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Deléitate asimismo en Jehová,

Y él te concederá las peticiones de tu corazón.

Encomienda a Jehová tu camino,

Y confía en él; y él hará.

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Entrégale a Dios tu amor,
y él te dará lo que más deseas.
Pon tu vida en sus manos,
confía plenamente en él,
y él actuará en tu favor;

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Deléitate en el Señor,
    y él te concederá los deseos de tu corazón.

Entrega al Señor todo lo que haces;
    confía en él, y él te ayudará.

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Fíate de Jehová de todo tu corazón,

Y no te apoyes en tu propia prudencia.

Reconócelo en todos tus caminos,

Y él enderezará tus veredas.

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Pon toda tu confianza en Dios
y no en lo mucho que sabes.
Toma en cuenta a Dios
en todas tus acciones,
y él te ayudará en todo.

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Confía en el Señor con todo tu corazón;
    no dependas de tu propio entendimiento.
Busca su voluntad en todo lo que hagas,
    y él te mostrará cuál camino tomar.

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Proverbios sobre la vida y la conducta

16 Del hombre son las disposiciones del corazón;

Mas de Jehová es la respuesta de la lengua.

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Planes humanos,//respuesta de Dios

16 El hombre propone
y Dios dispone.

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16 Podemos hacer nuestros propios planes,
    pero la respuesta correcta viene del Señor.

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Encomienda a Jehová tus obras,

Y tus pensamientos serán afirmados.

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Deja en manos de Dios
todo lo que haces,
y tus proyectos se harán realidad.

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Pon todo lo que hagas en manos del Señor,
    y tus planes tendrán éxito.

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21 Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre;

Mas el consejo de Jehová permanecerá.

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21 El hombre propone,
y Dios dispone.

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21 Puedes hacer todos los planes que quieras,
    pero el propósito del Señor prevalecerá.

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Visión y llamamiento de Isaías

En el año que murió el rey Uzías(A) vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos;(B) toda la tierra está llena de su gloria. Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo.(C) Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.

Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas; y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado. Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.

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Isaías tiene una visión en el templo

Yo, Isaías, vi a Dios sentado en un trono muy alto, y el templo quedó cubierto bajo su capa. Esto me sucedió en el año en que murió el rey Ozías. Vi además a unos serafines que volaban por encima de Dios. Cada uno tenía seis alas: con dos alas volaban, con otras dos se cubrían la cara, y con las otras dos se cubrían de la cintura para abajo. Con fuerte voz se decían el uno al otro:

«Santo, santo, santo
es el Dios único de Israel,
el Dios del universo;
¡toda la tierra está llena de su poder!»

Mientras ellos alababan a Dios, temblaban las puertas del templo, y éste se llenó de humo. Entonces exclamé:

«¡Ahora sí voy a morir!
Porque yo, que soy un hombre pecador
y vivo en medio de un pueblo pecador,
he visto al rey del universo,
al Dios todopoderoso».

En ese momento, uno de los serafines voló hacia mí. Traía en su mano unas tenazas, y en ellas llevaba una brasa que había tomado del fuego del altar. Con esa brasa me tocó los labios, y me dijo:

«Esta brasa ha tocado tus labios.
Con ella, Dios ha quitado tu maldad
y ha perdonado tus pecados».

Enseguida oí la voz de Dios que decía:

«¿A quién voy a enviar?
¿Quién será mi mensajero?»

Yo respondí:

«Envíame a mí, yo seré tu mensajero».

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Purificación y llamado de Isaías

El año en que murió el rey Uzías,[a] vi al Señor sentado en un majestuoso trono, y el borde de su manto llenaba el templo. Lo asistían poderosos serafines, cada uno tenía seis alas. Con dos alas se cubrían el rostro, con dos se cubrían los pies y con dos volaban. Se decían unos a otros:

«¡Santo, santo, santo es el Señor de los Ejércitos Celestiales!
    ¡Toda la tierra está llena de su gloria!».

Sus voces sacudían el templo hasta los cimientos, y todo el edificio estaba lleno de humo.

Entonces dije: «¡Todo se ha acabado para mí! Estoy condenado, porque soy un pecador. Tengo labios impuros, y vivo en medio de un pueblo de labios impuros; sin embargo, he visto al Rey, el Señor de los Ejércitos Celestiales».

Entonces uno de los serafines voló hacia mí con un carbón encendido que había tomado del altar con unas tenazas. Con él tocó mis labios y dijo: «¿Ves? Este carbón te ha tocado los labios. Ahora tu culpa ha sido quitada, y tus pecados perdonados».

Después oí que el Señor preguntaba: «¿A quién enviaré como mensajero a este pueblo? ¿Quién irá por nosotros?».

—Aquí estoy yo—le dije—. Envíame a mí.

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Footnotes

  1. 6:1 El rey Uzías murió en el año 740 a. C.

19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones,(A) bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

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19 Ustedes vayan y hagan más discípulos míos en todos los países de la tierra. Bautícenlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. 20 Enséñenles a obedecer todo lo que yo les he enseñado. Yo estaré siempre con ustedes, hasta el fin del mundo.»

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19 Por lo tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones,[a] bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. 20 Enseñen a los nuevos discípulos a obedecer todos los mandatos que les he dado. Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos».

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Footnotes

  1. 28:19 O todos los grupos étnicos.