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Jesús anuncia Su muerte y resurrección

21 (A)Desde entonces Jesucristo comenzó a declarar[a] a Sus discípulos que debía ir a Jerusalén y sufrir muchas cosas de parte de los ancianos(B), de los principales sacerdotes y de los escribas, y ser muerto, y resucitar al tercer día.

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Footnotes

  1. Mateo 16:21 Lit. a mostrar.

Jesús anuncia su muerte

(Mr. 8.31—9.1; Lc. 9.22-27)

21 Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día.

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20 Entonces los judíos(A) dijeron: «En cuarenta y seis años fue edificado este templo[a](B), ¿y Tú lo levantarás en tres días?».

21 Pero Él hablaba del templo[b] de Su cuerpo(C). 22 Por eso, cuando resucitó de los muertos, Sus discípulos(D) se acordaron(E) de que había dicho esto; y creyeron en la Escritura(F) y en la palabra que Jesús había hablado.

Los primeros creyentes en Jerusalén

23 Cuando Jesús estaba en Jerusalén durante la fiesta de la Pascua(G), muchos creyeron en Su nombre al ver las señales(H) que hacía. 24 Pero Jesús, en cambio, no se confiaba en ellos, porque los conocía a todos(I), 25 y[c] no tenía necesidad de que nadie le diera testimonio del hombre, porque Él conocía lo que había en el interior del hombre(J).

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Footnotes

  1. Juan 2:20 O santuario.
  2. Juan 2:21 O santuario.
  3. Juan 2:25 Lit. y que.

20 Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarás? 21 Mas él hablaba del templo de su cuerpo. 22 Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron que había dicho esto; y creyeron la Escritura y la palabra que Jesús había dicho.

Jesús conoce a todos los hombres

23 Estando en Jerusalén en la fiesta de la pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo las señales que hacía. 24 Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, 25 y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre.

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24 al cual Dios levantó,(A) sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella.

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