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cuatro carretas y ocho toros a los meraritas, pues eso era también lo que ellos necesitaban para hacer su trabajo bajo la dirección de Itamar, hijo del sacerdote Aarón. No les dio nada de eso a los coatitas porque el trabajo de cargar las cosas sagradas lo debían hacer ellos mismos, sobre sus hombros.

10 Cuando se consagró el altar, los jefes de las tribus también trajeron ofrendas y las colocaron delante del altar.

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