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Los descendientes de Adán
(1 Cr. 1.1-4)
Este es el libro de las generaciones de Adán. El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo.
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Y caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, trescientos años, y engendró hijos e hijas.
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Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.
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que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas.
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Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre.
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Noé construye el arca
Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé.
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Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia.
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Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra.
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Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra.
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Y lo hizo así Noé; hizo conforme a todo lo que Dios le mandó.
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de dos en dos entraron con Noé en el arca; macho y hembra, como mandó Dios a Noé.
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Y los que vinieron, macho y hembra de toda carne vinieron, como le había mandado Dios; y Jehová le cerró la puerta.
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Y se acordó Dios de Noé, y de todos los animales, y de todas las bestias que estaban con él en el arca; e hizo pasar Dios un viento sobre la tierra, y disminuyeron las aguas.
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Entonces habló Dios a Noé, diciendo:
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Pacto de Dios con Noé
Bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo: Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra.
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El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre.
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Y habló Dios a Noé y a sus hijos con él, diciendo:
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Y dijo Dios: Esta es la señal del pacto que yo establezco entre mí y vosotros y todo ser viviente que está con vosotros, por siglos perpetuos:
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Estará el arco en las nubes, y lo veré, y me acordaré del pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con toda carne que hay sobre la tierra.
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Dijo, pues, Dios a Noé: Esta es la señal del pacto que he establecido entre mí y toda carne que está sobre la tierra.
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Dijo más: Bendito por Jehová mi Dios sea Sem, Y sea Canaán su siervo.
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Engrandezca Dios a Jafet, Y habite en las tiendas de Sem, Y sea Canaán su siervo.
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Dios llama a Abram
Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.
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Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino;
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y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra;