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Los soldados se burlan de Jesús

(Mr 15:16-20; Jn 19:2-3)

27 Entonces los soldados del gobernador llevaron a Jesús al palacio. Reunieron a toda la compañía de soldados alrededor de él. 28 Le quitaron la ropa y le pusieron un manto de color morado. 29 Hicieron una corona hecha de espinas, se la colocaron en la cabeza y le pusieron una caña en la mano derecha. Se arrodillaron ante él y se burlaban, diciendo: «¡Viva el rey de los judíos!»

30 Luego le escupieron, tomaron la caña y le pegaron en la cabeza. 31 Cuando acabaron de burlarse de él, le quitaron el manto, le pusieron su ropa y lo sacaron para crucificarlo.

Crucifixión de Jesús

(Mr 15:21-32; Lc 23:26-39; Jn 19:17-19)

32 Al salir encontraron a un hombre de Cirene llamado Simón y lo obligaron a cargar la cruz de Jesús. 33 Llegaron a un sitio llamado «Gólgota» que significa «Lugar de la Calavera». 34 Le dieron a Jesús vino mezclado con hiel[a] para que bebiera, pero después de probarlo no quiso beberlo. 35 Clavaron a Jesús de pies y manos a la cruz y rifaron entre ellos la ropa de Jesús. 36 Luego, se sentaron a vigilarlo. 37 Por encima de su cabeza escribieron un aviso con la razón de su condena: «Este es Jesús, el Rey de los judíos».

38 Ese mismo día dos ladrones fueron crucificados con Jesús, uno a su derecha y otro a su izquierda. 39 La gente que pasaba lo insultaba, meneando la cabeza 40 y diciendo:

—Tú que ibas a destruir el templo y reconstruirlo en tres días, ¡sálvate a ti mismo! Si eres el Hijo de Dios, entonces bájate de esa cruz.

41 También los jefes de los sacerdotes junto con los maestros de la ley y los ancianos líderes se burlaban de él, diciendo:

42 —Salvó a otros, pero no se puede salvar a sí mismo. Si es rey de Israel, que baje de la cruz ahora mismo, y entonces creeremos en él. 43 Como confía en Dios, dejemos que Dios lo rescate si es que lo quiere de verdad. Después de todo, él dijo: “Yo soy el Hijo de Dios”.

44 Los ladrones que estaban crucificados junto a él, también lo insultaban.

Muerte de Jesús

(Mr 15:33-41; Lc 23:44-49; Jn 19:28-30)

45 Desde el mediodía hasta las tres de la tarde, toda la tierra quedó sumida en oscuridad. 46 (A)A eso de las tres, Jesús gritó fuerte: «Elí, Elí, ¿lama sabactani?» que significa: «¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?»[b]

47 Algunos de los que estaban allí lo oyeron y decían:

—¡Está llamando a Elías![c]

48 Entonces inmediatamente uno de ellos corrió y tomó una esponja. La empapó en vinagre, la puso en un palo y se la ofreció a Jesús para que bebiera. 49 Pero los demás seguían diciendo:

—Déjenlo, vamos a ver si Elías viene a salvarlo.

50 Pero Jesús dio nuevamente un fuerte grito y murió[d]. 51 Al instante, la cortina que estaba dentro del templo se rasgó en dos, de arriba a abajo, y la tierra tembló. Las rocas se partieron, 52 los sepulcros se abrieron y muchos del pueblo de Dios que habían muerto, fueron resucitados. 53 Después de la resurrección de Jesús, dejaron sus sepulcros, fueron a la ciudad santa de Jerusalén y se le aparecieron a mucha gente.

54 El capitán y los que estaban cuidando el cuerpo de Jesús vieron el terremoto y todo lo que pasó, se asustaron mucho y dijeron:

—Este hombre sí era el Hijo de Dios.

55 Muchas mujeres estaban viendo desde lejos. Ellas habían seguido a Jesús desde Galilea para atenderlo. 56 Entre ellas estaban María Magdalena, María la mamá de Santiago y José, y la mamá de los hijos de Zebedeo[e].

Jesús es sepultado

(Mr 15:42-47; Lc 23:50-56; Jn 19:38-42)

57 Al atardecer, un hombre rico llamado José de Arimatea, vino a Jerusalén. Él también se había convertido en seguidor de Jesús. 58 Fue a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Pilato ordenó que se lo entregaran. 59 José llevó el cuerpo y lo envolvió en una sábana limpia. 60 Después puso el cuerpo en un sepulcro nuevo que había sido cavado en la roca. Luego corrió una piedra muy grande hasta la entrada del sepulcro y se fue. 61 María Magdalena y la otra María estaban sentadas al frente del sepulcro.

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Footnotes

  1. 27:34 hiel Era probablemente una bebida mezclada con alguna droga contra el dolor.
  2. 27:46 Cita de Sal 22:1.
  3. 27:47 ¡Está llamando a Elías! «Dios mío» (Eloí en arameo o Elí en hebreo) le sonó a la gente como el nombre del profeta Elías.
  4. 27:50 murió Textualmente dejó que su espíritu saliera.
  5. 27:56 los hijos de Zebedeo Se refiere a Santiago y a Juan.