¹³ porque si vivís conforme a la carne, habréis de^[a] morir; pero si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne^[b](A), viviréis^(B).

¹¹ en Él también fuisteis circuncidados con una circuncisión no hecha por manos^(A), al quitar el cuerpo de la carne^(B) mediante la circuncisión de Cristo;

La vida vieja y la vida nueva

⁵ Por tanto, considerad los miembros de vuestro cuerpo terrenal^(A) como muertos^[a] a la fornicación, la impureza, las pasiones, los malos deseos y la avaricia, que es idolatría^(B).

⁸ Pero ahora desechad también vosotros todas estas cosas^(A): ira, enojo, malicia, maledicencia^(B), lenguaje soez de vuestra boca^(C).

⁸ El que practica el pecado es del diablo^(A), porque el diablo ha pecado^[a] desde el principio. El Hijo de Dios^(B) se manifestó con este propósito^(C): para destruir^[b] las obras del diablo^(D).

Cómo quiere Dios que vivamos

4 Por tanto, puesto que Cristo ha padecido en la carne^[a](A), armaos también vosotros con el mismo propósito^(B), pues quien ha padecido en la carne^[b](C) ha terminado con el pecado, ² para vivir^(D) el tiempo que le queda en la carne^(E), no ya para las pasiones humanas, sino para la voluntad de Dios.

⁵ Y vosotros sabéis que Él se manifestó^(A) a fin de quitar los^[a] pecados^(B), y en Él no hay pecado^(C).

¹⁴ quien se dio a sí mismo por nosotros^(A), para redimirnos de toda iniquidad^(B) y purificar para si^(C) un pueblo para posesión suya^(D), celoso de buenas obras^(E).

⁷ mas si andamos en la luz^(A), como Él está en la luz^(B), tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado^(C).