolos de Canaán.
    La tierra se contaminó con su sangre.
39 Contaminaron su vida
    y se prostituyeron con todas sus maldades.

40 El SEÑOR se enojó con su pueblo,
    se cansó de la gente que heredó.
41 Los entregó a otras naciones;
    dejó que sus enemigos los gobernaran.
42 Los enemigos los oprimieron
    y bajo su poder fueron humillados.
43 Dios salvó a su pueblo muchas veces,
    pero ellos se pusieron en contra de él
    y se hundieron en su maldad.
44 Pero al verlos llenos de angustia
    y al escuchar sus gritos pidiendo ayuda,
45 Dios recordó el pacto que había hecho con ellos,
    y debido a su fiel amor cambió de parecer.
46 Hizo que sus opresores
    les tuvieran compasión.
47 Sálvanos, SEÑOR Dios nuestro,
    reúnenos de entre las naciones
para agradecer a tu santo nombre
    y alabarte con orgullo.

48 Bendito sea el SEÑOR, Dios de Israel,
    que siempre ha vivido y siempre vivirá.
Y todo el pueblo dijo: «Así sea».

¡Aleluya!

Libro 5

(Salmos 107-150)

Agradezcan al Señor

Den gracias al SEÑOR, porque él es bueno;
    su fiel amor dura para siempre.
Que lo repitan los que el SEÑOR ha salvado;
    que lo alaben los que él rescató de sus enemigos,
los que se han reunido de muchas tierras,
    de oriente a occidente y de sur[b] a norte.

Ellos vagaban por el desierto buscando una ciudad donde vivir,
    pero no la encontraban.
Estaban débiles a causa del hambre y la sed,
    y a punto de morir.
Entonces en su angustia pidieron ayuda al SEÑOR,
    y él los libró de sus dificultades.
Dios los llevó directo
    a la ciudad donde vivirían.

Den gracias al SEÑOR por su fiel amor,
    y porque él hace hasta lo imposible a favor de los seres humanos.
Dios calma la sed del sediento,
    y le da comida al que tiene hambre.

10 Se encontraban en la más profunda oscuridad,
    presos, deprimidos y encadenados.
11 Es que se habían rebelado contra los mandatos de Dios;
    rechazaron el consejo del Altísimo.
12 Dios los hizo sufrir por lo que hicieron;
    tropezaron y cayeron,
    y no hubo nadie que los ayudara a levantarse.
13 Entonces en su angustia pidieron ayuda al SEÑOR,
    y él los libró de sus dificultades.
14 Dios los sacó de esa profunda oscuridad
    y rompió sus cadenas.

15 Den gracias al SEÑOR por su fiel amor,
    y porque él hace hasta lo imposible a favor de los seres humanos.
16 Denle gracias porque derribó puertas de bronce
    y partió barras de hierro para liberarlos.
17 Algunos tontos se rebelaron contra Dios
    y sufrieron las consecuencias de sus maldades.
18 Su estómago rechazó todo alimento
    y por poco mueren.
19 Entonces en su angustia pidieron ayuda al SEÑOR,
    y él los libró de sus sufrimientos.
20 Dios dio la orden y los sanó,
    los libró de la muerte.

21 Den gracias al SEÑOR por su fiel amor,
    y porque él hace hasta lo imposible a favor de los seres humanos.
22 Presenten ofrendas de agradecimiento[c]
    y cuenten con gritos de alegría lo que él ha hecho.
23 Hubo quienes salieron a cruzar el mar en barcos;
    se fueron a atravesar el océano para comerciar,
24 y vieron las obras que hace el SEÑOR,
    sus maravillas en alta mar.
25 Dios dio la orden y se desató una tormenta,
    las olas se hicieron cada vez más grandes;
26 fueron levantados hasta el cielo
    y arrojados a lo profundo del mar.
    Se marearon y vomitaron mucho;
27 resbalaban y caían como si estuvieran borrachos;
    de nada les servía su habilidad de navegantes.
28 Entonces en su angustia pidieron ayuda al SEÑOR,
    y él los libró de sus dificultades.
29 Cambió la tempestad en brisa;
    calmó las olas.
30 Se alegraron al ver el mar calmado,
    y Dios los guió al puerto deseado.

31 Den gracias al SEÑOR por su fiel amor,
    y porque él hace hasta lo imposible a favor de los seres humanos.
32 Alábenlo en el templo;
    alábenlo cuando se reúnan los ancianos líderes del pueblo.
33 Dios convirtió los ríos en desiertos,
    secó los manantiales.
34 Él convirtió la tierra fértil en tierra salitrosa
    por causa de la maldad de sus habitantes.
35 Pero también convirtió el desierto en laguna,
    e hizo salir manantiales de la tierra seca.
36 Llevó a esa tierra a los que estaban hambrientos,
    y allí ellos fundaron una ciudad para vivir.
37 Sembraron en sus campos, plantaron viñedos
    y tuvieron buenas cosechas.
38 Dios los bendijo, crecieron en número
    y su ganado no disminuyó.
39 Pero si mueren y su número disminuye
    es debido a la opresión, los males y el dolor.
40 Dios avergonzó a sus líderes
    y los hizo vagar por un desierto sin camino.
41 Pero rescató al necesitado de su aflicción
    e hizo crecer a sus familias como rebaños.
42 La gente honesta se da cuenta de esto y se alegra,
    pero los injustos no saben qué decir.
43 ¿Quién es sabio?
    El que tiene presente estas historias
    y entiende el fiel amor del SEÑOR.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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