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Book of Common Prayer

Daily Old and New Testament readings based on the Book of Common Prayer.
Duration: 861 days
Reina Valera Contemporánea (RVC)
Version
Salmos 136

La misericordia del Señor

136 ¡Alabemos al Señor, porque él es bueno!
¡Su misericordia permanece para siempre!(A)
Alabemos al Dios de dioses;
¡su misericordia permanece para siempre!
Alabemos al Señor de señores;
¡su misericordia permanece para siempre!

El Señor hace grandes maravillas.
¡Su misericordia permanece para siempre!
El Señor creó los cielos(B) con sabiduría.
¡Su misericordia permanece para siempre!
El Señor extendió la tierra sobre las aguas.(C)
¡Su misericordia permanece para siempre!
El Señor formó las grandes lumbreras.(D)
¡Su misericordia permanece para siempre!
El Señor hizo el sol para dominar en el día.
¡Su misericordia permanece para siempre!
Y la luna y las estrellas para dominar en la noche.
¡Su misericordia permanece para siempre!

10 El Señor hirió de muerte a los primogénitos egipcios.(E)
¡Su misericordia permanece para siempre!
11 El Señor sacó de Egipto a los israelitas.(F)
¡Su misericordia permanece para siempre!
12 Lo hizo con mano fuerte y brazo extendido.
¡Su misericordia permanece para siempre!
13 El Señor partió en dos(G) el Mar Rojo.
¡Su misericordia permanece para siempre!
14 El Señor hizo pasar por él a Israel.
¡Su misericordia permanece para siempre!
15 El Señor sepultó en el Mar Rojo al faraón y a su ejército.
¡Su misericordia permanece para siempre!
16 El Señor condujo a su pueblo por el desierto.
¡Su misericordia permanece para siempre!
17 El Señor hirió de muerte a grandes reyes.
¡Su misericordia permanece para siempre!
18 El Señor les quitó la vida a reyes poderosos.
¡Su misericordia permanece para siempre!
19 A Sijón, el rey de los amorreos.(H)
¡Su misericordia permanece para siempre!
20 También a Og, el rey de Basán.(I)
¡Su misericordia permanece para siempre!
21 Esas tierras se las dio en propiedad a su pueblo.
¡Su misericordia permanece para siempre!
22 Fueron la herencia de su pueblo Israel.
¡Su misericordia permanece para siempre!

23 El Señor se acuerda de nosotros cuando estamos abatidos.
¡Su misericordia permanece para siempre!
24 El Señor nos libra de nuestros enemigos.
¡Su misericordia permanece para siempre!
25 El Señor alimenta a todos los seres vivos.
¡Su misericordia permanece para siempre!

26 ¡Alabemos al Dios de los cielos!
¡Su misericordia permanece para siempre!

Salmos 118

Acción de gracias por la salvación

118 ¡Alabemos al Señor, porque él es bueno;
porque su misericordia permanece para siempre!(A)

Que lo diga ahora Israel:
«¡Su misericordia permanece para siempre!»
Que lo digan los descendientes de Aarón:
«¡Su misericordia permanece para siempre!»
Que lo digan los temerosos del Señor:
«¡Su misericordia permanece para siempre!»

En medio de la angustia clamé al Señor,
y él me respondió y me dio libertad.
El Señor está conmigo; no tengo miedo
de lo que simples mortales me puedan hacer.(B)
El Señor está conmigo y me brinda su ayuda;
¡he de ver derrotados a los que me odian!
Es mejor confiar en el Señor
que confiar en simples mortales.
Es mejor confiar en el Señor
que confiar en gente poderosa.

10 Todas las naciones me han rodeado,
pero en el nombre del Señor las venceré.
11 Me han rodeado y me acosan,
pero en el nombre del Señor las venceré.
12 Zumban a mi alrededor, como abejas;
crepitan como espinos que arden;
pero en el nombre del Señor las venceré.
13 Me empujan con violencia, para hacerme caer,
pero el Señor me sostendrá.
14 El Señor es mi fuerza, y a él dedico mi canto
porque en él he hallado salvación.(C)

15 En el campamento de los hombres justos
se oyen gritos jubilosos de victoria:
«¡La diestra del Señor hace grandes proezas!
16 ¡La diestra del Señor se ha levantado!
La diestra del Señor hace grandes proezas!»

17 No voy a morir. Más bien, voy a vivir
para dar a conocer las obras del Señor.
18 Aunque el Señor me castigó con dureza,
no me entregó a la muerte.

19 ¡Ábranme las puertas donde habita la justicia!
¡Quiero entrar por ellas para alabar al Señor!
20 Ellas son las puertas que llevan al Señor,
y por ellas entran quienes son justos.

21 Te alabo, Señor, porque me escuchas,
y porque me das tu salvación.
22 La piedra que los constructores rechazaron,
ha llegado a ser la piedra angular.(D)
23 Esto viene de parte del Señor,
y al verlo nuestros ojos(E) se quedan maravillados.
24 Éste es el día que el Señor ha hecho;
y en él nos alegraremos y regocijaremos.

25 Señor, ¡te ruego que vengas a salvarnos!(F)
¡Te ruego que nos concedas la victoria!
26 ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!(G)
Desde el templo del Señor los bendecimos.
27 El Señor es Dios, y nos brinda su luz.
¡Que comience la fiesta!
¡Aten las ofrendas a los cuernos del altar!

28 Tú eres mi Dios, y siempre te alabaré;
siempre, Dios mío, exaltaré tu nombre.

29 ¡Alabemos al Señor, porque él es bueno;
porque su misericordia permanece para siempre!

Daniel 12:1-4

El tiempo del fin

12 »Cuando llegue el momento, se levantará Miguel,(A) el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo. Serán momentos angustiosos, como jamás los hubo desde que la humanidad existe,(B) pero llegado el momento tu pueblo será liberado, lo mismo que todos los que estén registrados en el libro. Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.(C) Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que instruyen a muchos en la justicia serán como las estrellas por toda la eternidad. Pero tú, Daniel, mantén estas palabras en secreto y sella el libro(D) hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de un lado para otro, y la ciencia irá en aumento.»

Daniel 12:13

13 Pero tú, sigue hasta el fin. Cuando llegue el fin del tiempo, reposarás y te levantarás para recibir lo que te corresponde recibir.»

Hechos 4:1-12

Pedro y Juan ante el concilio

Mientras hablaban así con el pueblo, se les vinieron encima los sacerdotes, el jefe de la guardia del templo, y los saduceos. Estaban resentidos porque enseñaban y anunciaban la resurrección de entre los muertos en Jesús, así que los aprehendieron y los echaron en la cárcel hasta el día siguiente, porque ya era tarde. Pero muchos de los que habían oído sus palabras, creyeron; y contados solamente los varones eran como cinco mil.

Al día siguiente se reunieron en Jerusalén los gobernantes, los ancianos, los escribas, el sumo sacerdote Anás, Caifás, Juan y Alejandro, y todos los familiares de los sumos sacerdotes. Pusieron en medio de ellos a Pedro y Juan, y les preguntaron: «¿Con qué autoridad, o en nombre de quién hacen ustedes esto?» Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: «Gobernantes y ancianos del pueblo: Ya que hoy se nos interroga acerca del beneficio otorgado a un hombre enfermo, y de cómo fue sanado, 10 sepan todos ustedes, y todo el pueblo de Israel, que este hombre está sano en presencia de ustedes gracias al nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó de los muertos. 11 Este Jesús es la piedra que ustedes, los edificadores, rechazaron, y que no obstante ha llegado a ser la piedra angular.(A) 12 En ningún otro hay salvación, porque no se ha dado a la humanidad ningún otro nombre bajo el cielo mediante el cual podamos alcanzar la salvación.»

Juan 16:1-15

16 »Les he dicho estas cosas, para que no tengan tropiezos. Ustedes serán expulsados de las sinagogas, y llegará el momento en que cualquiera que los mate, pensará que rinde un servicio a Dios. Y esto lo harán porque no conocen al Padre ni a mí. Pero les he dicho estas cosas para que, cuando llegue ese momento, se acuerden de que ya se lo había dicho.

La obra del Espíritu Santo

»No les dije esto al principio, porque yo estaba con ustedes. Pero ahora vuelvo al que me envió; y ninguno de ustedes me pregunta: “¿A dónde vas?” Al contrario, por esto que les he dicho, su corazón se ha llenado de tristeza. Pero les digo la verdad: les conviene que yo me vaya; porque si no me voy, el Consolador no vendrá a ustedes; pero si me voy, yo se lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí; 10 de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me verán más; 11 y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ya ha sido juzgado.

12 »Aún tengo muchas cosas que decirles, pero ahora no las pueden sobrellevar. 13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él los guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y les hará saber las cosas que habrán de venir. 14 Él me glorificará, porque tomará de lo mío y se lo hará saber. 15 Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y se lo dará a conocer a ustedes.

Reina Valera Contemporánea (RVC)

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