Book of Common Prayer
¡Que Dios te bendiga!
Al director. Canción de David.
1 Que el SEÑOR responda a tu llamado cuando estés en problemas.
Que el Dios de Jacob te proteja.
2 Que Dios te envíe ayuda desde su templo santo;
que te sostenga desde el monte Sion.
3 Que recuerde todas tus ofrendas
y acepte todos tus sacrificios. Selah
4 Que te dé todo lo que deseas
y haga realidad todos tus planes.
5 Cuando salgas victorioso, cantaremos llenos de alegría.
Festejaremos con banderas en alto para celebrar lo que Dios hizo.
¡Que el SEÑOR cumpla todas tus peticiones!
6 Estoy seguro de que el SEÑOR salvará a su rey elegido.
Dios responde desde el cielo sagrado a su rey elegido
y utiliza su poder para salvarlo.
7 Unos confían en sus carros de combate, otros en sus caballos;
pero nosotros confiamos en el nombre del SEÑOR nuestro Dios.
8 Los que no adoran a Dios serán derrotados,
pero nosotros saldremos victoriosos.
9 SEÑOR, ¡que nuestro rey salga victorioso en la guerra!
Respóndenos cuando te lo pedimos.
Dios bendice al gobernante fiel
Al director. Canción de David.
1 SEÑOR, el rey se alegra a causa de tu poder.
Lo haces feliz con la salvación que le brindas.
2 Le diste al rey lo que deseaba;
no le negaste nada de lo que pidió. Selah
3 Tú has bendecido al rey con bienes
y le has colocado en su cabeza una corona de oro.
4 Él te pidió la vida,
y tú le diste una vida larga y eterna.
5 Tú le diste la gloria con tu salvación;
le diste la majestad y el honor.
6 Lo hiciste inmensamente feliz
en tu presencia al haberlo aceptado y bendecido.
7 El rey confía en el SEÑOR
y por la fidelidad del Altísimo nunca fracasará.
8 Tu mano izquierda alcanza a tus enemigos;
tu mano derecha derrota con poder a quienes te odian.
9 SEÑOR, te harás presente con furia,
y consumirás a tus enemigos por completo como en un horno.
10 Todos los que acompañan a los enemigos de Dios serán destruidos.
Todos sus descendientes serán expulsados de la tierra.
11 Porque hicieron sus planes contra ti;
tramaron todo, pero no lo lograron nada.
12 Porque tú los harás huir
utilizando contra ellos el arco.
13 SEÑOR, levántate y muestra tu poder;
con música y canto celebraremos tu grandeza.
La promesa del Señor
Canción de David.
1 El SEÑOR le dijo a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
hasta que ponga a tus enemigos
bajo tu poder».
2 El SEÑOR extenderá desde Sion la autoridad de tu reino[a]
hasta que domines a tus enemigos.
3 De buena gana tu pueblo se ofrecerá
cuando juntes tu ejército.
Sobre las montañas sagradas los conducirás;
se reunirán temprano en la mañana;
te rodearán y no se apartarán de ti.
4 El SEÑOR hizo una promesa
y no se echará atrás:
«Serás sacerdote para siempre,
de la misma manera que Melquisedec».
5 El Señor está a tu derecha,
y el día de su enojo hará pedazos a los reyes.
6 Dios juzgará a las naciones;
amontonará cadáveres;
quebrará cabezas en toda la tierra.
7 Por el camino, beberá agua de un arroyo,
y por tanto recobrará su fuerza.[b]
[c]
El Señor ha hecho bien a su siervo
1 Amo al SEÑOR
porque escucha mis oraciones;
2 me escucha cuando le pido ayuda.
Por eso le seguiré pidiendo toda mi vida.
3 La muerte me enredó con sus cuerdas,
el lugar de los muertos ya me estaba encerrando.
Estaba yo lleno de angustias y sufrimientos.
4 Entonces llamé al SEÑOR y le pedí ayuda.
Dije: «¡SEÑOR, sálvame, te lo ruego!»
5 El SEÑOR es compasivo y justo;
nuestro Dios es misericordioso.
6 El SEÑOR protege a la gente sencilla;
me quedé sin fuerzas y él me salvó.
7 Me dijo a mi mismo: «Confía de nuevo en Dios»,
que el SEÑOR ha sido bueno contigo.
8 Dios mío, tú me salvaste de la muerte;
secaste las lágrimas de mis ojos
y no me dejaste caer.
9 Seguiré haciendo lo que le agrada al SEÑOR
aquí en la tierra de los vivos.
10 Aunque pensaba: «Qué desgraciado soy»,
seguí creyendo en él.
11 Desesperado pensaba
que todos los seres humanos son unos mentirosos.
12 ¿Cómo le puedo pagar al SEÑOR
por todo el bien que me ha hecho?
13 Él me salvó, así que brindaré por él,
y alabaré el nombre del SEÑOR.
14 Cumpliré frente a todo el mundo
las promesas que le hice al SEÑOR.
15 Para el SEÑOR es muy dolorosa
la muerte de uno de sus fieles.
16 SEÑOR, yo soy tu siervo,
hijo de una sierva tuya.
Tú has roto mis cadenas.
17 Te haré mi ofrenda de agradecimiento;
invocaré el nombre del SEÑOR.
18 Cumpliré frente a todo el mundo
las promesas que le hice al SEÑOR,
19 en los patios del templo del SEÑOR,
en medio de ti, Jerusalén.
¡Aleluya!
El fiel amor del Señor es inmenso
1 Alaben al SEÑOR,
todas las naciones y todos los pueblos;
2 porque su fiel amor por nosotros es inmenso
y la lealtad del SEÑOR es eterna.
¡Aleluya!
Muerte de Moisés
34 Moisés subió al monte Nebo desde las llanuras de Moab, a la cumbre del monte Pisgá, que está diagonal a Jericó. El SEÑOR le mostró toda la tierra: desde Galaad hasta Dan; 2 todo Neftalí; la tierra de Efraín y Manasés; toda la tierra de Judá hasta el mar occidental; 3 el Néguev y la llanura que es el valle de Jericó, la ciudad de las palmeras, hasta Zoar. 4 Luego el SEÑOR le dijo a Moisés: «Esta es la tierra que les prometí a Abraham, a Isaac y a Jacob. Yo dije: “Les daré esta tierra a tus descendientes”. Te he dejado verla con tus ojos, pero no cruzarás hasta allá».
5 Luego Moisés, el siervo del SEÑOR, murió en la tierra de Moab como el SEÑOR lo había dicho. 6 Lo enterró en el valle en la tierra de Moab cerca de Bet Peor, pero aun hoy en día nadie sabe exactamente dónde está la tumba de Moisés. 7 Moisés tenía 120 años de edad cuando murió. Estaba tan fuerte como siempre y podía ver con claridad. 8 Los israelitas lloraron a Moisés durante 30 días en las llanuras de Moab, así cumplieron el tiempo de llanto y luto por Moisés.
Josué se convierte en el nuevo líder
9 Entonces Josué hijo de Nun se llenó de espíritu de sabiduría porque Moisés había puesto las manos sobre él. Los israelitas lo escucharon a él e hicieron lo que el SEÑOR le había mandado a Moisés.
10 Pero nunca hubo otro profeta en Israel como Moisés, con quien el SEÑOR tratara cara a cara, 11 ni que hiciera todas las señales y los milagros que el SEÑOR le mandó hacer a Moisés en Egipto contra el faraón, contra todos sus funcionarios y contra todo su país. 12 No hubo nadie con tanto poder como el que Moisés demostró en todos los hechos grandiosos e increíbles que hizo a la vista de todo Israel.
14 Pero, ¿cómo van a confiar en el Señor si no han oído hablar de él? ¿Y cómo van a oír de él si no hay quien les cuente el mensaje? 15 (A)¿Y cómo van a contar el mensaje si no hay quien los envíe? Como está escrito: «¡Son tan hermosos los pies de los que anuncian las buenas noticias!»[a]
16 (B)No obstante, no todos ellos hicieron caso de las buenas noticias. Por eso Isaías pregunta: «Señor, ¿quién ha creído nuestro mensaje?»[b] 17 Así que la fe es el resultado de oír el mensaje. La gente oye el mensaje cuando alguien le habla de Cristo. 18 (C)Pero yo pregunto: ¿Será que el pueblo de Israel no oyó nuestro mensaje? Claro que sí.
«Sus voces se han oído en toda la tierra,
y sus palabras han llegado
a todos los rincones del mundo».[c]
19 (D)Yo pregunto nuevamente: «¿El pueblo de Israel no entendió?» Claro que entendió. Primero, Moisés dijo de parte de Dios:
«Haré que ustedes sientan celos de gente que no es en realidad una nación.
Usaré una nación ignorante para que les dé ira a ustedes».[d]
20 (E)Luego Isaías se atrevió a decir de parte de Dios:
«Los que no me estaban buscando, me encontraron.
Me aparecí ante los que no preguntaban por mí».[e]
21 (F)Sin embargo esto es lo que dice Dios acerca de Israel:
«Durante todo el día he esperado a este pueblo,
pero es gente desobediente que no quiere seguirme».[f]
32 »Aprendan la lección de la higuera: Tan pronto como sus ramas se vuelven tiernas y sus hojas se abren, ustedes saben que se acerca el verano. 33 Así también, cuando vean suceder todo esto,[a] sabrán que el tiempo está cerca, a la puerta. 34 Les digo la verdad: todo esto sucederá antes de que muera esta generación. 35 El cielo y la tierra no durarán para siempre, pero mis palabras sí.
Sólo Dios sabe cuándo será el momento
(Mr 13:32-37; Lc 17:26-30, 34-36)
36 »Nadie sabe cuándo será el día o la hora, ni siquiera los ángeles del cielo, ni el Hijo mismo. Solamente lo sabe el Padre.
37 »La venida del Hijo del hombre será como en los días en que vivió Noé. 38 En aquellos días antes del diluvio, la gente comía y bebía, se casaba y daba a sus hijos en casamiento hasta el día en que Noé entró en el arca. 39 Como ellos no sabían lo que iba a pasar, vino el diluvio y los arrastró a todos. Así será cuando venga el Hijo del hombre. 40 En esos días, dos hombres estarán trabajando en un terreno. Uno de ellos será llevado y el otro será dejado. 41 Dos mujeres estarán moliendo. Una de ellas será llevada y la otra será dejada.
42 »Por lo tanto, ustedes manténganse alerta porque no saben qué día va a venir su Señor. 43 Y recuerden esto: si el dueño de una casa supiera a qué hora viene el ladrón, se quedaría despierto y no dejaría que el ladrón entrara a su casa. 44 Por eso tienen que estar listos, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora menos pensada.
Los siervos reciben lo que merecen
(Lc 12:41-48)
45 »¿Quién es, pues, el siervo responsable y digno de confianza? El señor de la casa le encarga a un siervo la responsabilidad de dar de comer a los demás a su debido tiempo. ¿Cuál es el siervo en quien confía el dueño para hacer ese trabajo? 46 ¡Qué afortunado aquel siervo que cuando su señor regresa, lo encuentra cumpliendo su deber! 47 Digo la verdad: el patrón lo pondrá a cargo de todas sus cosas. 48 Por otra parte, supongan que ese siervo es malo y se dice a sí mismo: “Mi señor se va a demorar”. 49 Comienza a pegarles a los demás siervos y a comer y a emborracharse con otros como él. 50 Su señor volverá el día en que menos se lo espere y a la hora en que menos se lo imagine. 51 Lo cortará en pedazos como ocurre con los hipócritas. Mueren entre el dolor, llantos y el crujir de dientes.
© 2005, 2015 Bible League International