⁸ Mas, ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón^(A), es decir, la palabra de fe que predicamos:

¹⁷ Así que la fe viene del oír^(A), y el oír, por la palabra de Cristo^[a](B).

¹⁰ si obedeces a^[a] la voz del Señor tu Dios, guardando sus mandamientos y sus estatutos que están escritos en este libro de la ley^(A), y si te vuelves al^[b] Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma^(B).

¹¹ Este mandamiento que yo te ordeno hoy no es muy difícil para ti, ni está fuera de tu alcance^[c]. ¹² No está en el cielo, para que digas^[d]: «¿Quién subirá por nosotros al cielo para traérnoslo y hacérnoslo oír a fin de que lo guardemos^(C)?». ¹³ Ni está más allá del mar, para que digas^[e]: «¿Quién cruzará el mar por nosotros para traérnoslo y para hacérnoslo oír, a fin de que lo guardemos?». ¹⁴ Pues la palabra está muy cerca de ti, en tu boca y en tu corazón, para que la guardes.

⁶³ El Espíritu es el que da vida^(A); la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida^(B).

² Esto es lo único que quiero averiguar^[a] de vosotros: ¿recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe^[b](A)?

⁵ Aquel, pues, que os suministra el Espíritu^(A) y hace milagros^[a] entre vosotros^(B), ¿lo hace por las obras de la ley o por el oír con fe^[b](C)?

²¹ Por lo cual, desechando toda inmundicia^(A) y todo resto de malicia^[a], recibid con humildad^[b] la palabra implantada^(B), que es poderosa para salvar vuestras almas.