Book of Common Prayer
Súplica por la continua misericordia de Dios
Oración de David.
86 Señor, inclina tu oído y escúchame,
pues me encuentro afligido y necesitado.
2 Sálvame la vida, pues te soy fiel.
Dios mío, salva a tu siervo, que en ti confía.
3 Señor, ten misericordia de mí,
porque a ti clamo todo el día.
4 Alegra la vida de este siervo tuyo,
porque a ti, Señor, elevo mi alma.
5 Tú, Señor, eres bondadoso y sabes perdonar;
¡grande es tu misericordia para los que te invocan!
6 Señor, escucha mi oración
y atiende a la voz de mis súplicas.
7 Cuando me encuentro angustiado, te llamo
porque tú me respondes.
8 Señor, no hay entre los dioses otro como tú,
ni hay obras que se comparen con tus obras.
9 Todas las naciones que tú, Señor, has creado
vendrán y se postrarán delante de ti
y glorificarán tu nombre,(A)
10 porque sólo tú eres Dios;
tú eres grande, y haces maravillas.
11 Enséñame, Señor, tu camino,
para que camine yo en tu verdad.
Dale firmeza a mi corazón,
para que siempre tema tu nombre.
12 Señor y Dios mío, yo te alabaré con todo el corazón,
y por siempre glorificaré tu nombre.
13 Grande es tu misericordia para conmigo,
pues me has librado de caer en el sepulcro.
14 Dios mío, gente soberbia se levanta contra mí;
gente violenta hace planes para quitarme la vida.
Son gente que no te toma en cuenta.
15 Pero tú, Señor, eres un Dios compasivo y clemente,
lento para la ira, pero grande en misericordia y verdad.
16 ¡Dígnate mirarme, y ten misericordia de mí!
¡Lléname de tu poder, pues soy tu siervo!
¡Protégeme, pues soy el hijo de tu sierva!
17 ¡Dame una prueba de tu bondad!
¡Que sean avergonzados los que me odian
al ver que tú, Señor, me ayudas y me consuelas!
Dios se aparece a Jacob en Betel
10 Jacob salió de Berseba y se fue a Jarán. 11 Al llegar a cierto lugar, se quedó allí a pasar la noche, porque el sol ya se había puesto. Tomó una de las piedras de aquel lugar y la puso como cabecera, y allí se acostó para dormir. 12 Entonces tuvo un sueño, en el que veía una escalera apoyada en la tierra, y cuyo extremo tocaba el cielo, y veía que los ángeles de Dios subían y bajaban por ella.(A) 13 En lo alto de la escalera, veía al Señor, que le decía:
«Yo soy el Señor, el Dios de tu padre Abrahán y el Dios de Isaac. A ti y a tu descendencia les daré la tierra donde ahora estás acostado.(B) 14 Tu descendencia será como el polvo de la tierra, y te esparcirás hacia el occidente y el oriente, hacia el norte y el sur. En ti y en tu simiente serán bendecidas todas las familias de la tierra.(C) 15 Date cuenta de que yo estoy contigo. Yo te protegeré por dondequiera que vayas, y volveré a traerte a esta tierra. No te dejaré ni un momento, hasta que haya hecho lo que te he dicho.»
16 Cuando Jacob despertó de su sueño, dijo: «Realmente el Señor está en este lugar, y yo no lo sabía.» 17 Sintió miedo, y dijo: «¡Qué terrible es este lugar! ¡No es otra cosa que la casa de Dios y la puerta del cielo!»
Jesús llama a Felipe y a Natanael
43 Al día siguiente, Jesús quiso ir a Galilea, y halló a Felipe y le dijo: «Sígueme.» 44 Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y Pedro. 45 Y Felipe halló a Natanael y le dijo: «Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en la ley, y también los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret.» 46 Natanael le dijo: «¿Y de Nazaret puede salir algo bueno?» Y le dijo Felipe: «Ven a ver.» 47 Cuando Jesús vio que Natanael se le acercaba, dijo de él: «Aquí tienen a un verdadero israelita, en quien no hay engaño.» 48 Natanael le dijo: «¿Y de dónde me conoces?» Jesús le respondió: «Te vi antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera.» 49 Natanael le dijo: «Rabí, ¡tú eres el Hijo de Dios!; ¡tú eres el Rey de Israel!» 50 Jesús le respondió: «¿Crees sólo porque te dije que te vi debajo de la higuera? ¡Pues cosas mayores que éstas verás!» 51 También le dijo: «De cierto, de cierto les digo, que de aquí en adelante verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar(A) sobre el Hijo del Hombre.»
Para habitar en el monte de Dios
Salmo de David.
15 Señor, ¿quién puede vivir en tu templo?
¿Quién puede habitar en tu santo monte?
2 El que vive rectamente y practica la justicia,
el que es sincero consigo mismo,
3 el que no calumnia con la lengua,
ni perjudica a sus amigos,
ni procura el mal de su vecino;
4 el que desprecia al que Dios desprecia,
pero honra al que da honra a Dios;
el que cumple sus promesas aunque salga perjudicado.
5 El que no presta dinero con interés,
ni acepta soborno en contra del inocente.
El que así vive, jamás caerá.
Exhortación a la alabanza universal
Al músico principal. Sobre Neginot. Salmo. Cántico.
67 Dios mío, ¡ten misericordia de nosotros, y bendícenos!
¡Haz resplandecer su rostro sobre nosotros!
2 ¡Que sea reconocido en la tierra tu camino,
y en todas las naciones tu salvación!
3 ¡Que te alaben los pueblos, Dios mío!
¡Que todos los pueblos te alaben!
4 ¡Que las naciones se llenen de gozo,
porque tú juzgas a los pueblos con equidad
y eres el Pastor de todas las naciones!
5 ¡Que te alaben los pueblos, Dios mío!
¡Que todos los pueblos te alaben!
6 ¡Que la tierra rinda sus frutos!
¡Que el Dios nuestro nos bendiga!
7 ¡Que nuestro Dios nos bendiga,
y que todos los confines de la tierra lo teman!
Cuidando de la grey de Dios
5 Yo, que he sido testigo de los sufrimientos de Cristo y que he participado de la gloria que será revelada, como anciano que soy les ruego a los ancianos que están entre ustedes: 2 Cuiden de la grey de Dios,(A) que está bajo su cuidado. Pero háganlo de manera voluntaria y con el deseo de servir, y no por obligación ni por el mero afán de lucro. 3 No traten a la grey como si ustedes fueran sus amos. Al contrario, sírvanle de ejemplo. 4 Así, cuando se manifieste el Príncipe de los pastores, ustedes recibirán la corona incorruptible de gloria. 5 También ustedes, los jóvenes, muestren respeto ante los ancianos, y todos ustedes, practiquen el mutuo respeto. Revístanse de humildad, porque:
«Dios resiste a los soberbios,
pero se muestra favorable a los humildes.»(B)
6 Por lo tanto, muestren humildad bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte a su debido tiempo.(C) 7 Descarguen en él todas sus angustias, porque él tiene cuidado de ustedes. 8 Sean prudentes y manténganse atentos, porque su enemigo es el diablo, y él anda como un león rugiente, buscando a quien devorar. 9 Pero ustedes, manténganse firmes y háganle frente. Sepan que en todo el mundo sus hermanos están enfrentando los mismos sufrimientos, 10 pero el Dios de toda gracia, que en Cristo nos llamó a su gloria eterna, los perfeccionará, afirmará, fortalecerá y establecerá después de un breve sufrimiento. 11 A él sea dado el poder por los siglos de los siglos. Amén.
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