Book of Common Prayer
La gloria de Dios creador
Al músico principal; sobre Gitit. Salmo de David.
8 ¡Oh Jehová, Señor nuestro,
Cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra!
Has puesto tu gloria sobre los cielos;
2 Por boca de los niños y de los que maman, afirmas tu fortaleza frente a tus adversarios,
Para hacer callar al enemigo y al rebelde.
3 Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos,
La luna y las estrellas que tú formaste,
4 Digo: ¿Qué es el hombre, para que de él te acuerdes,
Y el hijo del hombre, para que cuides de él?
5 Le has hecho un poco inferior a los ángeles,
Y lo coronaste de gloria y de honra.
6 Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos;
Todo lo pusiste bajo sus pies:
7 Ovejas y bueyes, todo ello,
Y aun las bestias salvajes,
8 Las aves de los cielos y los peces del mar;
Todo cuanto surca las sendas de las aguas.
9 ¡Oh Jehová, Señor nuestro,
Cuán grande es tu nombre en toda la tierra!
Dios, el Rey de toda la tierra
Al músico principal. Salmo de los hijos de Coré.
47 Pueblos todos, batid palmas;
Aclamad a Dios con gritos de júbilo.
2 Porque Jehová el Altísimo es temible;
Rey grande sobre toda la tierra.
3 Él someterá a los pueblos de bajo de nosotros,
Y a las naciones debajo de nuestros pies.
4 Él nos elegirá nuestras heredades;
La gloria de Jacob, al cual amó.
Selah
5 Sube Dios entre aclamaciones,
Acompañado con el sonido de las trompetas.
6 Cantad a Dios, cantad;
Cantad a nuestro Rey, cantad;
7 Porque Dios es el Rey de toda la tierra;
Cantad con destreza.
8 Reinó Dios sobre las naciones;
Se sentó Dios sobre su santo trono.
9 Los príncipes de los pueblos se reunieron
Como pueblo del Dios de Abraham;
10 Porque de Dios son los escudos de la tierra;
¡Oh, muy excelso es él!
El rey de gloria
Salmo de David.
24 De Jehová es la tierra y cuanto hay en ella.
El mundo, y los que en él habitan.
2 Porque él la fundó sobre los mares,
Y la afianzó sobre los ríos.
3 ¿Quién subirá al monte de Jehová?
¿Y quién estará en su lugar santo?
4 El limpio de manos y puro de corazón;
El que no ha llevado su alma a cosas vanas,
Ni jurado con engaño.
5 Él recibirá bendición de Jehová,
Y justicia del Dios de salvación.
6 Tal es la generación de los que le buscan,
De los que van tras tu rostro, oh Dios de Jacob.
Selah
7 Alzad, oh puertas, vuestras cabezas,
Y alzaos vosotras, puertas eternas,
Y entrará el Rey de la gloria.
8 ¿Quién es ese Rey de la gloria?
Jehová el fuerte y valiente,
Jehová el poderoso en batalla.
9 Alzad, oh puertas, vuestras cabezas,
Y alzaos vosotras, puertas eternas,
Y entrará el Rey de la gloria.
10 ¿Quién es ese Rey de la gloria?
Jehová de los ejércitos,
Él es el Rey de la gloria.
Selah
Cántico de alabanza
96 Cantad a Jehová cántico nuevo;
Cantad a Jehová, toda la tierra.
2 Cantad a Jehová, bendecid su nombre;
Anunciad de día en día su salvación.
3 Proclamad entre las naciones su gloria,
En todos los pueblos sus maravillas.
4 Porque grande es Jehová, y digno de suprema alabanza;
Temible sobre todos los dioses.
5 Porque todos los dioses de los pueblos son meras figuras;
Pero Jehová hizo los cielos.
6 Honor y majestad delante de él;
Poder y gloria en su santuario.
7 Tributad a Jehová, oh familias de los pueblos,
Tributad a Jehová la gloria y el poder.
8 Dad a Jehová la honra debida a su nombre;
Traed ofrendas, y venid a sus atrios.
9 Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad;
Tema delante de él toda la tierra.
10 Decid entre las naciones: Jehová reina.
También afianzó el mundo, y no vacilará;
Juzgará a los pueblos con justicia.
11 Alégrense los cielos, y gócese la tierra;
Retumbe el mar y cuanto lo llena.
12 Regocíjese el campo, y todo lo que en él está;
Todos los árboles del bosque rebosen de contento,
13 Delante de Jehová que ya llega;
Ya viene a juzgar la tierra.
Juzgará al mundo con justicia,
Y a los pueblos con su verdad.
9 Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de muchos días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono, llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente.
10 Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y miríadas de miríadas asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos.
11 Yo entonces miré atraído por el sonido de las grandes palabras que hablaba el cuerno; estuve mirando hasta que mataron a la bestia, y su cuerpo fue destrozado y arrojado al fuego para que se quemase.
12 Habían también quitado a las otras bestias su dominio, pero les había sido prolongada la vida hasta cierto tiempo.
13 Seguía yo mirando en la visión de la noche, y he aquí, con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de muchos días, y le hicieron acercarse delante de él.
14 Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino, un reino que no será destruido jamás.
El autor de la salvación
5 Porque no sometió a los ángeles el mundo venidero, acerca del cual estamos hablando;
6 pero alguien testificó en cierto lugar, diciendo:
¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
O el hijo del hombre, para que te preocupes de él?
7 Le hiciste un poco menor que a los ángeles,
Le coronaste de gloria y de honra,
Y le constituiste sobre las obras de tus manos;
8 Todo lo sometiste bajo sus pies.
Porque en cuanto le sometió todas las cosas, nada dejó que no esté sometido a él; pero ahora todavía no vemos que todas las cosas le estén sometidas.
9 Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios experimentase la muerte en provecho de todos.
10 Porque era propio de aquel por cuya causa son todas las cosas, y mediante el cual todas las cosas subsisten, que en su designio de ir llevando muchos hijos a la gloria, perfeccionase por medio de padecimientos al autor de la salvación de ellos.
11 Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos,
12 diciendo:
Anunciaré a mis hermanos tu nombre,
En medio de la congregación te cantaré himnos.
13 Y otra vez:
Yo estaré confiado en él.
Y de nuevo:
He aquí, yo y los hijos que Dios me dio.
14 Así que, por cuanto los hijos han tenido en común una carne y una sangre, él también participó igualmente de lo mismo, para, por medio de la muerte, destruir el poder al que tenía el´´ imperio de la muerte, esto es, al diablo,
15 y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.
16 Porque ciertamente no viene en auxilio de los ángeles, sino que viene en auxilio de la descendencia de Abraham.
17 Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para hacer propiciación por los pecados del pueblo.
18 Pues en cuanto él mismo fue probado mediante el sufrimiento, es poderoso para venir en auxilio de los que son tentados.
La gran comisión
16 Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado.
17 Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban.
18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y sobre la tierra.
19 Por tanto, id, y haced discípulos en todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;
20 enseñándoles a guardar todas las cosas que os he mandado; y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.
Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.