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Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
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Isaías 42-44

Misión mundial del siervo del Señor

42 “He aquí mi siervo, a quien sostendré; mi escogido en quien se complace mi alma. Sobre él he puesto mi Espíritu, y él traerá justicia a las naciones. No gritará ni alzará su voz ni la hará oír en la calle. No quebrará la caña cascada ni apagará la mecha que se está extinguiendo; según la verdad traerá justicia. No se desalentará ni desfallecerá hasta que haya establecido la justicia en la tierra. Y las costas esperarán su ley”.

Así dice Dios el SEÑOR, el que crea los cielos y el que los despliega; el que extiende la tierra y sus productos, y el que da respiración al pueblo que está en ella y aliento a los que andan por ella: “Yo, el SEÑOR, te he llamado en justicia y te asiré de la mano. Te guardaré y te pondré como pacto para el pueblo, y como luz para las naciones, a fin de que abras los ojos que están ciegos y saques de la cárcel a los presos, y de la prisión a los que moran en las tinieblas. Yo, el SEÑOR; este es mi nombre. No daré mi gloria a otros ni mi alabanza a los ídolos. He aquí, ya sucedieron las cosas primeras; ahora les anuncio las cosas nuevas. Antes que salgan a luz, yo se las anuncio”.

Cántico de alabanza al Señor

10 Canten al SEÑOR un cántico nuevo,

su alabanza desde el extremo de la tierra, los que navegan en el mar y su plenitud; las costas y sus habitantes.

11 Alcen la voz el desierto y sus ciudades,

las aldeas donde habita Quedar. Canten de júbilo los habitantes de Sela, y griten desde la cumbre de los montes.

12 Den gloria al SEÑOR;

proclamen en las costas su alabanza.

13 El SEÑOR saldrá como valiente,

y como hombre de guerra

despertará su celo.

Gritará, ciertamente lanzará el grito; sobre sus enemigos prevalecerá.

El Señor redime a su siervo Israel

14 “Por mucho tiempo he callado; he guardado silencio y me he contenido. Pero ahora gemiré como la que está de parto, jadeando y resoplando a la vez. 15 Devastaré montes y colinas, y haré secar toda su hierba. Los ríos convertiré en islotes, y haré secar las lagunas. 16 Conduciré a los ciegos por un camino que no han conocido, y por sendas que no han conocido los guiaré. Delante de ellos transformaré las tinieblas en luz, y los lugares escabrosos en llanuras. Estas cosas haré por ellos y no los desampararé. 17 Serán vueltos atrás y en extremo avergonzados los que confían en ídolos y dicen a las imágenes de fundición: ‘Ustedes son nuestros dioses’.

18 “¡Sordos, oigan; y ciegos, miren para ver! 19 ¿Quién es ciego, sino mi siervo? ¿Quién es sordo, sino mi mensajero que he enviado? ¿Quién es ciego como el emisario y ciego como el siervo del SEÑOR? 20 Tú ves muchas cosas, pero no las guardas. Los oídos están abiertos, pero nadie escucha. 21 Sin embargo, el SEÑOR se ha complacido en hacer grande y gloriosa la ley a causa de su justicia”.

22 Pero este es un pueblo despojado y saqueado. Todos ellos han sido atrapados en hoyos y están escondidos en cárceles. Han sido objeto de despojo sin que haya quien los libre. Han sido objeto de saqueo sin que haya quien diga: “¡Restitúyanlos!”.

23 ¿Quién de entre ustedes oirá esto? ¿Quién atenderá y escuchará con respecto al porvenir? 24 ¿Quién entregó a Jacob al saqueador, y a Israel a los despojadores? ¿Acaso no fue el SEÑOR, contra quien hemos pecado? Ellos no quisieron andar en sus caminos ni obedecieron su ley. 25 Por tanto, Dios derramó sobre él el furor de su ira y la violencia de la guerra. Le prendió fuego en derredor; sin embargo, no entendió. Lo incendió, pero él no lo tuvo en cuenta.

43 Pero ahora, así ha dicho el SEÑOR, el que te creó, oh Jacob; el que te formó, oh Israel: “No temas, porque yo te he redimido. Te he llamado por tu nombre; tú eres mío. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y cuando pases por los ríos, no te inundarán. Cuando andes por el fuego, no te quemarás ni la llama te abrasará. Porque yo soy el SEÑOR tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador. A Egipto he entregado por tu rescate; a Etiopía y a Seba he dado por ti. Puesto que ante mis ojos tú eres de gran estima, y eres honorable, y yo te amo, daré hombres por ti, y pueblos por tu vida.

“No temas, porque yo estoy contigo. Del oriente traeré a tus descendientes, y del occidente te recogeré. Diré al norte: ‘¡Entrégamelos!’. Y al sur: ‘¡No los retengas!’ Trae de lejos a mis hijos, y a mis hijas de los confines de la tierra. A cada uno que es llamado según mi nombre y a quien he creado para mi gloria, yo lo formé. Ciertamente yo lo hice.

Misión de Israel como testigo

“Haz salir a un pueblo que es ciego, aunque tiene ojos, y que es sordo, aunque tiene oídos. Congréguense a una todas las naciones, y reúnanse todos los pueblos. ¿Quién de ellos hay que nos anuncie esto y que nos haga oír las cosas antiguas? Que se presenten sus testigos, y que se justifiquen; que escuchen, y digan: ‘Es verdad’.

10 “Ustedes son mis testigos, dice el SEÑOR; mi siervo que yo escogí, para que me conozcan y me crean, a fin de que entiendan que Yo Soy[a]. Antes de mí no fue formado ningún dios ni lo será después de mí. 11 Yo, yo el SEÑOR; fuera de mí no hay quien salve. 12 Yo anuncié y salvé; yo proclamé, y no algún dios[b] extraño entre ustedes. Ustedes son mis testigos, y yo soy Dios, dice el SEÑOR. 13 Aun antes que hubiera día, Yo Soy[c], y no hay quien pueda librar de mi mano. Lo que hago, ¿quién lo deshará?”.

El Señor libra a Israel de Babilonia

14 Así dice el SEÑOR, su Redentor, el Santo de Israel: “Por la causa de ustedes enviaré a Babilonia, y haré descender a todos como fugitivos; y aun a los caldeos en sus naves de placer. 15 Yo soy el SEÑOR, el Santo de ustedes, el Creador de Israel, su Rey”.

16 Así ha dicho el SEÑOR —el que abre camino en el mar, y senda en las aguas impetuosas; 17 el que saca al carro y al caballo y al ejército junto con su poderío, y yacen para no levantarse jamás; son extinguidos y apagados como una mecha—: 18 “No se acuerden de las cosas pasadas ni consideren las cosas antiguas. 19 He aquí que yo hago una cosa nueva; pronto surgirá. ¿No la conocerán? Otra vez les haré un camino en el desierto, y ríos en el sequedal. 20 Los animales del campo me honrarán; también los chacales y los avestruces. Porque daré aguas en el desierto y ríos en el sequedal para dar de beber a mi pueblo escogido. 21 Este es el pueblo que yo he formado para mí; ellos proclamarán mi alabanza.

El SEÑOR justifica por su gracia

22 “Sin embargo, no me invocaste, oh Jacob; sino que te cansaste de mí, oh Israel. 23 No me trajiste corderos como tus holocaustos ni me honraste con tus sacrificios. No te hice servir con ofrendas ni te fatigué con incienso. 24 No compraste para mí caña aromática por dinero ni me saciaste con el sebo de tus sacrificios. Más bien, me abrumaste con tus pecados; me fatigaste con tus iniquidades.

25 “Yo soy, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí, y no me acordaré más de tus pecados. 26 Házmelo recordar; entremos juntos a juicio. Habla tú para justificarte. 27 Tu primer padre pecó, y tus mediadores también han transgredido contra mí. 28 Por tanto, yo profané a los principales del santuario, y entregué a Jacob como anatema, y como oprobio a Israel.

44 “Y ahora escucha, oh Jacob, siervo mío; y tú, oh Israel, a quien yo escogí. Así ha dicho el SEÑOR, tu Hacedor, el que te formó desde el vientre y el que te ayudará: No temas, oh siervo mío Jacob; y tú, oh Jesurún, a quien yo escogí. Porque yo derramaré aguas sobre el suelo sediento, y torrentes sobre la tierra seca. Derramaré mi Espíritu sobre tus descendientesc, y mi bendición sobre tus vástagos. Brotarán comod entre la hierba, como los sauces junto a las corrientes de las aguas. Este dirá: ‘Yo soy del SEÑOR’, ese será llamado por el nombre de Jacob, y aquel escribirá sobre su mano: ‘Del SEÑOR’, y será llamado con el nombre de Israel”. Así ha dicho el SEÑOR, Rey de Israel, y su Redentor, el SEÑOR de los Ejércitos: “Yo soy el primero y yo soy el último, y fuera de mí no hay Dios.

¿Quién es como yo? ¡Que lo proclame! Que declare y relate delante de mí las cosas que han sucedido desde que establecí al pueblo antiguo, y declaren las cosas por venir. Sí, ¡declárenlas!

“No teman, ni tengan miedo. ¿No te lo hice oír y te lo dije desde antaño? Y ustedes son mis testigos. ¿Hay Dios aparte de mí? No, no hay otra Roca; no conozco ninguna”.

El Señor y la vanidad de la idolatría

Los que dan forma a las imágenes talladas, todos son solo vanidad; lo más precioso de ellos no sirve para nada. Y en cuanto a sus testigos, ellos mismos no ven ni conocen, para su propia vergüenza. 10 ¿Quién forma un dios o funde una imagen que para nada aprovecha? 11 He aquí que todos sus compañeros serán avergonzados, porque los mismos escultores solo son hombres. Que se reúnan todos y se pongan de pie; que teman y sean avergonzados a una.

12 El herrero toma una herramienta y trabaja sobre las brasas. Le da forma con el martillo y trabaja con la fuerza de su brazo. Luego tiene hambre, y le faltan las fuerzas; no bebe agua, y desfallece. 13 El carpintero tiende la regla, hace el trazo con un marcador, labra con el formón, traza con el compás y le da forma de hombre y de belleza humana, para colocarlo en una casa. 14 Corta cedros para sí; escoge una conífera o un roble y lo deja crecer entre los árboles del bosque. Planta un pino y la lluvia lo hace crecer. 15 Luego se sirve de ellos para hacer fuego. Toma uno y con él se calienta; prende fuego y cuece pan. Hace, además, un dios y lo adora; hace un ídolo y se postra ante él. 16 Quema parte del leño en el fuego y sobre él prepara carne asada, come y se sacia. Luego se calienta y dice: “¡Ah! Me caliento mientras contemplo el fuego”. 17 Después, lo que sobra lo transforma en la imagen tallada de un dios. Se postra ante él y lo adora, y le ruega diciendo: “¡Líbrame, porque tú eres mi dios!”.

18 No conocen ni entienden; porque sus ojos están tapados para no ver; también su corazón, para no comprender. 19 Nadie reflexiona; nadie tiene conocimiento ni entendimiento para decir: “Parte de esto quemé en el fuego y sobre sus brasas cocí pan, asé carne y comí. ¿He de convertir en una abominación lo que sobra de él? ¿Me he de postrar ante un tronco de árbol?”. 20 Se alimenta de ceniza; su corazón engañado lo desvía. No libra su alma ni dice: “¿Acaso no es una mentira lo que tengo en mi mano derecha?”.

21 “Acuérdate de estas cosas, oh Jacob; y tú, oh Israel, porque eres mi siervo. Yo te formé; tú eres mi siervo. Oh Israel, no me olvides. 22 He borrado como niebla tus rebeliones, y como nube tus pecados. Vuelve a mí, porque yo te he redimido”.

23 Canten loores, oh cielos,

porque el SEÑOR lo ha hecho. Griten con júbilo,

oh profundidades de la tierra. Prorrumpan en cántico, oh montes,

el bosque y todos sus árboles, porque el SEÑOR ha redimido a Jacob

y será glorificado en Israel.

Ciro es movido a restaurar Jerusalén

24 Así ha dicho el SEÑOR, tu Redentor; el que te formó desde el vientre: “Yo, el SEÑOR, hago todas las cosas. Yo solo despliego los cielos y extiendo la tierra, sin la ayuda de nadie. 25 Soy quien deshace las señales de los adivinos y enloquece a los magos. Soy quien hace volver atrás a los sabios y convierte en necedad su erudición. 26 Soy quien confirma la palabra de su siervo y cumple el plan de sus mensajeros. Soy quien dice a Jerusalén: ‘Serás habitada’; y a las ciudades de Judá: ‘Serán reedificadas; yo levantaré sus ruinas’. 27 Soy quien dice a las profundidades del mar: ‘¡Séquense!’ y ‘Yo secaré tus ríos’. 28 Soy quien dice de Ciro[d]: ‘Él es mi pastor’. Él cumplirá todo mi deseo al decir de Jerusalén: ‘Sea edificada’, y del templo: ‘Sean puestos tus cimientos’.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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