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23 Dios mío,
mira en el fondo de mi corazón,
y pon a prueba mis pensamientos.
24 Dime si mi conducta no te agrada,
y enséñame a vivir
como quieres que yo viva.

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32-33 En el pasado, tomé de la mano a sus antepasados y los saqué de Egipto, y luego hice un pacto con ellos. Pero no lo cumplieron, a pesar de que yo era su Dios. Por eso, mi nuevo pacto con el pueblo de Israel será éste:

»Haré que mis enseñanzas
las aprendan de memoria,
y que sean la guía de su vida.
Yo seré su Dios,
y ellos serán mi pueblo.
Les juro que así será.

34 »Ya no hará falta que unos sean maestros de otros, y que les enseñen a conocerme, porque todos me conocerán, desde el más joven hasta el más viejo. Yo les perdonaré todas sus maldades, y nunca más me acordaré de sus pecados. Les juro que así será».

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26 Del mismo modo, y puesto que nuestra confianza en Dios es débil, el Espíritu Santo nos ayuda. Porque no sabemos cómo debemos orar a Dios, pero el Espíritu mismo ruega por nosotros, y lo hace de modo tan especial que no hay palabras para expresarlo. 27 Y Dios, que conoce todos nuestros pensamientos, sabe lo que el Espíritu Santo quiere decir. Porque el Espíritu ruega a Dios por su pueblo especial, y sus ruegos van de acuerdo con lo que Dios quiere.

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11 No se hagan cómplices de los que no conocen a Dios; al contrario, háganles ver su error, pues sus hechos no aprovechan de nada. 12 ¡La verdad es que da vergüenza hablar de lo que ellos hacen a escondidas! 13 Cuando la luz brilla, todo queda al descubierto y puede verse cómo es en realidad. 14 Por eso alguien ha escrito:

«¡Despiértate, tú que duermes!
Levántate de entre los muertos,
y Cristo te alumbrará.»

15 Tengan cuidado de cómo se comportan. Vivan como gente que piensa lo que hace, y no como tontos. 16 Aprovechen cada oportunidad que tengan de hacer el bien, porque estamos viviendo tiempos muy malos. 17 No sean tontos, sino traten de averiguar qué es lo que Dios quiere que hagan.

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27 Dios decidió darles a conocer este plan tan grande y maravilloso para todas las naciones, y que es el siguiente: Dios envió a Cristo, para que habite en ustedes y les dé la seguridad de que van a compartir el poder y la gloria de Dios.

28 Nosotros anunciamos a Cristo, y con toda sabiduría aconsejamos y enseñamos a todos, para que lleguen a ser perfectos como Cristo. 29 Para esto trabajo y lucho con la fuerza y el poder que Cristo me da.

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