Print Page Options
Previous Prev Day Next DayNext

Book of Common Prayer

Daily Old and New Testament readings based on the Book of Common Prayer.
Duration: 861 days
Reina Valera Contemporánea (RVC)
Version
Salmos 82

Dios, el juez supremo

Salmo de Asaf.

82 Dios preside la reunión de los dioses,
y en medio de ellos emite su sentencia:

«¿Hasta cuándo ustedes juzgarán con injusticia,
y tratarán como inocentes a los impíos?
¡Defiendan a los pobres y a los huérfanos!
¡Hagan justicia a los afligidos y a los menesterosos!
¡Liberen a los afligidos y a los necesitados!
¡Pónganlos a salvo del poder de los impíos!

»Pero ustedes no saben ni entienden;
¡andan en completa oscuridad!
¡Por eso la tierra tiembla hasta sus cimientos!

»Alguna vez les dije: “Ustedes son dioses.(A)
Todos ustedes son hijos del Altísimo.”
¡Pero ahora morirán como cualquier hombre!
¡Morirán como cualquiera de los príncipes!»

¡Levántate, oh Dios, y juzga la tierra!
¡Tuyas son todas las naciones!

Salmos 98

Alabanza a la justicia de Dios

Salmo.

98 ¡Cantemos al Señor un cántico nuevo
por las proezas que ha realizado!
¡Con su diestra, con su santo brazo,
ha alcanzado la victoria!

El Señor ha dado a conocer su salvación;
¡ha revelado su justicia ante todas las naciones!
Se ha acordado de su misericordia y su verdad
en favor del pueblo de Israel;
¡Todos los confines de la tierra son testigos
de que nuestro Dios nos ha salvado!

¡Canten alegres al Señor,
habitantes de toda la tierra!
¡Levanten la voz, aplaudan y canten salmos!
¡Canten salmos al Señor al son del arpa!
¡Al son del arpa eleven sus cantos!
¡Vengan a la presencia del Señor, nuestro Rey,
y aclámenlo al son de trompetas y bocinas!

¡Que brame el mar y su plenitud,
y el mundo y todos sus habitantes!
¡Que aclamen al Señor los ríos,
y que todos los montes se regocijen!
El Señor viene a juzgar la tierra,
y juzgará al mundo con justicia,
y a los pueblos con rectitud.

Malaquías 3:1-5

El Señor de los ejércitos ha dicho:

«He aquí, yo envío a mi mensajero, el cual me(A) preparará el camino.»

El Señor, a quien ustedes buscan, vendrá de manera repentina, lo mismo que el ángel del pacto, en quien ustedes se complacen. Sí, ya viene. El Señor de los ejércitos lo ha dicho. ¿Pero quién podrá resistir cuando él se presente? ¿Quién podrá mantenerse de pie cuando él se manifieste?(B) Él es como un fuego purificador, como el jabón de lavanderos. Se sentará para refinar y limpiar la plata, es decir, limpiará y refinará a los hijos de Leví como se refinan el oro y la plata, para que ellos le presenten al Señor las ofrendas justas. Entonces las ofrendas de Judá y de Jerusalén volverán a ser gratas al Señor, como lo fueron en el pasado, en los años antiguos.

El Señor de los ejércitos ha dicho:

«Yo vendré a ustedes para someterlos a juicio, y me dispondré a actuar como testigo contra los hechiceros y adúlteros, contra los perjuros y los explotadores, contra los que defraudan en su salario al jornalero, a la viuda y al huérfano, y contra los que no les hacen justicia a los extranjeros ni tienen temor de mí.

Juan 3:22-30

El amigo del esposo

22 Después de esto, Jesús fue con sus discípulos a la tierra de Judea, y estuvo allí con ellos, y bautizaba. 23 También Juan bautizaba en Enón, junto a Salín, porque allí había muchas aguas; y la gente acudía y era bautizada, 24 porque Juan aún no había sido encarcelado.(A)

25 Hubo entonces una discusión entre los discípulos de Juan y los judíos acerca de la purificación. 26 Fueron entonces adonde estaba Juan, y le dijeron: «Rabí, resulta que el que estaba contigo al otro lado del Jordán, y de quien tú diste testimonio, bautiza, y todos acuden a él.» 27 Juan les respondió: «Nadie puede recibir nada, si no le es dado del cielo. 28 Ustedes mismos son mis testigos de que dije: “Yo no soy el Cristo,(B) sino que he sido enviado delante de él.” 29 El que tiene la esposa, es el esposo; pero el amigo del esposo, que está a su lado y lo oye, se alegra mucho al oír la voz del esposo. Así que esta alegría mía ya se ha cumplido. 30 Es necesario que él crezca, y que yo decrezca.»

Salmos 80

Súplica por la restauración

Al músico principal. Sobre Lirios. Testimonio. Salmo de Asaf.

80 Pastor de Israel, ¡escucha!
Tú, que guías a José como a una oveja,
y que estás entre los querubines,(A) ¡manifiéstate!
En presencia de Efraín, de Benjamín y de Manasés,
¡manifiesta tu poder y ven a salvarnos!

¡Restáuranos, Dios nuestro!
¡Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvados!

Señor, Dios de los ejércitos,
¿hasta cuándo te mostrarás indignado
contra la oración de tu pueblo?
Nos has dado a comer lágrimas en vez de pan;
nos has hecho beber lágrimas en abundancia.
Nos has puesto en ridículo ante nuestros vecinos;
nuestros enemigos se burlan de nosotros.

¡Restáuranos, Dios de los ejércitos!
¡Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvados!

Desde Egipto trajiste una vid;
expulsaste a las naciones, y la plantaste.
Limpiaste el terreno delante de ella,
hiciste que echara raíces, y ésta llenó la tierra.
10 Los montes se cubrieron con su sombra;
los cedros de Dios se cubrieron con sus sarmientos.
11 Y la vid extendió sus vástagos y sus renuevos
hasta el mar, y hasta el gran río.
12 ¿Por qué derribaste sus cercas?
¡Todos los que pasan le arrancan uvas!
13 ¡Los jabalíes le hacen destrozos!
¡Las bestias salvajes la devoran!

14 Dios de los ejércitos, ¡vuélvete a nosotros!
Desde el cielo dígnate mirarnos, y reconsidera;
¡ven y ayuda a esta viña!
15 ¡Es la viña que plantaste con tu diestra!
¡Es el renuevo que sembraste para ti!
16 ¡La han cortado! ¡Le han prendido fuego!
¡Déjate ver, y repréndelos, para que perezcan!
17 Pero posa tu mano sobre tu hombre elegido,
sobre el hombre al que has dado tu poder.
18 Así no nos apartaremos de ti.
Tú nos darás vida, y nosotros invocaremos tu nombre.

19 Señor, Dios de los ejércitos, ¡restáuranos!
¡Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvados!

Mateo 11:2-19

Juan, que estaba en la cárcel, se enteró de los hechos de Cristo y envió a dos de sus discípulos para que le preguntaran: «¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro?» Jesús les respondió: «Vuelvan y cuéntenle a Juan las cosas que han visto y oído. Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen,(A) los muertos son resucitados, y a los pobres se les anuncian las buenas noticias.(B) Bienaventurado el que no tropieza por causa de mí.»

Mientras ellos se iban, Jesús comenzó a decir a la gente acerca de Juan: «¿Qué fueron ustedes a ver al desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? ¿Qué fueron a ver? ¿A un hombre vestido con ropa elegante? Los que se visten con ropa elegante se encuentran en los palacios. Pero ¿qué es lo que ustedes fueron a ver? ¿A un profeta? Yo les digo que sí, ¡y a alguien mayor que un profeta! 10 Porque éste es de quien está escrito:

“Yo envío mi mensajero delante de ti,
El cual preparará tu camino.”(C)

11 »De cierto les digo que, entre los que nacen de mujer, no ha surgido nadie mayor que Juan el Bautista. Aun así, el más pequeño en el reino de los cielos es mayor que él. 12 Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan. 13 Y todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan.(D) 14 Si quieren recibirlo, él es Elías, el que había de venir.(E) 15 El que tenga oídos para oír, que oiga. 16 Pero ¿con qué compararé a esta generación? Se parece a los niños que se sientan en las plazas y les gritan a sus compañeros: 17 “Tocamos la flauta, y ustedes no bailaron; entonamos cantos fúnebres, y ustedes no lloraron.” 18 Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen que tiene un demonio; 19 luego vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y lo califican de glotón y borracho, y de ser amigo de cobradores de impuestos y de pecadores. Pero a la sabiduría la reivindican sus hijos.»

Reina Valera Contemporánea (RVC)

Copyright © 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas