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Jesús entra en Jerusalén(A)

21 Cuando ya estaban cerca de Jerusalén y habían llegado a Betfagé, al Monte de los Olivos, Jesús envió a dos de sus discípulos, diciéndoles:

—Vayan a la aldea que está enfrente. Allí encontrarán una burra atada, y un burrito con ella. Desátenla y tráiganmelos. Y si alguien les dice algo, díganle que el Señor los necesita y que en seguida los devolverá.

Esto sucedió para que se cumpliera lo que dijo el profeta, cuando escribió:

«Digan a la ciudad de Sión:
“Mira, tu Rey viene a ti,
humilde, montado en un burro,
en un burrito, cría de una bestia de carga.”»

Los discípulos fueron e hicieron lo que Jesús les había mandado. Llevaron la burra y su cría, echaron sus capas encima de ellos, y Jesús montó. Había mucha gente. Unos tendían sus capas por el camino, y otros tendían ramas que cortaban de los árboles. Y tanto los que iban delante como los que iban detrás, gritaban:

—¡Hosana al Hijo del rey David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosana en las alturas!

10 Cuando Jesús entró en Jerusalén, toda la ciudad se alborotó, y muchos preguntaban:

—¿Quién es éste?

11 Y la gente contestaba:

—Es el profeta Jesús, el de Nazaret de Galilea.

Jesús purifica el templo(B)

12 Jesús entró en el templo y echó de allí a todos los que estaban vendiendo y comprando. Volcó las mesas de los que cambiaban dinero a la gente, y los puestos de los que vendían palomas; 13 y les dijo:

—En las Escrituras se dice: “Mi casa será declarada casa de oración”, pero ustedes están haciendo de ella una cueva de ladrones.

14 Se acercaron a Jesús en el templo los ciegos y los cojos, y él los sanó. 15 Pero cuando los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley vieron los milagros que hacía, y oyeron que los niños gritaban en el templo: «¡Hosana al Hijo del rey David!», se enojaron 16 y dijeron a Jesús:

—¿Oyes lo que ésos están diciendo?

Jesús les contestó:

—Sí, lo oigo. Pero ¿no han leído ustedes la Escritura que habla de esto? Dice:

“Con los cantos de los pequeños,
de los niñitos de pecho,
has dispuesto tu alabanza.”

17 Entonces los dejó, y se fue de la ciudad a Betania, donde pasó la noche.

Jesús maldice la higuera sin fruto(C)

18 Por la mañana, cuando volvía a la ciudad, Jesús sintió hambre. 19 Vio una higuera junto al camino y se acercó a ella, pero no encontró más que hojas. Entonces le dijo a la higuera:

—¡Nunca más vuelvas a dar fruto!

Y al instante la higuera se secó. 20 Al ver lo ocurrido, los discípulos se maravillaron y preguntaron a Jesús:

—¿Cómo es que la higuera se secó al instante?

21 Jesús les contestó:

—Les aseguro que si tienen fe y no dudan, no solamente podrán hacer esto que le hice a la higuera, sino que aun si a este cerro le dicen: “Quítate de ahí y arrójate al mar”, así sucederá. 22 Y todo lo que ustedes, al orar, pidan con fe, lo recibirán.

La autoridad de Jesús(D)

23 Después de esto, Jesús entró en el templo. Mientras estaba allí, enseñando, se le acercaron los jefes de los sacerdotes y los ancianos de los judíos, y le preguntaron:

—¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te dio esta autoridad?

24-25 Jesús les contestó:

—Yo también les voy a hacer una pregunta: ¿Quién envió a Juan a bautizar, Dios o los hombres? Si ustedes me responden, yo les diré con qué autoridad hago esto.

Comenzaron a discutir unos con otros: «Si respondemos que Dios lo envió, nos dirá: “Entonces, ¿por qué no le creyeron?” 26 Y no podemos decir que fueron los hombres, porque tenemos miedo de la gente, ya que todos creen que Juan era un profeta.» 27 Así que respondieron a Jesús:

—No lo sabemos.

Entonces él les contestó:

—Pues yo tampoco les digo con qué autoridad hago esto.

La parábola de los dos hijos

28 Jesús les preguntó:

—¿Qué opinan ustedes de esto? Un hombre tenía dos hijos, y le dijo a uno de ellos: “Hijo, ve hoy a trabajar a mi viñedo.” 29 El hijo le contestó: “¡No quiero ir!” Pero después cambió de parecer, y fue. 30 Luego el padre se dirigió al otro, y le dijo lo mismo. Éste contestó: “Sí, señor, yo iré.” Pero no fue. 31 ¿Cuál de los dos hizo lo que su padre quería?

—El primero —contestaron ellos.

Y Jesús les dijo:

—Les aseguro que los que cobran impuestos para Roma, y las prostitutas, entrarán antes que ustedes en el reino de los cielos. 32 Porque Juan el Bautista vino a enseñarles el camino de la justicia, y ustedes no le creyeron; en cambio, esos cobradores de impuestos y esas prostitutas sí le creyeron. Pero ustedes, aunque vieron todo esto, no cambiaron de actitud para creerle.

La parábola de los labradores malvados(E)

33 »Escuchen otra parábola: El dueño de una finca plantó un viñedo y le puso un cerco; preparó un lugar donde hacer el vino y levantó una torre para vigilarlo todo. Luego alquiló el terreno a unos labradores y se fue de viaje. 34 Cuando llegó el tiempo de la cosecha, mandó unos criados a pedir a los labradores la parte que le correspondía. 35 Pero los labradores echaron mano a los criados: golpearon a uno, mataron a otro y apedrearon a otro. 36 El dueño volvió a mandar más criados que al principio; pero los labradores los trataron a todos de la misma manera.

37 »Por fin mandó a su propio hijo, pensando: “Sin duda, respetarán a mi hijo.” 38 Pero cuando vieron al hijo, los labradores se dijeron unos a otros: “Éste es el que ha de recibir la herencia; matémoslo y nos quedaremos con su propiedad.” 39 Así que lo agarraron, lo sacaron del viñedo y lo mataron.

40 »Y ahora, cuando venga el dueño del viñedo, ¿qué creen ustedes que hará con esos labradores?

41 Le contestaron:

—Matará sin compasión a esos malvados, y alquilará el viñedo a otros labradores que le entreguen a su debido tiempo la parte de la cosecha que le corresponde.

42 Jesús entonces les dijo:

—¿Nunca han leído ustedes las Escrituras? Dicen:

“La piedra que los constructores despreciaron
se ha convertido en la piedra principal.
Esto lo hizo el Señor,
y estamos maravillados.”

43 Por eso les digo que a ustedes se les quitará el reino, y que se le dará a un pueblo que produzca la debida cosecha. 44 En cuanto a la piedra, cualquiera que caiga sobre ella quedará hecho pedazos; y si la piedra cae sobre alguien, lo hará polvo.

45 Los jefes de los sacerdotes y los fariseos, al oír las parábolas que Jesús contaba, se dieron cuenta de que hablaba de ellos. 46 Quisieron entonces arrestarlo, pero tenían miedo, porque la gente creía que Jesús era un profeta.

Jesús entra en Jerusalén

21 Jesús y sus discípulos llegaron al pueblo de Betfagé y se detuvieron junto al Monte de los Olivos, ya muy cerca de la ciudad de Jerusalén. Al llegar allí, Jesús dijo a dos de sus discípulos:

«Vayan a ese pueblo que se ve desde aquí. Tan pronto como entren, van a encontrar una burra atada, junto con un burrito. Desátenlos y tráiganmelos. Si alguien les dice algo, ustedes responderán: “El Señor los necesita; enseguida se los devolverá.”»

Esto sucedió para que se cumpliera lo que Dios había anunciado por medio del profeta:

«Díganle a la gente de Jerusalén:
¡Miren, ahí viene su rey!
Él es humilde,
viene montado en un burro,
en un burrito.»

Los dos discípulos fueron al pueblo e hicieron lo que Jesús les había ordenado. Llevaron la burra y el burrito, y pusieron sus mantos sobre ellos. Jesús se montó y fue hacia Jerusalén.

Muchas personas empezaron a extender sus mantos en el camino por donde iba a pasar Jesús. Otros cortaron ramas de árboles y también las pusieron como alfombra en el suelo. Y toda la gente, tanto la que iba delante de él como la que iba detrás, gritaba:

«¡Sálvanos, Mesías nuestro!
¡Bendito tú, que vienes en el nombre de Dios!
Por favor, ¡sálvanos, Dios altísimo!»

10 Cuando Jesús entró en la ciudad de Jerusalén, toda la gente se alborotó, y decía:

—¿Quién es este hombre?

11 Y los que venían con Jesús contestaban:

—¡Es Jesús, el profeta! Él es de Nazaret, el pueblo de Galilea.

Jesús y los comerciantes del templo

12 Cuando Jesús entró en la ciudad de Jerusalén, fue al templo y empezó a sacar a todos los que estaban vendiendo y comprando cosas. Derribó las mesas de los que cambiaban dinero de otros países por dinero del templo, y también tiró los cajones de los que vendían palomas. 13 Y les dijo: «Dios dice en la Biblia: “mi casa será llamada: ‘Casa de oración’.” Pero ustedes la han convertido en cueva de ladrones.»

14 Luego algunos ciegos, y otros que no podían caminar, se acercaron a Jesús, y él los sanó.

15 Los sacerdotes principales y los maestros de la Ley se enojaron mucho al ver los milagros que él hacía, y al oír que los niños le gritaban alabanzas a Jesús, el Mesías. 16 Por eso le dijeron:

—¿Acaso no oyes lo que estos niños están diciendo?

Jesús les contestó:

—Los oigo bien. ¿No recuerdan lo que dice la Biblia?:

“Los niños pequeños,
los que aún son bebés,
te cantarán alabanzas.”

17 Luego Jesús salió de Jerusalén y se fue al pueblo de Betania. Allí pasó la noche.

Jesús y la higuera

18 Muy de mañana, Jesús fue otra vez a la ciudad de Jerusalén. En el camino tuvo hambre, 19 y vio por allí una higuera. Pero cuando se acercó, no encontró ningún higo para comer. El árbol sólo tenía hojas. Entonces, Jesús le dijo: «¡Nunca volverás a dar higos!»

En aquel mismo instante, el árbol se secó. 20 Y cuando los discípulos vieron lo que pasó, se asombraron y preguntaron a Jesús:

—¿Cómo fue que el árbol se secó tan rápidamente?

21-22 Jesús les contestó:

—Les aseguro que si ustedes tienen confianza y no dudan del poder de Dios, todo lo que pidan en sus oraciones sucederá. Hasta podrían hacer lo mismo que yo hice con la higuera, y más todavía. Si le dijeran a esta montaña: “Quítate de aquí y échate en el mar”, ella los obedecería.

La autoridad de Jesús

23 Jesús entró en el templo y comenzó a enseñar a la gente. Los sacerdotes principales y los líderes del país se acercaron a Jesús y le preguntaron:

—¿Quién te dio autoridad para hacer todo esto?

24-25 Jesús les contestó:

—Yo también voy a preguntarles algo: ¿Quién le dio autoridad a Juan el Bautista para bautizar? ¿Dios o alguna otra persona? Si me responden eso, yo les diré quién me dio autoridad para hacer todo lo que han visto.

Ellos comenzaron a discutir y se decían unos a otros: «Si respondemos que Dios le dio autoridad a Juan, Jesús nos preguntará por qué no le creímos. 26 Por otro lado, nos da miedo decir que fue un ser humano quien se la dio; porque la gente cree que Juan era un profeta enviado por Dios.» 27 Entonces respondieron:

—No lo sabemos.

Jesús les dijo:

—Pues yo tampoco les diré quién me da autoridad para hacer todo esto.

Los dos hijos

28 Jesús también les dijo:

—¿Qué opinan ustedes de esto que voy a contarles? Un hombre tenía dos hijos, y le dijo al mayor de ellos: “Hijo, ve a trabajar en la viña.”

29 »Él le respondió: “¡No quiero ir!”

»Pero después cambió de idea y fue a trabajar.

30 »Luego el hombre también le dijo a su hijo menor que fuera a trabajar, y él le respondió: “¡Sí, señor, iré!”

»Pero el muchacho en verdad no fue. 31 ¿Cuál de los dos hijos hizo lo que el padre quería?

Los sacerdotes y los líderes contestaron:

—El hijo mayor hizo lo que el padre le pidió.

Jesús les dijo:

—Les aseguro que la gente de mala fama, como los cobradores de impuestos y las prostitutas, entrará al reino de Dios antes que ustedes. 32 Porque Juan el Bautista vino y les enseñó a hacer lo bueno y a obedecer a Dios, pero ustedes no le hicieron caso. En cambio, los cobradores y las prostitutas sí le hicieron caso. Y ustedes, aunque vieron eso, no cambiaron de idea, sino que siguieron sin creer en él.

La viña alquilada

33 »Escuchen este otro ejemplo: El dueño de un terreno sembró una viña, y alrededor de ella construyó un cerco. Preparó un lugar para hacer vino con las uvas que cosechara, y construyó una torre para vigilar el terreno. Luego, alquiló la viña a unos hombres y se fue de viaje.

34 »Cuando llegó el tiempo de la cosecha, el dueño del terreno envió a unos sirvientes para pedir la parte de la cosecha que le correspondía. 35 Pero los que alquilaron la viña trataron mal a los sirvientes. A uno de ellos lo golpearon, a otro lo mataron, y a otro le tiraron piedras.

36 »Entonces el dueño envió más sirvientes que al principio, pero los hombres los trataron igual. 37 Finalmente, el dueño envió a su hijo, porque pensó: “Esos hombres sí respetarán a mi hijo.”

38 »Pero cuando los hombres vieron que había llegado el hijo del dueño, dijeron entre ellos: “Este muchacho heredará la viña cuando el dueño muera. Vamos a matarlo; así nos quedaremos con todo.”

39 »Los hombres agarraron al muchacho, lo sacaron de la viña y lo mataron.

40 »Cuando venga el dueño de la viña, ¿qué piensan ustedes que hará con esos hombres?

41 Ellos contestaron:

—El dueño matará sin compasión a esos malvados. Luego les alquilará la viña a otros hombres que le entreguen la parte de la cosecha que le corresponde.

42 Jesús les dijo:

—¿No recuerdan lo que dice la Biblia?:

“La piedra que rechazaron
los constructores del templo
es ahora la piedra principal.
Esto nos deja maravillados,
pues Dios es quien lo hizo.”

43 »Les aseguro que Dios les quitará a ustedes el derecho de pertenecer a su reino, y se lo dará a los que lo obedecen en todo. 44 Cualquiera que caiga sobre la piedra que despreciaron los constructores, quedará hecho pedazos. Y si la piedra cae sobre alguien, lo dejará hecho polvo.

45 Cuando los sacerdotes principales y los fariseos escucharon estas comparaciones y ejemplos, se dieron cuenta de que Jesús hablaba de ellos. 46 Entonces quisieron apresarlo, pero no se atrevieron a hacerlo. Y es que tenían miedo de la gente, porque la gente pensaba que Jesús era un profeta.

Ang Madaogon nga Pagsulod ni Jesus sa Jerusalem

(Mar. 11:1-11; Luc. 19:28-40; Juan 12:12-19)

21 Sa dihang duol na sila si Jesus sa Jerusalem ug didto na sila sa baryo sa Betfage nga anaa sa Bukid sa mga Olibo, gipauna ni Jesus ang duha niya ka mga tinun-an. Miingon siya kanila, “Pag-una kamo didto sa sunod nga baryo. Sa pagsulod ninyo, may makita kamo nga asno nga gihigot ug may kauban nga nati. Hubari ninyo kini ug dad-a dinhi kanako. Kon may mangutana kaninyo, tubaga ninyo, ‘Kinahanglanon kini sa Ginoo,’ ug ipadala dayon niya kini kaninyo.”

Mahitabo kini aron matuman ang gisulti sa propeta:

“Sultihi ninyo ang mga taga-Zion nga ania na ang ilang hari.
Mapainubsanon siya, ug moabot na siya nga nagasakay sa nating asno!”[a]

Busa nanglakaw ang duha ka tinun-an ug gituman nila ang sugo ni Jesus. Gidala nila ang asno uban sa nati didto kang Jesus. Gihapinan nila kini sa ilang mga kupo ug unya misakay si Jesus. Didtoy daghang mga tawo nga nagbuklad sa ilang mga kupo sa dalan. Ang uban nagputol ug sanga sa mga kahoy ug gibutang kini sa dalan.[b] Naninggit ang mga tawo nga nagauna ug ang nagsunod kaniya, “Dayegon ta ang kaliwat ni David![c] Gipanalanginan sa Ginoo ang iyang pinadala![d][e] Dayegon ta ang Dios!”

10 Sa pagsulod ni Jesus sa Jerusalem nagkaguliyang ang mga tawo didto. Miingon sila, “Kinsa ba kanang tawhana?” 11 Mitubag ang mga tawo nga kauban ni Jesus, “Mao kini ang propeta nga si Jesus nga taga-Nazaret, nga sakop sa Galilea.”

Ang Pag-abog ni Jesus sa mga Tawo Didto sa Templo

(Mar. 11:15-19; Luc. 19:45-48; Juan 2:13-22)

12 Misulod si Jesus sa templo ug giabog niya ang tanan nga namalit ug namaligya didto. Gipangtikwang niya ang mga lamisa sa mga nagapang-ilis ug kuwarta ug ang mga lingkoranan sa mga namaligya ug mga salampati nga ighahalad. 13 Miingon siya kanila, “Nagaingon ang Dios sa Kasulatan, ‘Ang akong balay tawgon nga balay nga alampoanan.’[f] Apan gihimo hinuon ninyo kini nga tagoanan sa mga tulisan![g]

14 May mga buta ug mga bakol nga miduol kaniya didto sa templo ug giayo niya sila. 15 Nasuko ang kadagkoan sa mga pari ug ang mga magtutudlo sa Kasugoan sa dihang nakita nila ang kahibulongang mga butang nga iyang gibuhat, ug sa dihang nadunggan nila ang mga bata didto sa templo nga naninggit nga nagaingon, “Dayegon ta ang kaliwat ni David!” 16 Busa nangutana sila kang Jesus, “Nadunggan mo ba usab ang ilang gisulti?” Mitubag si Jesus, “Oo. Ngano, wala ba kamo makabasa sa gi-ingon sa Kasulatan nga bisan ang gagmayng mga bata gitudloan sa Dios nga modayeg kaniya?”[h] 17 Unya gibiyaan sila ni Jesus. Migawas siya sa siyudad sa Jerusalem ug miadto sa Betania ug didto siya natulog.

Gitunglo ni Jesus ang Kahoy nga Igos

(Mar. 11:12-14, 20-24)

18 Nianang pagkabuntag, sa pagbalik ni Jesus sa siyudad sa Jerusalem gigutom siya. 19 Unya, may nakita siyang kahoy nga igos sa daplin sa dalan. Busa giduolan niya kini, apan wala siyay nakita nga bunga kondili mga dahon lang. Unya, giingnan niya ang kahoy, “Sukad karon dili ka na gayod makapamunga!” Ug diha-diha nalaya ang kahoy. 20 Sa dihang nakita kini sa iyang mga tinun-an natingala kaayo sila. Miingon sila, “Nganong kalit nga nalaya ang kahoy nga igos?” 21 Mitubag si Jesus kanila, “Ang tinuod, kon may pagtuo kamo ug dili magduhaduha, mahimo usab ninyo ang gibuhat ko sa kahoy nga igos. Ug dili lang kana kondili makamando usab kamo bisan niining bukid, ‘Balhin ngadto sa dagat,’ ug mahitabo kana. 22 Ang bisan unsa nga inyong pangayoon pinaagi sa inyong pag-ampo madawat gayod ninyo, kon motuo kamo.”

Ang Pagpangutana sa Katungod ni Jesus

(Mar. 11:27-33; Luc. 20:1-8)

23 Misulod pag-usab si Jesus sa templo ug nagtudlo sa mga tawo. Didto may kadagkoan sa mga pari ug mga pangulo sa mga Judio nga miduol kaniya ug nangutana, “Unsa ba ang imong katungod sa pagbuhat niining mga butanga dinhi sa templo? Kinsa ba ang naghatag kanimo niini nga katungod?” 24 Mitubag si Jesus kanila, “Mangutana usab ako kaninyo. Ug kon matubag ninyo kini, tubagon ko usab kamo kon unsa ang akong katungod sa pagbuhat niining mga butanga. 25 Kang kinsa ba naggikan ang katungod ni Juan sa pagbautismo, sa Dios ba o sa tawo?” Naglalisay sila kon unsa ang ilang itubag. Miingon sila, “Kon moingon kita nga ‘Gikan sa Dios,’ moingon siya, ‘Nganong wala kamo motuo kang Juan?’ 26 Apan kon moingon kita nga ‘Gikan sa tawo,’ delikado kita sa mga tawo kay nagatuo sila nga si Juan propeta sa Dios.” 27 Busa mitubag sila kang Jesus, “Wala kami masayod.” Unya miingon si Jesus kanila, “Kon mao kana dili ko usab kamo sultihan kon diin gikan ang akong katungod sa pagbuhat niini.”

Ang Sambingay bahin sa Duha ka Managsoon nga Lalaki

28 Miingon usab si Jesus kanila, “Sa inyong hunahuna, unsa man ang buot ipasabot niini? Dunay usa ka tawo nga may duha ka anak nga lalaki. Giadtoan niya ang magulang ug giingnan, ‘Dong, adto karon sa atong ubasan ug pagtrabaho.’ 29 Mitubag siya, ‘Dili ko!’ Apan sa kaulahian nausab ang iyang hunahuna ug miadto siya sa ilang ubasan ug nagtrabaho. 30 Giadtoan usab sa amahan ang manghod ug giingnan usab sama sa iyang giingon sa magulang. Mitubag ang manghod, ‘Oo, tay,’ apan wala siya motuman. 31 Asa sa duha ang nagtuman sa sugo sa iyang amahan?” Mitubag sila, “Ang magulang.” Miingon si Jesus kanila, “Sa pagkatinuod, nauna pa kaninyo sa pagpasakop sa paghari sa Dios ang mga maniningil ug buhis ug ang mga babaye nga nagbaligya sa ilang dungog. 32 Kay si Juan nga tigbautismo mianhi dinhi ug nagtudlo kaninyo sa husto nga pamaagi aron mahimo kamong matarong atubangan sa Dios, apan wala kamo motuo kaniya. Ang mga maniningil ug buhis ug ang mga babaye nga nagbaligya sa ilang dungog mao hinuon ang mituo kaniya. Ug bisan nakita ninyo kini, wala gihapon kamo maghinulsol ug motuo kaniya.”

Ang Sambingay bahin sa mga Saop

(Mar. 12:1-12; Luc. 20:9-19)

33 Miingon si Jesus kanila, “Pamatia ninyo ang usa pa ka sambingay. Dunay usa ka tawo nga may yuta nga gipatamnan niya ug ubas. Gipakoral niya kini, ug nagpahimo siyag bangag sa dakong bato aron himuong pug-anan sa ubas. Nagpatukod usab siya ug usa ka balay bantayanan. Pagkahuman gipasaopan niya ang iyang ubasan ug milakaw ngadto sa layong dapit. 34 Sa panahon na sa pagpamupo sa ubas, gisugo niya ang iyang mga sulugoon ngadto sa mga saop aron sa pagkuha sa iyang bahin sa abot. 35 Sa pag-abot sa mga sulugoon, gipangdakop sila sa mga saop. Gikulata nila ang usa, gibato ang usa, ug gipatay gayod nila ang usa. 36 Human niadto nagsugo pag-usab ang tag-iya ug mas daghan pa nga mga sulugoon kaysa nauna. Apan mao gihapon ang ilang gibuhat kanila. 37 Sa kaulahian gisugo sa tag-iya ang iyang anak. Naghunahuna siya nga tahoron nila ang iyang anak. 38 Apan sa pagkakita sa mga saop sa iyang anak, miingon sila, ‘Ania na ang manununod. Dali, patyon nato aron maato ang iyang mapanunod.’ 39 Busa gidakop nila siya ug gidala didto sa gawas sa ubasan ug gipatay.”

40 Unya nangutana si Jesus, “Kon mobalik ang tag-iya sa ubasan, unsa may iyang buhaton niadtong mga saop?” 41 Mitubag sila, “Pamatyon niya kadtong daotan nga mga saop ug dili gayod niya kaloy-an. Unya pasaopan niya ang iyang ubasan sa mga saop nga mohatag sa iyang bahin matag ani.” 42 Miingon usab si Jesus kanila, “Wala ba ninyo mabasa ang gi-ingon sa Kasulatan?

‘Ang bato nga gisalikway sa mga panday
mao gayod hinuon ang nahimong pundasyon.
Mao kini ang gibuhat sa Ginoo,
ug kahibulongan kini kanato!’ ”[i]

43 Mipadayon si Jesus sa pag-ingon kanila, “Mao kini ang hinungdan nga dili na maghari ang Dios kaninyo kondili ngadto na sa mga tawo nga nagatuman sa iyang mga gipabuhat. 44 [Si bisan kinsa nga mahulog niini nga bato mabali-balian, apan siya nga mahulogan sa maong bato madugmok gayod.]”

45 Pagka-dungog sa kadagkoan sa mga pari ug mga Pariseo sa mga sambingay ni Jesus, nasabtan nila nga sila ang iyang gitumong. 46 Busa buot na gayod nila nga dakpon si Jesus, apan nahadlok sila sa mga tawo tungod kay giila nila nga propeta si Jesus.

Footnotes

  1. 21:5 Tan-awa usab ang Zac. 9:9.
  2. 21:8 Gibuhat nila kini sa pagpasidungog kang Jesus.
  3. 21:9 Tan-awa ang 20:30.
  4. 21:9 ang iyang pinadala: sa literal, ang nagaanhi sa ngalan sa Ginoo.
  5. 21:9 Tan-awa usab ang Salmo 118:26.
  6. 21:13 Tan-awa usab ang Isa. 56:7.
  7. 21:13 Tan-awa usab ang Jer. 7:11.
  8. 21:16 Tan-awa usab ang Salmo 8:2.
  9. 21:42 Tan-awa usab ang Salmo 118:22-23.

Jesus Comes to Jerusalem as King(A)(B)

21 As they approached Jerusalem and came to Bethphage on the Mount of Olives,(C) Jesus sent two disciples, saying to them, “Go to the village ahead of you, and at once you will find a donkey tied there, with her colt by her. Untie them and bring them to me. If anyone says anything to you, say that the Lord needs them, and he will send them right away.”

This took place to fulfill(D) what was spoken through the prophet:

“Say to Daughter Zion,
    ‘See, your king comes to you,
gentle and riding on a donkey,
    and on a colt, the foal of a donkey.’”[a](E)

The disciples went and did as Jesus had instructed them. They brought the donkey and the colt and placed their cloaks on them for Jesus to sit on. A very large crowd spread their cloaks(F) on the road, while others cut branches from the trees and spread them on the road. The crowds that went ahead of him and those that followed shouted,

“Hosanna[b] to the Son of David!”(G)

“Blessed is he who comes in the name of the Lord!”[c](H)

“Hosanna[d] in the highest heaven!”(I)

10 When Jesus entered Jerusalem, the whole city was stirred and asked, “Who is this?”

11 The crowds answered, “This is Jesus, the prophet(J) from Nazareth in Galilee.”

Jesus at the Temple(K)

12 Jesus entered the temple courts and drove out all who were buying(L) and selling there. He overturned the tables of the money changers(M) and the benches of those selling doves.(N) 13 “It is written,” he said to them, “‘My house will be called a house of prayer,’[e](O) but you are making it ‘a den of robbers.’[f](P)

14 The blind and the lame came to him at the temple, and he healed them.(Q) 15 But when the chief priests and the teachers of the law saw the wonderful things he did and the children shouting in the temple courts, “Hosanna to the Son of David,”(R) they were indignant.(S)

16 “Do you hear what these children are saying?” they asked him.

“Yes,” replied Jesus, “have you never read,

“‘From the lips of children and infants
    you, Lord, have called forth your praise’[g]?”(T)

17 And he left them and went out of the city to Bethany,(U) where he spent the night.

Jesus Curses a Fig Tree(V)

18 Early in the morning, as Jesus was on his way back to the city, he was hungry. 19 Seeing a fig tree by the road, he went up to it but found nothing on it except leaves. Then he said to it, “May you never bear fruit again!” Immediately the tree withered.(W)

20 When the disciples saw this, they were amazed. “How did the fig tree wither so quickly?” they asked.

21 Jesus replied, “Truly I tell you, if you have faith and do not doubt,(X) not only can you do what was done to the fig tree, but also you can say to this mountain, ‘Go, throw yourself into the sea,’ and it will be done. 22 If you believe, you will receive whatever you ask for(Y) in prayer.”

The Authority of Jesus Questioned(Z)

23 Jesus entered the temple courts, and, while he was teaching, the chief priests and the elders of the people came to him. “By what authority(AA) are you doing these things?” they asked. “And who gave you this authority?”

24 Jesus replied, “I will also ask you one question. If you answer me, I will tell you by what authority I am doing these things. 25 John’s baptism—where did it come from? Was it from heaven, or of human origin?”

They discussed it among themselves and said, “If we say, ‘From heaven,’ he will ask, ‘Then why didn’t you believe him?’ 26 But if we say, ‘Of human origin’—we are afraid of the people, for they all hold that John was a prophet.”(AB)

27 So they answered Jesus, “We don’t know.”

Then he said, “Neither will I tell you by what authority I am doing these things.

The Parable of the Two Sons

28 “What do you think? There was a man who had two sons. He went to the first and said, ‘Son, go and work today in the vineyard.’(AC)

29 “‘I will not,’ he answered, but later he changed his mind and went.

30 “Then the father went to the other son and said the same thing. He answered, ‘I will, sir,’ but he did not go.

31 “Which of the two did what his father wanted?”

“The first,” they answered.

Jesus said to them, “Truly I tell you, the tax collectors(AD) and the prostitutes(AE) are entering the kingdom of God ahead of you. 32 For John came to you to show you the way of righteousness,(AF) and you did not believe him, but the tax collectors(AG) and the prostitutes(AH) did. And even after you saw this, you did not repent(AI) and believe him.

The Parable of the Tenants(AJ)

33 “Listen to another parable: There was a landowner who planted(AK) a vineyard. He put a wall around it, dug a winepress in it and built a watchtower.(AL) Then he rented the vineyard to some farmers and moved to another place.(AM) 34 When the harvest time approached, he sent his servants(AN) to the tenants to collect his fruit.

35 “The tenants seized his servants; they beat one, killed another, and stoned a third.(AO) 36 Then he sent other servants(AP) to them, more than the first time, and the tenants treated them the same way. 37 Last of all, he sent his son to them. ‘They will respect my son,’ he said.

38 “But when the tenants saw the son, they said to each other, ‘This is the heir.(AQ) Come, let’s kill him(AR) and take his inheritance.’(AS) 39 So they took him and threw him out of the vineyard and killed him.

40 “Therefore, when the owner of the vineyard comes, what will he do to those tenants?”

41 “He will bring those wretches to a wretched end,”(AT) they replied, “and he will rent the vineyard to other tenants,(AU) who will give him his share of the crop at harvest time.”

42 Jesus said to them, “Have you never read in the Scriptures:

“‘The stone the builders rejected
    has become the cornerstone;
the Lord has done this,
    and it is marvelous in our eyes’[h]?(AV)

43 “Therefore I tell you that the kingdom of God will be taken away from you(AW) and given to a people who will produce its fruit. 44 Anyone who falls on this stone will be broken to pieces; anyone on whom it falls will be crushed.”[i](AX)

45 When the chief priests and the Pharisees heard Jesus’ parables, they knew he was talking about them. 46 They looked for a way to arrest him, but they were afraid of the crowd because the people held that he was a prophet.(AY)

Footnotes

  1. Matthew 21:5 Zech. 9:9
  2. Matthew 21:9 A Hebrew expression meaning “Save!” which became an exclamation of praise; also in verse 15
  3. Matthew 21:9 Psalm 118:25,26
  4. Matthew 21:9 A Hebrew expression meaning “Save!” which became an exclamation of praise; also in verse 15
  5. Matthew 21:13 Isaiah 56:7
  6. Matthew 21:13 Jer. 7:11
  7. Matthew 21:16 Psalm 8:2 (see Septuagint)
  8. Matthew 21:42 Psalm 118:22,23
  9. Matthew 21:44 Some manuscripts do not have verse 44.