Predicación de Juan el Bautista

Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios[a](A).

(B)Como está escrito en el profeta Isaías:

He aquí, yo envío mi mensajero delante de tu faz,
el cual preparará tu camino(C).
Voz del que clama en el desierto:
«Preparad el camino del Señor,
haced derechas sus sendas(D)».

Juan el Bautista apareció en el desierto predicando[b] el bautismo de arrepentimiento(E) para el perdón de pecados(F). Y acudía a él toda la región de Judea, y toda la gente de Jerusalén, y confesando sus pecados, eran bautizados por él en el río Jordán. Juan estaba vestido de pelo de camello, tenía[c] un cinto de cuero(G) a la cintura, y comía langostas[d] y miel silvestre. Y predicaba[e], diciendo: Tras mí viene uno que es más poderoso que yo, a quien no soy digno de desatar, inclinándome, la correa de sus sandalias. Yo os bauticé con[f] agua, pero Él os bautizará con[g] el Espíritu Santo.

Bautismo y tentación de Jesús

(H)Y sucedió en aquellos días que Jesús vino de Nazaret(I) de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán. 10 E inmediatamente, al salir del agua, vio que los cielos se abrían, y que el Espíritu como paloma descendía sobre Él; 11 y vino una voz de los cielos, que decía: Tú eres mi Hijo amado, en ti me he complacido(J).

12 (K)Enseguida el Espíritu le impulsó* a ir al desierto. 13 Y estuvo en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás(L); y estaba entre las fieras, y los ángeles le servían.

Jesús principia su ministerio

14 Después que Juan había sido encarcelado[h], Jesús vino a Galilea(M) proclamando el evangelio(N) de Dios, 15 y diciendo: El tiempo se ha cumplido(O) y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos y creed[i](P) en el evangelio.

Llamamiento de los primeros discípulos

16 (Q)Mientras caminaba junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, hermano de Simón, echando una red en el mar, porque eran pescadores. 17 Y Jesús les dijo: Seguidme, y yo haré que seáis pescadores de hombres. 18 Y dejando al instante las redes, le siguieron. 19 Yendo un poco más adelante vio a Jacobo[j], el hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, los cuales estaban también en la barca, remendando las redes. 20 Y al instante los llamó; y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron tras Él.

Jesús enseña en Capernaúm

21 (R)Entraron* en Capernaúm; y enseguida, en el día de reposo entrando Jesús en la sinagoga comenzó a enseñar(S). 22 Y se admiraban de su enseñanza(T); porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. 23 Y he aquí[k] estaba en la sinagoga de ellos un hombre con un espíritu inmundo, el cual comenzó a gritar, 24 diciendo: ¿Qué tenemos que ver contigo[l](U), Jesús de Nazaret[m](V)? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres: el Santo de Dios(W). 25 Jesús lo reprendió, diciendo: ¡Cállate, y sal de él! 26 Entonces el espíritu inmundo, causándole convulsiones, gritó a gran voz y salió de él. 27 Y todos se asombraron(X) de tal manera que discutían entre sí, diciendo: ¿Qué es esto? ¡Una enseñanza nueva con autoridad! Él manda aun a los espíritus inmundos y le obedecen. 28 Y enseguida su fama se extendió por todas partes, por toda la región alrededor de Galilea.

Jesús sana a la suegra de Simón y a muchos otros

29 (Y)Inmediatamente después de haber salido de la sinagoga, fueron[n] a casa de Simón(Z) y Andrés, con Jacobo[o] y Juan. 30 Y la suegra de Simón yacía enferma con fiebre; y enseguida le hablaron* de ella. 31 Jesús se le acercó, y tomándola de la mano la levantó, y la fiebre la dejó; y ella les servía.

32 (AA)A la caída de la tarde, después de la puesta del sol(AB), le trajeron todos los que estaban enfermos y los endemoniados(AC). 33 Y toda la ciudad(AD) se había amontonado a la puerta. 34 Y sanó a muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades(AE), y expulsó muchos demonios; y no dejaba hablar a los demonios, porque ellos sabían quién era Él[p].

Jesús recorre Galilea

35 (AF)Levantándose muy de mañana, cuando todavía estaba oscuro, salió, y se fue a un lugar solitario, y allí oraba(AG). 36 Y Simón y sus compañeros salieron a buscarle; 37 le encontraron y le dijeron*: Todos te buscan. 38 Y Él les dijo*: Vamos a otro lugar, a los pueblos vecinos, para que predique[q] también allí, porque para eso he venido. 39 Y fue por toda Galilea, predicando[r] en sus sinagogas(AH) y expulsando demonios.

Curación de un leproso

40 (AI)Y vino* a Él un leproso rogándole, y arrodillándose le dijo[s]: Si quieres, puedes limpiarme(AJ). 41 Movido a compasión, extendiendo Jesús la mano, lo tocó, y le dijo*: Quiero; sé limpio. 42 Y al instante la lepra lo dejó y quedó limpio. 43 Entonces Jesús lo amonestó severamente y enseguida lo despidió, 44 y le dijo*: Mira, no digas nada a nadie, sino ve, muéstrate al sacerdote y ofrece por tu limpieza lo que Moisés ordenó, para testimonio a ellos(AK). 45 Pero él, en cuanto salió, comenzó a proclamarlo abiertamente[t] y a divulgar el hecho(AL), a tal punto que Jesús[u] ya no podía entrar públicamente en ninguna ciudad, sino que se quedaba fuera en lugares despoblados; y venían a Él de todas partes(AM).

Curación de un paralítico

Habiendo entrado de nuevo en Capernaúm varios días después, se oyó que estaba en casa. Y se reunieron muchos(AN), tanto que ya no había lugar ni aun a la puerta; y Él les exponía[v] la palabra. (AO)Entonces vinieron* a traerle un paralítico(AP) llevado entre cuatro. Y como no pudieron acercarse[w] a Él a causa de la multitud, levantaron el techo encima de donde Él estaba; y cuando habían hecho una abertura, bajaron la camilla(AQ) en que yacía el paralítico(AR). Viendo Jesús la fe de ellos, dijo* al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados(AS). Pero estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales pensaban en sus corazones: ¿Por qué habla este así? Está blasfemando; ¿quién puede perdonar pecados, sino solo Dios[x](AT)? Y al instante Jesús, conociendo en[y] su espíritu que pensaban de esa manera dentro de sí mismos, les dijo*: ¿Por qué pensáis estas cosas en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico(AU): «Tus pecados te son perdonados», o decirle: «Levántate, toma tu camilla y anda»? 10 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados (dijo* al paralítico): 11 A ti te digo: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. 12 Y él se levantó, y tomando al instante la camilla, salió a la vista de todos, de manera que todos estaban asombrados, y glorificaban a Dios(AV), diciendo: Jamás hemos visto cosa semejante(AW).

Llamamiento de Leví y la cena en su casa

13 Y Él salió de nuevo a la orilla del mar, y toda la multitud venía a Él(AX), y les enseñaba. 14 (AY)Y al pasar, vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado en la oficina de los tributos, y le dijo*: Sígueme(AZ). Y levantándose, le siguió(BA).

15 Y sucedió[z] que estando Jesús[aa] sentado[ab] a la mesa en casa de Leví[ac], muchos recaudadores de impuestos[ad] y pecadores estaban comiendo[ae] con Jesús y sus discípulos; porque había muchos de ellos que le seguían. 16 Al ver los escribas de los fariseos(BB) que Él comía con pecadores y recaudadores de impuestos, decían a sus discípulos: ¿Por qué Él come y bebe con recaudadores de impuestos y pecadores(BC)? 17 Al oír esto, Jesús les dijo*: Los que están sanos[af] no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos; no he venido a llamar a justos, sino a pecadores(BD).

Pregunta sobre el ayuno

18 (BE)Los discípulos de Juan y los fariseos estaban ayunando; y vinieron* y le dijeron*: ¿Por qué ayunan los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos, pero tus discípulos no ayunan? 19 Y Jesús les dijo: ¿Acaso pueden ayunar los acompañantes del novio[ag] mientras el novio está con ellos? Mientras tienen al novio con ellos, no pueden ayunar. 20 Pero vendrán días cuando el novio les será quitado, y entonces ayunarán en aquel día(BF). 21 Nadie pone un remiendo[ah] de tela nueva[ai] en un vestido viejo, porque entonces el remiendo[aj] al encogerse tira de él, lo nuevo de lo viejo, y se produce una rotura peor. 22 Y nadie echa vino nuevo en odres[ak] viejos, porque entonces[al] el vino romperá el odre, y se pierde el vino y también los odres[am]; sino que se echa vino nuevo en odres[an] nuevos.

Jesús, Señor del día de reposo

23 (BG)Y aconteció que un día de reposo Jesús[ao] pasaba por los sembrados, y sus discípulos, mientras se abrían paso, comenzaron a arrancar espigas(BH). 24 Entonces los fariseos le decían: Mira, ¿por qué hacen lo que no es lícito en el día de reposo(BI)? 25 Y Él les dijo*: ¿Nunca habéis leído lo que David hizo cuando tuvo necesidad y sintió hambre, él y sus compañeros, 26 cómo entró en la casa de Dios en tiempos de Abiatar, el sumo sacerdote(BJ), y comió los panes consagrados[ap] que no es lícito a nadie comer(BK), sino a los sacerdotes, y dio también a los que estaban con él(BL)? 27 Y Él les decía: El día de reposo se hizo[aq] para el[ar] hombre(BM), y no el hombre para el[as] día de reposo(BN). 28 Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo.

Jesús sana al hombre de la mano seca

(BO)Otra vez entró Jesús en una sinagoga(BP); y había allí un hombre que tenía una mano seca. Y le observaban(BQ) para ver si lo sanaba en el día de reposo, para poder acusarle(BR). Y dijo* al hombre que tenía la mano seca: Levántate y ponte aquí en medio. Entonces les dijo*: ¿Es lícito en el día de reposo hacer bien o hacer mal, salvar una vida o matar? Pero ellos guardaban silencio. Y mirándolos en torno con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo* al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y su mano quedó sana[at](BS). Pero cuando los fariseos salieron, enseguida comenzaron a tramar[au] con los herodianos(BT) en contra de Jesús[av], para ver cómo podrían destruirle.

Las multitudes siguen a Jesús

(BU)Jesús se retiró al mar con sus discípulos; y una gran multitud de Galilea le siguió; y también de Judea(BV), de Jerusalén, de Idumea(BW), del otro lado del Jordán, y de los alrededores de Tiro y Sidón(BX); una gran multitud, que al oír todo lo que Jesús hacía, vino a Él. Y dijo a sus discípulos que le tuvieran lista una barca por causa de la multitud(BY), para que no le oprimieran; 10 porque había sanado a muchos(BZ), de manera que todos los que tenían aflicciones(CA) se le echaban encima para tocarle(CB). 11 Y siempre que los espíritus inmundos le veían, caían delante de Él y gritaban, diciendo: Tú eres el Hijo de Dios(CC). 12 Y les advertía con insistencia que no revelaran su identidad[aw](CD).

Designación de los doce apóstoles

13 Y subió* al monte(CE), llamó(CF)* a los que Él quiso, y ellos vinieron a Él. 14 Y designó a doce[ax], para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar, 15 y para que tuvieran autoridad de expulsar demonios. 16 Designó a los doce: (CG)Simón (a quien puso por nombre Pedro), 17 Jacobo[ay], hijo de Zebedeo, y Juan hermano de Jacobo[az] (a quienes puso por nombre Boanerges, que significa, hijos del trueno); 18 Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Jacobo[ba], hijo de Alfeo, Tadeo, Simón el cananita[bb]; 19 y Judas Iscariote, el que también le entregó.

Jesús y Beelzebú

20 Jesús llegó* a una casa(CH), y la multitud se juntó* de nuevo(CI), a tal punto que ellos ni siquiera podían comer[bc](CJ). 21 Cuando sus parientes(CK) oyeron esto, fueron para hacerse cargo de Él, porque decían: Está fuera de sí(CL). 22 Y los escribas que habían descendido de Jerusalén(CM) decían: Tiene a Beelzebú(CN); y: Expulsa los demonios por el príncipe de los demonios(CO). 23 (CP)Y llamándolos junto a sí, les hablaba en parábolas(CQ): ¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás(CR)? 24 Y si un reino está dividido contra sí mismo, ese reino no puede perdurar. 25 Y si una casa está dividida contra sí misma, esa casa no podrá permanecer. 26 Y si Satanás(CS) se ha levantado contra sí mismo y está dividido, no puede permanecer, sino que ha llegado su fin[bd]. 27 Pero nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes si primero no lo ata[be]; entonces podrá saquear su casa(CT). 28 En verdad os digo que todos los pecados serán perdonados a los hijos de los hombres(CU), y las blasfemias con que blasfemen, 29 pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo no tiene jamás perdón(CV), sino que es culpable de pecado eterno. 30 Porque decían: Tiene un espíritu inmundo.

La madre y los hermanos de Jesús

31 (CW)Entonces llegaron* su madre y sus hermanos, y quedándose afuera, mandaron llamarle. 32 Y había una multitud sentada alrededor de Él, y le dijeron*: He aquí, tu madre y tus hermanos[bf] están afuera y te buscan. 33 Respondiéndoles Él, dijo*: ¿Quiénes son mi madre y mis hermanos? 34 Y mirando en torno a los que estaban sentados en círculo, a su alrededor, dijo*: He aquí mi madre y mis hermanos(CX). 35 Porque cualquiera que hace la voluntad de Dios(CY), ese es mi hermano y hermana y madre.

Parábola del sembrador

(CZ)Comenzó a enseñar de nuevo junto al mar; y se llegó[bg] a Él una multitud tan grande(DA) que tuvo que subirse a una barca(DB) que estaba en el mar, y se sentó; y toda la multitud estaba en tierra a la orilla del mar. Les enseñaba muchas cosas en parábolas(DC); y les decía en su enseñanza: ¡Oíd! He aquí, el sembrador salió a sembrar; y aconteció que al sembrar, una parte de la semilla cayó junto al camino, y vinieron las aves y se la comieron. Otra parte cayó en un pedregal donde no tenía mucha tierra; y enseguida brotó por no tener profundidad de tierra. Pero cuando salió el sol, se quemó; y por no tener raíz, se secó. Otra parte cayó entre espinos, y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto. Y otras semillas cayeron en buena tierra, y creciendo y desarrollándose, dieron fruto, y produjeron unas a treinta, otras a sesenta y otras a ciento por uno. Y Él decía: El que tiene oídos para oír, que oiga(DD).

Explicación de la parábola

10 Cuando se quedó solo, sus seguidores[bh] junto con los doce, le preguntaban sobre las parábolas. 11 Y les decía: A vosotros os ha sido dado el misterio del reino de Dios, pero los que están afuera(DE) reciben todo en parábolas(DF); 12 para que viendo vean pero no perciban, y oyendo oigan pero no entiendan, no sea que se conviertan y sean perdonados(DG). 13 (DH)Y les dijo*: ¿No entendéis esta parábola? ¿Cómo, pues, comprenderéis todas las parábolas? 14 El sembrador siembra la palabra. 15 Y estos que están junto al camino donde se siembra la palabra, son aquellos que en cuanto la oyen, al instante viene Satanás(DI) y se lleva la palabra que se ha sembrado en ellos. 16 Y de igual manera, estos en que se sembró la semilla en pedregales son los que al oír la palabra enseguida la reciben con gozo; 17 pero no tienen raíz profunda en sí mismos, sino que solo son temporales. Entonces, cuando viene la aflicción o la persecución por causa de la palabra, enseguida tropiezan[bi] y caen. 18 Otros son aquellos en los que se sembró la semilla entre los espinos; estos son los que han oído la palabra, 19 pero las preocupaciones del mundo[bj], y el engaño de las riquezas, y los deseos de las demás cosas entran y ahogan la palabra, y se vuelve estéril(DJ). 20 Y otros son aquellos en que se sembró la semilla en tierra buena; los cuales oyen la palabra, la aceptan y dan fruto, unos a treinta, otros a sesenta y otros a ciento por uno(DK).

21 Y les decía: ¿Acaso se trae una lámpara para ponerla debajo de un almud o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero(DL)? 22 Porque nada hay oculto, si no es para que sea manifestado; ni nada ha estado en secreto, sino para que salga a la luz(DM). 23 Si alguno tiene oídos para oír, que oiga(DN). 24 También les decía: Cuidaos de lo que oís. Con la medida con que midáis, se os medirá(DO), y aun más se os dará. 25 Porque al que tiene, se le dará más, pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará(DP).

Parábola del crecimiento de la semilla

26 Decía también: El reino de Dios es como un hombre que echa semilla en la tierra(DQ), 27 y se acuesta[bk] y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece; cómo, él no lo sabe. 28 La tierra produce fruto por sí misma; primero la hoja, luego la espiga, y después el grano maduro[bl] en la espiga. 29 Y cuando el fruto lo permite, él enseguida mete[bm] la hoz(DR), porque ha llegado el tiempo de la siega.

Parábola del grano de mostaza

30 (DS)También decía: ¿A qué compararemos el reino de Dios(DT), o con qué parábola lo describiremos? 31 Es como un grano de mostaza, el cual, cuando se siembra en la tierra, aunque es más pequeño que todas las semillas que hay en la tierra, 32 sin embargo, cuando es sembrado, crece y llega a ser más grande que todas las hortalizas y echa grandes ramas, tanto que las aves del cielo pueden anidar bajo su sombra(DU).

33 Con muchas parábolas como estas les hablaba la palabra, según podían oírla; 34 y sin parábolas[bn](DV) no les hablaba, sino que lo explicaba(DW) todo en privado a sus propios discípulos.

Jesús calma la tempestad

35 (DX)Ese día, caída ya la tarde, les dijo*: Pasemos al otro lado. 36 Despidiendo[bo] a la multitud, le llevaron* con ellos en la barca(DY), como estaba; y había otras barcas con Él. 37 Pero se levantó* una violenta tempestad[bp], y las olas se lanzaban sobre la barca de tal manera que ya se anegaba la barca. 38 Él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal[bq]; entonces le despertaron* y le dijeron*: Maestro, ¿no te importa que perezcamos? 39 Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: ¡Cálmate[br], sosiégate[bs]! Y el viento cesó, y sobrevino una gran calma(DZ). 40 Entonces les dijo: ¿Por qué estáis amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe(EA)? 41 Y se llenaron de gran temor, y se decían unos a otros: ¿Quién, pues, es este que aun el viento y el mar le obedecen?

El endemoniado gadareno

(EB)Y llegaron al otro lado del mar, a la tierra de los gadarenos[bt]. Y cuando Él salió de la barca(EC), enseguida vino a su encuentro, de entre los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo(ED), que tenía su morada entre los sepulcros; y nadie podía ya atarlo ni aun con cadenas; porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie era tan fuerte como para dominarlo. Y siempre, noche y día, andaba entre los sepulcros y en los montes dando gritos e hiriéndose con piedras. Cuando vio a Jesús de lejos, corrió y se postró delante de Él; y gritando a gran voz, dijo*: ¿Qué tengo yo que ver contigo[bu], Jesús, Hijo del Dios(EE) Altísimo(EF)? Te imploro por Dios que no me atormentes(EG). Porque Jesús le decía: Sal del hombre, espíritu inmundo. Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y él le dijo*: Me llamo Legión(EH), porque somos muchos. 10 Entonces le rogaba con insistencia que no los enviara fuera de la tierra. 11 Y había allí una gran piara de cerdos paciendo junto al monte. 12 Y los demonios le rogaron, diciendo: Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos. 13 Y Él les dio permiso. Y saliendo los espíritus inmundos, entraron en los cerdos; y la piara, unos dos mil, se precipitó por un despeñadero al mar, y en el mar se ahogaron[bv]. 14 Y los que cuidaban los cerdos[bw] huyeron y lo contaron en la ciudad y por los campos. Y la gente vino a ver qué era lo que había sucedido. 15 Y vinieron* a Jesús, y vieron* al que había estado endemoniado(EI), sentado, vestido(EJ) y en su cabal juicio, el mismo que había tenido la legión(EK); y tuvieron miedo(EL). 16 Y los que lo habían visto les describieron cómo le había sucedido esto al endemoniado(EM), y lo de los cerdos. 17 Y comenzaron a rogarle que se fuera de su comarca(EN). 18 (EO)Al entrar Él en la barca, el que había estado endemoniado(EP) le rogaba que lo dejara acompañarle[bx]. 19 Pero Jesús no se lo permitió, sino que le dijo*: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas[by] el Señor ha hecho por ti, y cómo tuvo misericordia de ti(EQ). 20 Y él se fue, y empezó a proclamar en Decápolis(ER) cuán grandes cosas[bz] Jesús había hecho por él; y todos se quedaban maravillados.

Jairo ruega por su hija

21 Cuando Jesús pasó otra vez(ES) en la barca(ET) al otro lado, se reunió una gran multitud alrededor de Él; así que Él se quedó[ca] junto al mar(EU). 22 (EV)Y vino uno de los oficiales[cb] de la sinagoga(EW), llamado Jairo, y al verle se postró* a sus pies. 23 Y le rogaba* con insistencia, diciendo: Mi hijita está al borde de la muerte; te ruego que vengas y pongas las manos sobre ella(EX) para que sane[cc] y viva. 24 Jesús fue con él; y una gran multitud le seguía y le oprimía.

Jesús sana a una mujer

25 Y una mujer que había tenido flujo de sangre por doce años, 26 y había sufrido mucho a manos de muchos médicos, y había gastado todo lo que tenía sin provecho alguno, sino que al contrario, había empeorado; 27 cuando oyó hablar de Jesús, se llegó a Él por detrás entre la multitud y tocó su manto. 28 Porque decía[cd]: Si tan solo toco sus ropas, sanaré[ce]. 29 Al instante la fuente de su sangre se secó, y sintió en su cuerpo que estaba curada de su aflicción(EY). 30 Y enseguida Jesús, dándose cuenta de que había salido poder de Él(EZ), volviéndose entre la gente, dijo: ¿Quién ha tocado mi ropa? 31 Y sus discípulos le dijeron: Ves que la multitud te oprime, y dices: «¿Quién me ha tocado?». 32 Pero Él miraba a su alrededor para ver a la mujer que le había tocado[cf]. 33 Entonces la mujer, temerosa y temblando, dándose cuenta de lo que le había sucedido, vino y se postró delante de Él y le dijo toda la verdad. 34 Y Jesús le dijo: Hija, tu fe te ha sanado[cg](FA); vete en paz(FB) y queda sana de tu aflicción(FC).

Jesús resucita a la hija de Jairo

35 Mientras estaba todavía hablando, vinieron* de casa del oficial de la sinagoga(FD), diciendo: Tu hija ha muerto, ¿para qué molestas aún al Maestro? 36 Pero Jesús, oyendo lo que se hablaba, dijo* al oficial de la sinagoga(FE): No temas, cree solamente[ch](FF). 37 Y no permitió que nadie fuera con Él sino solo Pedro, Jacobo[ci] y Juan, el hermano de Jacobo[cj](FG). 38 Fueron* a la casa del oficial de la sinagoga(FH), y Jesús vio* el alboroto, y a los que lloraban y se lamentaban mucho. 39 Y entrando les dijo*: ¿Por qué hacéis alboroto y lloráis? La niña no ha muerto, sino que está dormida. 40 Y se burlaban de Él. Pero Él, echando fuera a todos, tomó* consigo al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con Él, y entró* donde estaba la niña. 41 Y tomando a la niña por la mano, le dijo*: Talita cum (que traducido significa: Niña, a ti te digo, ¡levántate(FI)!). 42 Al instante la niña se levantó y comenzó a caminar, pues tenía doce años. Y al momento se quedaron completamente atónitos. 43 Entonces les dio órdenes estrictas de que nadie se enterara de esto(FJ); y dijo que le dieran de comer a la niña[ck].

Jesús enseña en Nazaret

(FK)Él se marchó de allí y llegó* a su pueblo(FL); y sus discípulos le siguieron*. Cuando llegó el día de reposo, comenzó a enseñar en la sinagoga(FM); y muchos que le escuchaban se asombraban(FN), diciendo: ¿Dónde obtuvo este tales[cl] cosas, y cuál es esta sabiduría que le ha sido dada, y estos milagros[cm] que hace con sus manos? ¿No es este el carpintero, el hijo de María, y hermano(FO) de Jacobo[cn], José, Judas y Simón(FP)? ¿No están sus hermanas(FQ) aquí con nosotros? Y se escandalizaban a causa de Él(FR). Y Jesús les dijo: No hay profeta sin honra sino en su propia tierra(FS), y entre sus parientes, y en su casa(FT). Y no pudo hacer allí ningún milagro[co]; solo sanó a unos pocos enfermos sobre los cuales puso sus manos(FU). Y estaba maravillado de la incredulidad de ellos.

Y recorría las aldeas de alrededor enseñando(FV).

Jesús envía a los doce

(FW)Entonces llamó* a los doce(FX) y comenzó a enviarlos de dos en dos(FY), dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos; y les ordenó que no llevaran nada para el camino(FZ), sino solo un bordón; ni pan, ni alforja[cp], ni dinero en el cinto; sino calzados con sandalias. No llevéis dos túnicas[cq] 10 —les dijo— y dondequiera que entréis en una casa, quedaos allí hasta que salgáis de la población[cr]. 11 Y en cualquier lugar que no os reciban ni os escuchen, al salir de allí, sacudid el polvo de la planta[cs] de vuestros pies(GA) en testimonio contra ellos. 12 Y saliendo, predicaban[ct](GB) que todos se arrepintieran. 13 Y echaban fuera muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los sanaban(GC).

Muerte de Juan el Bautista

14 (GD)El rey Herodes se enteró[cu] de esto, pues el nombre de Jesús[cv] se había hecho célebre, y la gente decía: Juan el Bautista(GE) ha resucitado de entre los muertos, por eso es que estos poderes milagrosos actúan en él. 15 Pero otros decían: Es Elías. Y decían otros: Es un profeta, como uno de los profetas antiguos(GF). 16 Y al oír esto Herodes, decía: Juan, a quien yo decapité, ha resucitado. 17 Porque Herodes mismo había enviado a prender a Juan y lo había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, mujer de su hermano Felipe(GG), pues Herodes se había casado con ella. 18 Porque Juan le decía a Herodes: No te es lícito tener la mujer de tu hermano(GH). 19 Y Herodías(GI) le tenía rencor y deseaba matarlo, pero no podía, 20 porque Herodes temía a Juan, sabiendo que era un hombre justo y santo(GJ), y lo mantenía protegido. Y cuando le oía se quedaba muy perplejo, pero le gustaba escucharlo[cw]. 21 Pero llegó un día oportuno, cuando Herodes, siendo su cumpleaños, ofreció un banquete(GK) a sus nobles y comandantes[cx] y a los principales de Galilea(GL); 22 y cuando la hija misma de Herodías(GM) entró y danzó, agradó a Herodes y a los que se sentaban[cy] a la mesa con él; y el rey dijo a la muchacha: Pídeme lo que quieras y te lo daré. 23 Y le juró: Te daré lo que me pidas, hasta la mitad de mi reino(GN). 24 Ella salió y dijo a su madre: ¿Qué pediré? Y ella le respondió: La cabeza de Juan el Bautista. 25 Enseguida ella se presentó apresuradamente ante el rey con su petición[cz], diciendo: Quiero que me des ahora mismo la cabeza de Juan el Bautista en una bandeja. 26 Y aunque el rey se puso muy triste, sin embargo a causa de sus juramentos y de los que se sentaban[da] con él a la mesa, no quiso desairarla. 27 Y al instante el rey envió a un verdugo y le ordenó que trajera la cabeza de Juan[db]. Y él fue y lo decapitó en la cárcel, 28 y trajo su cabeza en una bandeja, y se la dio a la muchacha, y la muchacha se la dio a su madre. 29 Cuando sus discípulos oyeron esto, fueron y se llevaron el cuerpo y le dieron sepultura[dc].

Alimentación de los cinco mil

30 Los apóstoles(GO) se reunieron* con Jesús, y le informaron sobre todo lo que habían hecho y enseñado(GP). 31 Y Él les dijo*: Venid, apartaos de los demás a un lugar solitario y descansad un poco. (Porque había muchos que iban y venían, y ellos no tenían tiempo ni siquiera para comer(GQ).) 32 (GR)Y se fueron en la barca a un lugar solitario, apartado(GS). 33 Pero la gente los vio partir, y muchos los reconocieron y juntos corrieron allá a pie de todas las ciudades, y llegaron antes que ellos. 34 Al desembarcar[dd], Él vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas sin pastor(GT); y comenzó a enseñarles muchas cosas. 35 Y cuando era ya muy tarde, sus discípulos se le acercaron, diciendo: El lugar está desierto y ya es muy tarde; 36 despídelos para que vayan a los campos y aldeas de alrededor, y se compren algo de comer[de]. 37 Pero respondiendo Él, les dijo: Dadles vosotros de comer. Y ellos le dijeron*: ¿Quieres que vayamos y compremos doscientos denarios[df](GU) de pan y les demos de comer(GV)? 38 Y Él les dijo*: ¿Cuántos panes tenéis? Id y ved. Y cuando se cercioraron le dijeron*: Cinco, y dos peces. 39 Y les mandó que todos se recostaran por grupos sobre la hierba verde. 40 Y se recostaron por grupos de cien y de cincuenta. 41 Entonces Él tomó los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, los bendijo, y partió los panes y los iba dando a los discípulos para que se los sirvieran[dg](GW); también repartió los dos peces entre todos. 42 Todos comieron y se saciaron. 43 Y recogieron doce cestas llenas de los pedazos(GX), y también de los peces. 44 Los que comieron los panes eran cinco mil hombres(GY).

Jesús anda sobre el mar

45 (GZ)Enseguida hizo que sus discípulos subieran a la barca(HA) y fueran delante de Él al otro lado, a Betsaida(HB), mientras Él despedía a la multitud. 46 Y después de despedirse de ellos(HC), se fue al monte a orar(HD). 47 Al anochecer, la barca estaba en medio del mar, y Él estaba solo en tierra. 48 Y al verlos remar fatigados, porque el viento les era contrario, como a la cuarta vigilia[dh] de la noche(HE), fue* hacia ellos andando sobre el mar, y quería pasarles de largo. 49 Pero cuando ellos le vieron andando sobre el mar, pensaron que era un fantasma y se pusieron a gritar; 50 porque todos le vieron y se turbaron. Pero enseguida Él habló con ellos y les dijo*: ¡Tened ánimo(HF); soy yo, no temáis(HG)! 51 Y subió con ellos a la barca(HH), y el viento se calmó; y ellos estaban asombrados en gran manera, 52 porque no habían entendido lo de[di] los panes, sino que su mente estaba embotada[dj](HI).

Jesús en Genesaret

53 (HJ)Terminada la travesía, llegaron a tierra en Genesaret, y atracaron. 54 Cuando salieron de la barca, enseguida la gente reconoció a Jesús[dk], 55 y recorrieron apresuradamente toda aquella comarca, y comenzaron a traer a los enfermos en sus camillas adonde oían decir que Él estaba. 56 Y dondequiera que Él entraba en aldeas, ciudades o campos, ponían a los enfermos en las plazas, y le rogaban que les permitiera tocar(HK) siquiera el borde de su manto(HL); y todos los que lo tocaban quedaban curados[dl].

Lo que contamina al hombre

(HM)Los fariseos, y algunos de los escribas que habían venido de Jerusalén(HN), se reunieron alrededor de Él; y vieron que algunos de sus discípulos comían el pan con manos inmundas[dm](HO), es decir, sin lavar. (Porque los fariseos y todos los judíos no comen a menos de que se laven las manos cuidadosamente[dn], observando así la tradición de los ancianos(HP); y cuando vuelven de la plaza, no comen a menos de que se laven[do]; y hay muchas otras cosas que han recibido para observarlas, como el lavamiento[dp] de los vasos(HQ), de los cántaros y de las vasijas de cobre.) Entonces los fariseos y los escribas le preguntaron*: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos(HR), sino que comen[dq] con manos inmundas[dr](HS)? Y Él les dijo: Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito:

«Este pueblo con los labios me honra,
pero su corazón está muy lejos de mí(HT).
Mas en vano me rinden culto,
enseñando como doctrinas preceptos de hombres(HU)».

Dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres(HV). También les decía: Astutamente[ds] violáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición(HW). 10 Porque Moisés dijo: «Honra a tu padre y a tu madre(HX)»; y: «El que hable mal de su padre o de su madre, que muera[dt](HY)»; 11 pero vosotros decís: «Si un hombre dice al padre o a la madre: “Cualquier cosa mía con que pudieras beneficiarte es corbán(HZ) (es decir, ofrenda[du] a Dios)”»; 12 ya no le dejáis hacer nada en favor de su padre o de su madre; 13 invalidando así la palabra de Dios por vuestra tradición(IA), la cual habéis transmitido, y hacéis muchas cosas semejantes a estas. 14 Y llamando de nuevo a la multitud, les decía: Escuchadme todos y entended: 15 no hay nada fuera del hombre que al entrar en él pueda contaminarlo; sino que lo que sale de adentro del hombre es lo que contamina al hombre. 16 [dv]Si alguno tiene oídos para oír, que oiga. 17 Y cuando dejó a la multitud y entró en la casa(IB), sus discípulos le preguntaron acerca de la parábola(IC). 18 Y Él les dijo*: ¿También vosotros sois tan faltos de entendimiento? ¿No comprendéis que todo lo que de afuera entra al hombre no le puede contaminar, 19 porque no entra en su corazón, sino en el estómago[dw], y se elimina[dx]? (Declarando así limpios(ID) todos los alimentos(IE).) 20 Y decía: Lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre(IF). 21 Porque de adentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, fornicaciones[dy], robos, homicidios, adulterios, 22 avaricias, maldades, engaños, sensualidad, envidia[dz](IG), calumnia, orgullo[ea] e insensatez. 23 Todas estas maldades de adentro salen, y contaminan al hombre.

La mujer sirofenicia

24 (IH)Levantándose de allí, se fue a la región de Tiro[eb](II), y entrando en una casa, no quería que nadie lo supiera, pero[ec] no pudo pasar inadvertido; 25 sino que enseguida, al oír hablar de Él, una mujer cuya hijita tenía un espíritu inmundo, fue y se postró a sus pies. 26 La mujer era gentil[ed], sirofenicia de nacimiento; y le rogaba que echara fuera de su hija al demonio. 27 Y Él le decía: Deja que primero los hijos se sacien, pues no está bien[ee] tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos. 28 Pero ella respondió y le dijo*: Es cierto, Señor; pero aun los perrillos debajo de la mesa comen las migajas de los hijos. 29 Y Él le dijo: Por esta respuesta[ef], vete; el demonio ha salido de tu hija. 30 Cuando ella volvió a su casa, halló que la niña estaba acostada[eg] en la cama, y que el demonio había salido.

Curación de un sordomudo

31 (IJ)Volviendo a salir de la región de Tiro(IK), pasó por Sidón(IL) y llegó al mar de Galilea(IM), atravesando la región de Decápolis(IN). 32 Y le trajeron* a uno que era sordo y que hablaba con dificultad, y le rogaron* que pusiera la mano sobre él(IO). 33 Entonces Jesús, tomándolo aparte de la multitud, a solas, le metió los dedos en los oídos, y escupiendo(IP), le tocó la lengua con la saliva; 34 y levantando los ojos al cielo, suspiró profundamente(IQ) y le dijo*: ¡Effatá!, esto es: ¡Abrete! 35 Y al instante se abrieron sus oídos, y desapareció[eh] el impedimento[ei] de su lengua, y hablaba con claridad. 36 Y Jesús les ordenó que a nadie se lo dijeran(IR); pero mientras más se lo ordenaba, tanto más ellos lo proclamaban(IS). 37 Y se asombraron en gran manera, diciendo: Todo lo ha hecho bien; aun a los sordos hace oír y a los mudos hablar.

Alimentación de los cuatro mil

En aquellos días, cuando de nuevo había una gran multitud que no tenía qué comer, (IT)Jesús llamó a sus discípulos y les dijo*: Tengo compasión de la multitud porque hace ya tres días que están conmigo y no tienen qué comer(IU); y si los despido sin comer a sus casas, desfallecerán en el camino, pues algunos de ellos han venido de lejos. Sus discípulos le respondieron: ¿Dónde podrá alguien encontrar lo suficiente para saciar de pan[ej] a estos aquí en el desierto? Y Él les preguntó[ek]: ¿Cuántos panes tenéis? Y ellos respondieron: Siete. Entonces mandó* a la multitud que se recostara en el suelo; y tomando los siete panes, después de dar gracias, los partió y los iba dando a sus discípulos para que los pusieran delante de la gente; y ellos los sirvieron a[el] la multitud. También tenían unos pocos pececillos; y después de bendecirlos(IV), mandó que estos también los sirvieran[em]. Todos comieron y se saciaron; y recogieron de lo que sobró de los pedazos, siete canastas(IW). Los que comieron eran unos cuatro mil; y los despidió. 10 Y subiendo enseguida a la barca con sus discípulos, fue a la región de Dalmanuta(IX).

Los fariseos buscan señal

11 (IY)Entonces salieron los fariseos y comenzaron a discutir con Él, buscando de Él una señal[en] del cielo(IZ) para ponerle[eo] a prueba. 12 Suspirando profundamente(JA) en su espíritu[ep], dijo*: ¿Por qué pide señal[eq](JB) esta generación? En verdad os digo que no se le dará señal[er] a esta generación. 13 Y dejándolos, se embarcó otra vez y se fue al otro lado.

La levadura de los fariseos

14 Y se habían olvidado de tomar panes; y no tenían consigo en la barca sino solo un pan. 15 Y Él les encargaba[es] diciendo: ¡Tened cuidado! Guardaos de la levadura de los fariseos(JC) y de la levadura de Herodes(JD). 16 Y ellos discutían entre sí que no tenían panes. 17 Dándose cuenta Jesús, les dijo*: ¿Por qué discutís que no tenéis pan? ¿Aún no comprendéis ni entendéis? ¿Tenéis el corazón endurecido[et](JE)? 18 Teniendo ojos, ¿no veis? Y teniendo oídos, ¿no oís(JF)? ¿No recordáis 19 cuando partí los cinco panes entre los cinco mil(JG)? ¿Cuántas cestas llenas de pedazos recogisteis? Y ellos le dijeron*: Doce(JH). 20 Y cuando partí los siete panes entre los cuatro mil(JI), ¿cuántas canastas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos le dijeron*: Siete(JJ). 21 Y les dijo[eu]: ¿Aún no entendéis(JK)?

El ciego de Betsaida

22 Llegaron* a Betsaida(JL), y le trajeron* un ciego y le rogaron* que lo tocara(JM). 23 Tomando de la mano al ciego, lo sacó fuera de la aldea; y después de escupir(JN) en sus ojos y de poner las manos sobre él(JO), le preguntó: ¿Ves algo? 24 Y levantando[ev] la vista, dijo: Veo a los hombres, pero los veo[ew] como árboles que caminan. 25 Entonces Jesús puso otra vez las manos sobre sus ojos, y él miró fijamente y fue restaurado; y lo veía todo con claridad. 26 Y lo envió a su casa diciendo: Ni aun en la aldea entres(JP).

La confesión de Pedro

27 (JQ)Salió Jesús con sus discípulos a las aldeas de Cesarea de Filipo(JR); y en el camino preguntó a sus discípulos, diciéndoles: ¿Quién dicen los hombres que soy yo? 28 Y le respondieron, diciendo: Unos, Juan el Bautista; y otros, Elías; pero otros, uno de los profetas(JS). 29 Él les preguntó de nuevo: Pero vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Pedro, le dijo*: Tú eres el Cristo[ex](JT). 30 Y Él les advirtió severamente que no hablaran de Él a nadie(JU).

Jesús anuncia su muerte y resurrección

31 (JV)Y comenzó a enseñarles que el Hijo del Hombre debía padecer muchas cosas, y ser rechazado por los ancianos, los principales sacerdotes y los escribas, y ser muerto, y después de tres días resucitar(JW). 32 Y les decía estas palabras claramente(JX). Y Pedro le llevó aparte y comenzó a reprenderle. 33 Mas Él volviéndose y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro y le dijo*: ¡Quítate de delante de mí[ey], Satanás(JY)!, porque no tienes en mente las cosas de Dios, sino las de los hombres.

Condiciones para seguir a Jesús

34 Y llamando a la multitud y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz, y sígame(JZ). 35 Porque el que quiera salvar su vida[ez], la perderá; pero el que pierda su vida[fa] por causa de mí y del evangelio, la salvará(KA). 36 Pues, ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma? 37 Pues ¿qué dará un hombre a cambio de su alma? 38 Porque cualquiera que se avergüence de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre(KB) también se avergonzará(KC) de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles(KD).

Y les decía: En verdad os digo que hay algunos de los que están aquí que no probarán la muerte hasta que vean el reino de Dios después de que haya venido con poder(KE).

La transfiguración

(KF)Seis días después, Jesús tomó* consigo a Pedro, a Jacobo[fb] y a Juan(KG), y los llevó* aparte, solos, a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos; y sus vestiduras se volvieron resplandecientes, muy blancas(KH), tal como ningún lavandero sobre la tierra las puede emblanquecer. Y se les apareció Elías junto con Moisés, y estaban hablando con Jesús. Entonces Pedro, interviniendo[fc], dijo* a Jesús: Rabí[fd](KI), bueno es estarnos aquí; hagamos tres enramadas[fe], una para ti, otra para Moisés y otra para Elías(KJ). Porque él no sabía qué decir[ff], pues estaban aterrados. Entonces se formó[fg] una nube, cubriéndolos, y una voz(KK) salió[fh] de la nube: Este es mi Hijo amado; a Él oíd[fi](KL). Y enseguida miraron en derredor, pero ya no vieron a nadie con ellos, sino a Jesús solo.

La venida de Elías

(KM)Cuando bajaban del monte, les ordenó que no contaran a nadie(KN) lo que habían visto, hasta que[fj] el Hijo del Hombre resucitara de entre los muertos. 10 Y se guardaron para sí lo dicho, discutiendo entre sí qué significaría[fk] resucitar de entre los muertos. 11 Y le preguntaron, diciendo: ¿Por qué dicen los escribas que Elías debe venir primero(KO)? 12 Y Él les dijo: Es cierto que Elías, al venir primero, restaurará[fl] todas las cosas. Y, sin embargo, ¿cómo está escrito del Hijo del Hombre(KP) que padezca mucho(KQ) y sea despreciado? 13 Pero yo os digo que Elías ya[fm] ha venido, y le hicieron cuanto quisieron, tal como está escrito de él.

Jesús sana a un muchacho endemoniado

14 (KR)Cuando volvieron a los discípulos, vieron una gran multitud que les rodeaba, y a unos escribas que discutían con ellos. 15 Enseguida, cuando toda la multitud vio a Jesús[fn], quedó sorprendida(KS), y corriendo hacia Él, le saludaban. 16 Y Él les preguntó: ¿Qué discutís con ellos? 17 Y uno de la multitud le respondió: Maestro, te traje a mi hijo que tiene un espíritu mudo, 18 y siempre[fo] que se apodera de él, lo derriba, y echa espumarajos, cruje los dientes y se va consumiendo[fp]. Y dije a tus discípulos que lo expulsaran, pero no pudieron. 19 Respondiéndoles Jesús, dijo*: ¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? ¡Traédmelo! 20 Y se lo trajeron. Y cuando el espíritu vio a Jesús[fq], al instante sacudió con violencia al muchacho[fr], y este, cayendo a tierra, se revolcaba echando espumarajos. 21 Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él respondió: Desde su niñez. 22 Y muchas veces lo ha echado en el fuego y también en el agua para destruirlo. Pero si tú puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros y ayúdanos. 23 Jesús le dijo: «¿Cómo si tú puedes?». Todas las cosas son posibles para el que cree(KT). 24 Al instante el padre del muchacho gritó y dijo: Creo; ayúdame en mi incredulidad. 25 Cuando Jesús vio que se agolpaba[fs](KU) una multitud, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te ordeno: Sal de él y no vuelvas a entrar en él. 26 Y después de gritar y de sacudirlo con terribles convulsiones, salió: y el muchacho quedó como muerto, tanto, que la mayoría de ellos decían: ¡Está muerto! 27 Pero Jesús, tomándolo de la mano, lo levantó, y él se puso en pie. 28 Cuando entró Jesús en la casa(KV), sus discípulos le preguntaban en privado: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera? 29 Y Él les dijo: Esta clase con nada puede salir, sino con oración[ft].

Jesús anuncia otra vez su muerte

30 (KW)Saliendo de allí, iban pasando por Galilea, y Él no quería que nadie lo supiera. 31 Porque enseñaba a sus discípulos, y les decía: El Hijo del Hombre será entregado en manos de los hombres y le matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará(KX). 32 Pero ellos no entendían lo que decía[fu](KY), y tenían miedo de preguntarle.

El mayor en el reino de los cielos

33 (KZ)Y llegaron a Capernaúm; y estando ya en la casa, les preguntaba: ¿Qué discutíais por el camino? 34 Pero ellos guardaron silencio, porque en el camino habían discutido entre sí quién de ellos era el mayor(LA). 35 Sentándose, llamó a los doce y les dijo*: Si alguno desea ser el primero, será[fv] el último de todos y el servidor de todos(LB). 36 Y tomando a un niño, lo puso en medio de ellos; y tomándolo en sus brazos les dijo: 37 El que reciba a un niño como este[fw] en mi nombre, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, no me recibe a mí, sino a aquel que me envió(LC).

Recompensas y advertencias

38 (LD)Juan le dijo: Maestro, vimos a uno echando fuera demonios en tu nombre, y tratamos de impedírselo, porque no nos seguía. 39 Pero Jesús dijo: No se lo impidáis, porque no hay nadie que haga un milagro en mi nombre, y que pueda enseguida hablar mal de mí. 40 Pues el que no está contra nosotros, por nosotros[fx] está(LE). 41 Porque cualquiera que os dé de beber un vaso de agua, por razón de vuestro[fy] nombre, ya que sois seguidores de Cristo, en verdad os digo que no perderá su recompensa(LF). 42 Y cualquiera que haga tropezar[fz] a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si le hubieran atado[ga] al cuello una piedra de molino de las que mueve un asno, y lo hubieran echado al mar(LG). 43 Y si tu mano te es ocasión de pecar[gb], córtala; te es mejor entrar en la vida manco, que teniendo las dos manos ir al infierno[gc](LH), al fuego inextinguible(LI), 44 [gd]donde el gusano de ellos no muere, y el fuego no se apaga. 45 Y si tu pie te es ocasión de pecar, córtalo; te es mejor entrar cojo a la vida, que teniendo los dos pies ser echado al infierno[ge](LJ), 46 [gf]donde el gusano de ellos no muere, y el fuego no se apaga. 47 Y si tu ojo te es ocasión de pecar, sácatelo; te es mejor entrar al reino de Dios con un solo ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno[gg](LK), 48 donde el gusano de ellos no muere(LL), y el fuego no se apaga(LM). 49 Porque todos serán salados con fuego[gh]. 50 La sal es buena; pero si la sal se vuelve insípida, ¿con qué la sazonaréis(LN)? Tened sal en vosotros(LO) y estad en paz los unos con los otros(LP).

Jesús en Judea

10 (LQ)Levantándose de allí, Jesús se fue* a la región de Judea y al otro lado del Jordán; y se reunieron* de nuevo las multitudes junto a Él, y una vez más, como acostumbraba, les enseñaba(LR).

Enseñanza de Jesús sobre el divorcio

Y se le acercaron algunos fariseos, y para ponerle[gi] a prueba, le preguntaban si era lícito a un hombre divorciarse de[gj] su mujer. Y respondiendo Él, les dijo: ¿Qué os mandó Moisés? Y ellos dijeron: Moisés permitió al hombre escribir carta de divorcio y repudiarla(LS). Pero Jesús les dijo: Por la dureza de vuestro corazón os escribió este mandamiento(LT). Pero desde el principio de la creación(LU), Dios los hizo varón y hembra(LV). Por esta razón el hombre dejará a su padre y a su madre[gk](LW), y los dos serán una sola carne(LX); por consiguiente, ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe. 10 Y ya en la casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre esto. 11 Y Él les dijo*: Cualquiera que se divorcie de[gl] su mujer y se case con otra, comete adulterio contra ella(LY); 12 y si ella se divorcia de[gm] su marido(LZ) y se casa con otro, comete adulterio.

Jesús bendice a los niños

13 (MA)Y le traían niños para que los tocara; y los discípulos los reprendieron. 14 Pero cuando Jesús vio esto, se indignó y les dijo: Dejad que los niños vengan a mí; no se lo impidáis, porque de los que son como estos[gn] es el reino de Dios(MB). 15 En verdad os digo: el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él(MC). 16 Y tomándolos en sus brazos(MD), los bendecía, poniendo las manos sobre ellos.

El joven rico

17 (ME)Cuando salía para seguir su camino, vino uno corriendo, y arrodillándose delante de Él(MF), le preguntó[go]: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna(MG)? 18 Y Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino solo uno, Dios. 19 Tú sabes los mandamientos: «No mates, no cometas adulterio, no hurtes, no des falso testimonio, no defraudes, honra a tu padre y a tu madre(MH)». 20 Y él le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado(MI) desde mi juventud. 21 Jesús, mirándolo, lo amó y le dijo: Una cosa te falta: ve y vende cuanto tienes y da a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo(MJ); y ven, sígueme. 22 Pero él, afligido por estas palabras, se fue triste, porque era dueño de muchos bienes.

Peligro de las riquezas

23 Jesús, mirando en derredor, dijo* a sus discípulos: ¡Qué difícil será para los que tienen riquezas entrar en el reino de Dios(MK)! 24 Y los discípulos se asombraron(ML) de sus palabras. Pero Jesús respondiendo de nuevo, les dijo*: Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios[gp]! 25 Es más fácil que un camello pase por el ojo de una[gq] aguja, que el que un rico entre en el reino de Dios(MM). 26 Ellos se asombraron aún más, diciendo entre sí[gr]: ¿Y quién podrá salvarse? 27 Mirándolos Jesús, dijo*: Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque todas las cosas son posibles para Dios(MN). 28 Entonces Pedro comenzó a decirle: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido(MO). 29 Jesús dijo: En verdad os digo: No hay nadie que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o madre, o padre, o hijos o tierras por causa de mí y por causa del evangelio(MP), 30 que no reciba cien veces más ahora en este tiempo: casas, y hermanos, y hermanas, y madres, e hijos, y tierras junto con persecuciones; y en el siglo venidero(MQ), la vida eterna. 31 Pero muchos primeros serán últimos, y los últimos, primeros(MR).

Jesús anuncia su muerte por tercera vez

32 (MS)E iban por el camino subiendo a Jerusalén, y Jesús iba delante de ellos; y estaban perplejos(MT), y los que le seguían tenían miedo. Y tomando aparte de nuevo a los doce, comenzó a decirles lo que le iba a suceder: 33 He aquí, subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre(MU) será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, y le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles. 34 Y se burlarán de Él y le escupirán(MV), le azotarán y le matarán, y tres días después resucitará.

Petición de Jacobo y Juan

35 (MW)Y se le acercaron* Jacobo[gs] y Juan, los dos hijos de Zebedeo, diciéndole: Maestro, queremos que hagas por nosotros lo que te pidamos. 36 Y Él les dijo: ¿Qué queréis que haga por vosotros? 37 Ellos le dijeron: Concédenos[gt] que en tu gloria(MX) nos sentemos uno a tu derecha y el otro a tu izquierda. 38 Pero Jesús les dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo bebo(MY), o ser bautizados con el bautismo con que soy bautizado(MZ)? 39 Y ellos le dijeron: Podemos. Y Jesús les dijo: La copa que yo bebo, beberéis; y seréis bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado(NA), 40 pero el que os sentéis a mi derecha o a mi izquierda, no es mío el concederlo[gu], sino que es para quienes ha sido preparado(NB). 41 Al oír esto, los diez comenzaron a indignarse contra Jacobo[gv] y Juan. 42 (NC)Y llamándolos junto a sí, Jesús les dijo*: Sabéis que los que son reconocidos como gobernantes de los gentiles se enseñorean de ellos, y que sus grandes ejercen autoridad sobre ellos. 43 Pero entre vosotros no es así, sino que cualquiera de vosotros que desee llegar a ser grande será vuestro servidor(ND), 44 y cualquiera de vosotros que desee ser el primero será siervo de todos. 45 Porque ni aun el Hijo del Hombre vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida[gw] en rescate por muchos(NE).

El ciego Bartimeo es sanado

46 (NF)Entonces llegaron* a Jericó. Y cuando salía de Jericó con sus discípulos y una gran multitud, un mendigo ciego llamado Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino(NG). 47 Y cuando oyó que era Jesús el Nazareno(NH), comenzó a gritar y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí(NI)! 48 Y muchos lo reprendían para que se callara, pero él gritaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí(NJ)! 49 Y Jesús se detuvo y dijo: Llamadle. Y llamaron* al ciego, diciéndole: ¡Anímate(NK)! Levántate, que te llama. 50 Y arrojando su manto, se levantó de un salto y fue a Jesús. 51 Y dirigiéndose a él[gx], Jesús le dijo: ¿Qué deseas que haga por ti? Y el ciego le respondió: Raboní[gy](NL), que recobre la vista. 52 Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha sanado[gz](NM). Y al instante recobró la vista, y le seguía por el camino.

La entrada triunfal

11 (NN)Cuando se acercaban* a Jerusalén, por Betfagé y Betania(NO), cerca del monte de los Olivos(NP), envió* a dos de sus discípulos, y les dijo*: Id a la aldea enfrente de vosotros, y tan pronto como entréis en ella, encontraréis un pollino atado en el cual nadie[ha] se ha montado todavía; desatadlo y traedlo. Y si alguien os dice: «¿Por qué hacéis eso?», decid: «El Señor lo necesita»; y enseguida lo devolverá[hb] acá. Ellos fueron y encontraron un pollino atado junto a la puerta, afuera en la calle, y lo desataron*. Y algunos de los que estaban allí les dijeron[hc]: ¿Qué hacéis desatando el pollino? Ellos les respondieron tal como Jesús les había dicho, y les dieron permiso. (NQ)Entonces trajeron* el pollino a Jesús y echaron encima sus mantos, y Jesús se sentó sobre él. Y muchos tendieron sus mantos en el camino, y otros tendieron ramas que habían cortado de los campos. Los que iban delante y los que le seguían, gritaban:

¡Hosanna!
Bendito el que viene en el nombre del Señor(NR);
10 Bendito el reino de nuestro padre David que viene;
¡Hosanna en las alturas(NS)!

11 Y entró en Jerusalén, llegó al templo(NT), y después de mirar todo a su alrededor, salió para Betania(NU) con los doce, siendo ya avanzada la hora.

La higuera estéril

12 (NV)Al día siguiente, cuando salieron de Betania, Jesús tuvo hambre. 13 Y viendo de lejos una higuera con hojas, fue a ver si quizá pudiera hallar algo en ella; cuando llegó a ella, no encontró más que hojas, porque no era tiempo de higos. 14 Y Jesús, hablando[hd] a la higuera, le dijo: Nunca jamás coma nadie fruto de ti. Y sus discípulos le estaban escuchando.

Jesús echa a los mercaderes del templo

15 (NW)Llegaron* a Jerusalén; y entrando Jesús en el templo comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo, volcó las mesas de los cambistas y los asientos de los que vendían las palomas; 16 y no permitía que nadie transportara objeto alguno a través del templo. 17 Y les enseñaba, diciendo[he]: ¿No está escrito: «Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones(NX)»? Pero vosotros la habéis hecho cueva de ladrones(NY). 18 Los principales sacerdotes y los escribas oyeron esto y buscaban cómo destruirle(NZ), porque le tenían miedo, pues toda la multitud estaba admirada de su enseñanza(OA).

19 Y cuando atardecía, solían salir[hf] fuera de la ciudad(OB).

El poder de la fe

20 (OC)Por la mañana, cuando pasaban, vieron la higuera seca desde las raíces. 21 Entonces Pedro, acordándose, le dijo*: Rabí(OD), mira, la higuera que maldijiste se ha secado. 22 Y Jesús respondió*, diciéndoles: Tened fe en Dios(OE). 23 En verdad os digo que cualquiera que diga a este monte(OF): «Quítate y arrójate al mar», y no dude en su corazón, sino crea que lo que dice va a suceder, le será concedido. 24 Por eso os digo que todas las cosas por las que oréis y pidáis, creed que ya las habéis recibido, y os serán concedidas(OG). 25 Y cuando estéis[hg] orando(OH), perdonad si tenéis algo contra alguien, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone vuestras transgresiones(OI). 26 [hh]Pero si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos perdonará vuestras transgresiones(OJ).

La autoridad de Jesús puesta en duda

27 Llegaron* de nuevo a Jerusalén; (OK)y cuando Jesús andaba por el templo, se le acercaron* los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos, 28 y le dijeron: ¿Con qué autoridad haces estas cosas, o quién te dio la autoridad para hacer esto? 29 Y Jesús les dijo: Yo también os haré una pregunta[hi]; respondédmela, y entonces os diré con qué autoridad hago estas cosas. 30 El bautismo de Juan, ¿era del cielo o de los hombres? Respondedme. 31 Y ellos discurrían entre sí, diciendo: Si decimos: «Del cielo», Él dirá: «Entonces, ¿por qué no le creísteis?». 32 ¿Mas si decimos: «De los hombres»? Pero temían a la multitud, porque todos consideraban que Juan verdaderamente había sido un profeta. 33 Y respondiendo a Jesús, dijeron*: No sabemos. Y Jesús les dijo*: Tampoco yo os diré[hj] con qué autoridad hago estas cosas.

Parábola de los labradores malvados

12 (OL)Entonces comenzó a hablarles en parábolas(OM): Un hombre plantó una viña y la cercó con un muro[hk], cavó un estanque debajo del lagar y edificó una torre(ON); la arrendó a labradores y se fue de viaje. Al tiempo de la vendimia envió un siervo a los labradores para recibir de los labradores su parte de los frutos de la viña. Pero ellos, echándole mano, lo golpearon y lo enviaron con las manos vacías. De nuevo les mandó otro siervo, y a él lo hirieron en la cabeza y lo trataron vergonzosamente. Y envió a otro y a este lo mataron; y así con otros muchos, golpeando a unos y matando a otros. Todavía le quedaba[hl] uno, un hijo amado; y les envió a este último, diciendo: «Respetarán a mi hijo». Pero aquellos labradores se dijeron entre sí: «Este es el heredero; ¡venid, matémosle, y la heredad será nuestra!». Y echándole mano, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña. ¿Qué hará, entonces, el dueño[hm] de la viña? Vendrá y destruirá a los labradores, y dará la viña a otros. 10 ¿Ni aun esta Escritura habéis leído:

«La piedra que desecharon los constructores,
esa, en piedra angular[hn] se ha convertido(OO);
11 esto fue hecho de parte del Señor,
y es maravilloso a nuestros ojos(OP)»?

12 Y procuraban prenderle(OQ), pero temían a la multitud, porque comprendieron que contra ellos había dicho la parábola. Y dejándole, se fueron(OR).

El pago del impuesto al César

13 (OS)Y le enviaron* algunos de los fariseos y de los herodianos(OT) para sorprenderle en alguna palabra(OU). 14 Y cuando ellos llegaron*, le dijeron*: Maestro, sabemos que eres veraz y que no buscas el favor[ho] de nadie, porque eres imparcial[hp], y enseñas el camino de Dios con verdad. ¿Es lícito pagar[hq] impuesto al César, o no? 15 ¿Pagaremos[hr] o no pagaremos[hs]? Pero Él, dándose cuenta de su hipocresía, les dijo: ¿Por qué me estáis poniendo a prueba? Traedme un denario[ht] para verlo. 16 Se lo trajeron, y Él les dijo*: ¿De quién es esta imagen y la inscripción? Y ellos le dijeron: Del César. 17 Entonces Jesús les dijo: Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios(OV). Y se maravillaban de Él.

Pregunta sobre la resurrección

18 (OW)Y algunos saduceos (los que dicen que no hay resurrección) se le acercaron*, y le preguntaban, diciendo: 19 Maestro, Moisés nos dejó escrito: Si el hermano de alguno muere y deja mujer y no deja hijo, que su hermano tome la mujer y levante descendencia a su hermano(OX). 20 Hubo siete hermanos; y el primero tomó esposa, y murió sin dejar descendencia. 21 Y el segundo la tomó, y murió sin dejar descendencia; y asimismo el tercero; 22 y así los siete, sin dejar descendencia. Y por último murió también la mujer. 23 En la resurrección, cuando resuciten[hu], ¿de cuál de ellos será mujer? Pues los siete la tuvieron por mujer. 24 Jesús les dijo: ¿No es esta la razón por la que estáis equivocados: que no entendéis[hv] las Escrituras ni el poder de Dios? 25 Porque cuando resuciten de entre los muertos, ni se casarán ni serán dados en matrimonio, sino que serán como los ángeles en los cielos. 26 Y en cuanto a que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en el pasaje(OY) sobre la zarza ardiendo, cómo Dios le habló, diciendo: «Yo soy el Dios de Abraham, y el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob(OZ)»? 27 Él no es Dios de muertos, sino de vivos(PA); vosotros estáis muy equivocados.

El mandamiento supremo

28 (PB)Cuando uno de los escribas se acercó, los oyó discutir, y reconociendo que les había contestado bien(PC), le preguntó: ¿Cuál mandamiento es el más importante[hw] de todos? 29 Jesús respondió: El más importante[hx] es: «Escucha, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es(PD); 30 y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con toda tu fuerza(PE)». 31 El segundo es este: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo(PF)». No hay otro mandamiento mayor que estos. 32 Y el escriba le dijo: Muy bien, Maestro; con verdad has dicho que Él es uno, y no hay otro además de Él(PG); 33 y que amarle con todo el corazón y con todo el entendimiento y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo(PH), es más que todos los holocaustos y los sacrificios(PI). 34 Viendo Jesús que él había respondido sabiamente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios. Y después de eso, nadie se aventuraba a hacerle más preguntas(PJ).

Jesús, Hijo y Señor de David

35 (PK)Y tomando la palabra, Jesús decía mientras enseñaba en el templo(PL): ¿Por qué[hy] dicen los escribas que el Cristo[hz] es hijo de David(PM)? 36 David mismo dijo por el Espíritu Santo:

«El Señor dijo a mi Señor:
siéntate a mi diestra,
hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies(PN)”».

37 David mismo le llama «Señor». ¿En qué sentido es, pues, su hijo? Y la gran multitud(PO) le escuchaba con gusto.

Advertencia contra los escribas

38 (PP)Y en su enseñanza les decía: Cuidaos de los escribas, a quienes les gusta andar con vestiduras largas, y aman los saludos respetuosos en las plazas(PQ), 39 los primeros asientos en las sinagogas y los lugares de honor en los banquetes; 40 que devoran las casas de las viudas, y por las apariencias hacen largas oraciones; estos recibirán mayor condenación(PR).

La ofrenda de la viuda

41 (PS)Jesús se sentó frente al arca del tesoro(PT), y observaba cómo la multitud echaba dinero[ia] en el arca del tesoro(PU); y muchos ricos echaban grandes cantidades. 42 Y llegó una viuda pobre y echó dos pequeñas monedas de cobre[ib], o sea, un cuadrante[ic]. 43 Y llamando a sus discípulos, les dijo: En verdad os digo, que esta viuda pobre echó más que todos los contribuyentes al[id] tesoro; 44 porque todos ellos echaron de lo que les sobra[ie], pero ella, de su pobreza echó todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir[if](PV).

Profecía sobre la destrucción del templo

13 (PW)Cuando salía del templo, uno de sus discípulos le dijo*: Maestro, ¡mira qué[ig] piedras y qué[ih] edificios! Y Jesús le dijo: ¿Ves estos grandes edificios? No quedará piedra sobre piedra(PX) que no sea derribada.

Señales antes del fin

Y estando Él sentado en el monte de los Olivos(PY), frente al templo, Pedro, Jacobo[ii], Juan(PZ) y Andrés le preguntaban en privado: Dinos, ¿cuándo sucederá[ij] esto, y qué señal[ik] habrá cuando todas estas cosas se hayan de cumplir? Y Jesús comenzó a decirles: Mirad que nadie os engañe. Muchos vendrán en mi nombre diciendo: «Yo soy(QA) el Cristo», y engañarán a muchos. Y cuando oigáis de guerras y de rumores de guerras, no os alarméis; es necesario que todo esto suceda, pero todavía no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá terremotos en diversos lugares; y habrá hambres. Esto solo es el comienzo de dolores[il].

Pero estad alerta[im]; porque os entregarán a los tribunales[in] y seréis azotados en las sinagogas(QB), y compareceréis delante de gobernadores y reyes por mi causa, para testimonio a ellos. 10 Pero primero el evangelio debe ser predicado a todas las naciones(QC). 11 (QD)Y cuando os lleven y os entreguen, no os preocupéis de antemano por lo que vais a decir, sino que lo que os sea dado en aquella hora, eso hablad; porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo. 12 Y el hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra los padres, y les causarán la muerte[io]. 13 Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre(QE), pero el que persevere hasta el fin, ese será salvo.

La abominación de la desolación

14 Mas cuando veáis la abominación de la desolación(QF) puesta donde no debe estar (el que lea, que entienda), entonces los que estén en Judea huyan a los montes(QG); 15 y el que esté en la azotea, no baje ni entre a sacar nada de su casa(QH); 16 y el que esté en el campo, no vuelva atrás a tomar su capa. 17 Pero, ¡ay de las que estén encinta y de las que estén criando en aquellos días! 18 Orad para que esto no suceda en el invierno. 19 Porque aquellos días serán de tribulación, tal como no ha acontecido desde el principio de la creación(QI) que hizo[ip] Dios hasta ahora, ni acontecerá jamás. 20 Y si el Señor no hubiera acortado aquellos[iq] días, nadie[ir] se salvaría; pero por causa de los escogidos[is] que Él eligió[it], acortó los días. 21 Entonces, si alguno os dice: «Mirad, aquí está el Cristo[iu]», o: «Mirad, allí está», no le creáis. 22 Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas(QJ), y mostrarán señales[iv] y prodigios(QK) a fin de extraviar, de ser posible, a los escogidos[iw]. 23 Mas vosotros, estad alerta; ved que os lo he dicho todo de antemano.

La venida del Hijo del Hombre

24 Pero en aquellos días, después de esa tribulación, el sol se oscurecerá y la luna no dará su luz(QL), 25 las estrellas irán cayendo del cielo y las potencias que están en los cielos serán sacudidas(QM). 26 Entonces verán al Hijo del Hombre(QN) que viene en las nubes con gran poder y gloria(QO). 27 Y entonces enviará a los ángeles, y reunirá a sus escogidos[ix] de los cuatro vientos(QP), desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo(QQ).

Parábola de la higuera

28 De la higuera aprended la parábola: cuando su rama ya se pone tierna y echa las hojas, sabéis que el verano está cerca. 29 Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que Él está cerca[iy], a las puertas. 30 En verdad os digo que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda. 31 El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán. 32 Pero de aquel día o de aquella hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino solo el Padre(QR).

Exhortación a velar

33 Estad alerta, velad(QS); porque no sabéis cuándo es el tiempo señalado. 34 Es como un hombre que se fue de viaje, y al salir de su casa dejó a sus siervos encargados[iz], asignándole a cada uno su tarea, y ordenó al portero que estuviera alerta(QT). 35 Por tanto, velad(QU), porque no sabéis cuándo viene el señor de la casa, si al atardecer, o a la medianoche, o al canto del gallo(QV), o al amanecer(QW); 36 no sea que venga de repente y os halle dormidos(QX). 37 Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: ¡Velad(QY)!

Complot para prender y matar a Jesús

14 (QZ)Faltaban dos días para la Pascua(RA) y para la fiesta de los panes sin levadura[ja]; y los principales sacerdotes y los escribas buscaban cómo prenderle con engaño y matarle(RB); porque decían: No durante la fiesta, no sea que haya un tumulto del pueblo.

Jesús ungido en Betania

(RC)Y estando Él en Betania(RD), sentado[jb] a la mesa en casa de Simón el leproso, vino una mujer con un frasco de alabastro de perfume muy costoso de nardo puro(RE); y rompió el frasco y lo derramó sobre la cabeza de Jesús[jc]. Pero algunos estaban indignados y se decían unos a otros: ¿Para qué se ha hecho este desperdicio de perfume? Porque este perfume podía haberse vendido por más de trescientos denarios[jd], y dado el dinero a los pobres. Y la reprendían. Pero Jesús dijo: Dejadla; ¿por qué la molestáis? Buena obra ha hecho conmigo. Porque a los pobres siempre los tendréis[je] con vosotros; y cuando queráis les podréis[jf] hacer bien; pero a mí no siempre me tendréis[jg](RF). Ella ha hecho lo que ha podido; se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura(RG). Y en verdad os digo: Dondequiera que el evangelio se predique en el mundo entero, también se hablará de lo que esta ha hecho, para memoria suya(RH).

Traición de Judas

10 (RI)Entonces Judas Iscariote, que era uno de los doce, fue a los principales sacerdotes para entregarles a Jesús[jh](RJ). 11 Cuando ellos lo oyeron, se alegraron y prometieron darle dinero. Y él buscaba cómo entregarle en un momento oportuno.

Preparación de la Pascua

12 (RK)El primer día de la fiesta de los panes sin levadura[ji](RL), cuando se sacrificaba(RM) el cordero de la Pascua, sus discípulos le dijeron*: ¿Dónde quieres que vayamos y hagamos los preparativos para que comas la Pascua? 13 Y envió* a dos de sus discípulos, y les dijo*: Id a la ciudad, y allí os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle; 14 y donde él entre, decid al dueño de la casa: «El Maestro dice: “¿Dónde está mi habitación en la que pueda comer la Pascua con mis discípulos(RN)?”». 15 Y él os mostrará un gran aposento alto, amueblado y preparado; haced los preparativos para nosotros allí. 16 Salieron, pues, los discípulos y llegaron a la ciudad, y encontraron todo tal como Él les había dicho; y prepararon la Pascua.

Jesús identifica al traidor

17 (RO)Al atardecer llegó* Él con los doce. 18 Y estando sentados[jj] a la mesa comiendo, Jesús dijo: En verdad os digo que uno de vosotros me entregará; el que come conmigo. 19 Ellos comenzaron a entristecerse y a decirle uno por uno: ¿Acaso soy yo? 20 Y Él les dijo: Es uno de los doce, el que moja conmigo en el plato. 21 Porque el Hijo del Hombre se va tal y como está escrito de Él; pero ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Mejor le fuera a ese hombre no haber nacido[jk].

Institución de la Cena del Señor

22 (RP)Y mientras comían, tomó pan, y habiéndolo bendecido lo partió, se lo dio a ellos(RQ), y dijo: Tomad, esto es mi cuerpo. 23 Y tomando una copa, después de dar gracias, se la dio a ellos, y todos bebieron de ella. 24 Y les dijo: Esto es mi sangre del nuevo[jl] pacto(RR), que es derramada por muchos(RS). 25 En verdad os digo: Ya no beberé más del fruto de la vid hasta aquel día cuando lo beba nuevo en el reino de Dios.

26 Después de cantar un himno, salieron para el monte de los Olivos(RT).

Jesús predice la negación de Pedro

27 (RU)Y Jesús les dijo*: Todos vosotros os apartaréis[jm], porque escrito está: «Heriré al pastor, y las ovejas se dispersarán(RV)». 28 Pero después de que yo haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea(RW). 29 Entonces Pedro le dijo: Aunque todos se aparten[jn], yo, sin embargo, no lo haré. 30 Y Jesús le dijo*: En verdad te digo que tú, hoy, esta misma noche, antes que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces(RX). 31 Pero Pedro con insistencia repetía: Aunque tenga[jo] que morir contigo, no te negaré. Y todos decían también lo mismo.

Jesús en Getsemaní

32 (RY)Y llegaron* a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo* a sus discípulos: Sentaos aquí hasta que yo haya orado. 33 Y tomó* consigo a Pedro, a Jacobo[jp] y a Juan, y comenzó a afligirse y a angustiarse mucho(RZ). 34 Y les dijo*: Mi alma está muy afligida, hasta el punto de la muerte; quedaos aquí y velad(SA). 35 Adelantándose un poco, se postró[jq] en tierra y oraba que si fuera posible, pasara de Él aquella[jr] hora(SB). 36 Y decía: ¡Abba, Padre(SC)! Para ti todas las cosas son posibles; aparta de mí esta copa, pero no sea lo que yo quiero, sino lo que tú quieras(SD). 37 Entonces vino* y los halló* durmiendo, y dijo* a Pedro: Simón, ¿duermes? ¿No pudiste velar ni por una hora? 38 Velad y orad para que no entréis en tentación; el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil(SE). 39 Se fue otra vez y oró, diciendo las mismas palabras[js]. 40 Y vino de nuevo y los halló durmiendo, porque sus ojos estaban muy cargados de sueño; y no sabían qué responderle. 41 Vino* por tercera vez, y les dijo*: ¿Todavía estáis[jt] durmiendo y descansando? Basta ya(SF); ha llegado la hora; he aquí, el Hijo del Hombre es entregado en manos de los pecadores. 42 Levantaos, vámonos; mirad, está cerca el que me entrega.

Arresto de Jesús

43 (SG)En ese momento[ju], mientras todavía estaba Él hablando, llegó* Judas, uno de los doce, acompañado de[jv] una multitud con espadas y garrotes, de parte de los principales sacerdotes, de los escribas y de los ancianos. 44 Y el que le entregaba les había dado una señal, diciendo: Al que yo bese, ese es; prendedle y llevadle con seguridad[jw]. 45 Y habiendo llegado, inmediatamente se acercó a Él diciendo: ¡Rabí[jx](SH)! Y le besó. 46 Entonces ellos le echaron mano y le prendieron. 47 Pero uno de los que estaban allí, sacando la espada, hirió al siervo del sumo sacerdote y le cortó[jy] la oreja. 48 Y dirigiéndose[jz] Jesús a ellos, les dijo: ¿Habéis salido con espadas y garrotes para arrestarme como contra un ladrón? 49 Cada día estaba con vosotros en el templo enseñando(SI), y no me prendisteis; pero esto ha sucedido para[ka] que se cumplan las Escrituras. 50 Y abandonándole, huyeron todos.

Un joven sigue a Jesús

51 Cierto joven le seguía, vestido solo con una sábana sobre su cuerpo desnudo; y lo prendieron*; 52 pero él, dejando la sábana, escapó desnudo.

Jesús ante el concilio

53 (SJ)Y llevaron a Jesús al sumo sacerdote; y se reunieron* todos los principales sacerdotes, los ancianos y los escribas. 54 Pedro le siguió de lejos hasta dentro del patio(SK) del sumo sacerdote(SL); estaba sentado con los alguaciles[kb], calentándose al fuego[kc](SM). 55 Y los principales sacerdotes y todo el concilio[kd](SN), procuraban obtener testimonio contra Jesús para darle muerte, pero no lo hallaban. 56 Porque muchos daban falso testimonio contra Él, pero sus testimonios no coincidían[ke]. 57 Y algunos, levantándose, daban falso testimonio contra Él, diciendo: 58 Nosotros le oímos decir: «Yo destruiré este templo[kf] hecho por manos, y en tres días edificaré otro no hecho por manos(SO)». 59 Y ni siquiera en esto coincidía[kg] el testimonio de ellos. 60 Entonces el sumo sacerdote levantándose, se puso en medio y preguntó a Jesús, diciendo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican estos contra ti? 61 Mas Él callaba(SP) y nada respondía. (SQ)Le volvió a preguntar el sumo sacerdote, diciéndole[kh]: ¿Eres tú el Cristo[ki], el Hijo del Bendito? 62 Jesús dijo: Yo soy; y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del Poder(SR) y viniendo con las nubes del cielo(SS). 63 Entonces el sumo sacerdote, rasgando sus ropas(ST), dijo*: ¿Qué necesidad tenemos de más testigos? 64 Habéis oído la blasfemia; ¿qué os parece? Y todos le condenaron, diciendo que era reo de muerte(SU). 65 Y comenzaron algunos a escupirle(SV), a cubrirle el rostro[kj](SW) y a darle de puñetazos, y a decirle: ¡Profetiza(SX)! Y los alguaciles[kk] le recibieron[kl] a bofetadas[km].

La negación de Pedro

66 (SY)Estando Pedro abajo en el patio(SZ), llegó* una de las sirvientas del sumo sacerdote, 67 y al ver a Pedro calentándose(TA), lo miró y dijo*: Tú también estabas con Jesús el Nazareno(TB). 68 Pero él lo negó, diciendo: Ni sé, ni entiendo de qué hablas. Y salió al portal[kn](TC), y un gallo cantó[ko]. 69 Cuando la sirvienta lo vio, de nuevo comenzó a decir a los que estaban allí: Este es uno de ellos. 70 Pero él lo negó(TD) otra vez. Y poco después los que estaban allí volvieron a decirle a Pedro: Seguro que tú eres uno de ellos, pues también eres galileo(TE). 71 Pero él comenzó a maldecir[kp] y a jurar: ¡Yo no conozco a este hombre de quien habláis! 72 Al instante un gallo cantó por segunda vez. Entonces Pedro recordó lo[kq] que Jesús le había dicho: Antes que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces(TF). Y se echó a llorar[kr].

Jesús ante Pilato

15 Muy de mañana, los principales sacerdotes prepararon enseguida una reunión(TG) con los ancianos, los escribas y todo el concilio[ks](TH); y atando a Jesús, le llevaron y le entregaron a Pilato. (TI)Pilato le preguntó: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Respondiendo Él, le dijo*: lo dices. Y los principales sacerdotes le acusaban de muchas cosas[kt]. De nuevo Pilato le preguntó, diciendo: ¿No respondes nada? Mira de cuántas cosas te acusan. Pero Jesús no respondió nada más(TJ); de modo que Pilato estaba asombrado.

Jesús o Barrabás

(TK)Ahora bien, en cada fiesta él acostumbraba soltarles un preso, el que ellos pidieran. Y uno llamado Barrabás había sido encarcelado con los sediciosos que habían cometido homicidio en la insurrección. Y subiendo la multitud, comenzó a pedirle que hiciera como siempre les había hecho. Entonces Pilato les contestó, diciendo: ¿Queréis que os suelte al Rey de los judíos? 10 Porque sabía que los principales sacerdotes le habían entregado por envidia. 11 Pero los principales sacerdotes incitaron a la multitud para que le pidiera que en vez de Jesús les soltara a Barrabás(TL). 12 Y Pilato, tomando de nuevo la palabra, les decía: ¿Qué haré, entonces, con el que llamáis el Rey de los judíos? 13 Ellos le respondieron a gritos[ku]: ¡Crucifícale! 14 Y Pilato les decía: ¿Por qué? ¿Qué mal ha hecho? Y ellos gritaban aún más: ¡Crucifícale! 15 Pilato, queriendo complacer a la multitud, les soltó a Barrabás; y después de hacer azotar a Jesús, le entregó para que fuera crucificado(TM).

Los soldados se mofan de Jesús

16 (TN)Entonces los soldados le llevaron dentro del palacio[kv](TO), es decir, al Pretorio, y convocaron* a toda la cohorte[kw] romana(TP). 17 Le vistieron* de púrpura, y después de tejer una corona de espinas, se la pusieron; 18 y comenzaron a vitorearle: ¡Salve, Rey de los judíos! 19 Le golpeaban la cabeza con una caña[kx] y le escupían, y poniéndose de rodillas le hacían reverencias. 20 Y después de haberse burlado de Él, le quitaron la púrpura, le pusieron sus ropas y le sacaron* para crucificarle.

21 (TQ)Y obligaron* a uno que pasaba y que venía del campo, Simón de Cirene, el padre de Alejandro y Rufo, a que llevara la cruz de Jesús[ky].

La crucifixión

22 (TR)Le llevaron* al lugar llamado Gólgota, que traducido significa: Lugar de la Calavera(TS). 23 Y trataron de darle vino mezclado con mirra, pero Él no lo tomó(TT). 24 Cuando le crucificaron*, se repartieron* sus vestidos, echando suertes[kz] sobre ellos para decidir lo que cada uno tomaría(TU). 25 Era la hora tercera[la](TV) cuando[lb] le crucificaron. 26 Y la inscripción de la acusación contra Él decía[lc]: EL REY DE LOS JUDÍOS(TW). 27 Crucificaron* con Él a dos ladrones; uno a su derecha y otro a su izquierda. 28 [ld]Y se cumplió la Escritura que dice: Y con los transgresores fue contado. 29 Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza(TX) y diciendo: ¡Bah! Tú que destruyes el templo y en tres días lo reedificas(TY), 30 ¡sálvate a ti mismo descendiendo de la cruz! 31 De igual manera, también los principales sacerdotes junto con los escribas, burlándose de Él entre ellos, decían: A otros salvó, a sí mismo no puede salvarse[le](TZ). 32 Que este[lf] Cristo, el Rey de Israel(UA), descienda ahora de la cruz, para que veamos y creamos. Y los que estaban crucificados con Él también le insultaban(UB).

Muerte de Jesús

33 (UC)Cuando llegó la hora sexta[lg], hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora novena[lh](UD). 34 Y a la hora novena(UE) Jesús exclamó con fuerte voz: Eloi, Eloi, ¿lema sabactani?, que traducido significa, Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado(UF)? 35 Algunos de los que estaban allí, al oírlo, decían: Mirad, a Elías llama. 36 Entonces uno corrió y empapó una esponja en vinagre, y poniéndola en una caña[li], le dio a beber, diciendo: Dejad, veamos si Elías viene a bajarle. 37 Y Jesús, dando un fuerte grito, expiró(UG). 38 Y el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo(UH). 39 Viendo el centurión que estaba frente a Él, la manera en que[lj] expiró, dijo: En verdad este hombre era Hijo de Dios[lk](UI). 40 (UJ)Había también unas mujeres mirando de lejos, entre las que estaban María Magdalena, María, la madre de Jacobo[ll] el menor[lm](UK) y de José, y Salomé(UL), 41 las cuales cuando Jesús estaba en Galilea, le seguían y le servían(UM); y había muchas otras que habían subido con Él a Jerusalén.

Sepultura de Jesús

42 (UN)Ya al atardecer, como era el día de la preparación(UO), es decir, la víspera del día de reposo, 43 vino José de Arimatea, miembro prominente del concilio(UP), que también esperaba el reino de Dios(UQ); y llenándose de valor, entró adonde estaba Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús(UR). 44 Pilato se sorprendió de que ya hubiera muerto, y llamando al centurión, le preguntó si ya estaba muerto. 45 Y comprobando esto por medio del centurión(US), le concedió el cuerpo a José, 46 quien compró un lienzo de lino, y bajándole de la cruz, le envolvió en el lienzo de lino y le puso en un sepulcro que había sido excavado en la roca; e hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro. 47 Y María Magdalena y María, la madre de José(UT), miraban para saber dónde le ponían.

La resurrección

16 (UU)Pasado el día de reposo, María Magdalena(UV), María, la madre de Jacobo[ln], y Salomé, compraron especias aromáticas(UW) para ir a ungirle. Y muy de mañana, el primer día de la semana, llegaron* al sepulcro cuando el sol ya había salido. Y se decían unas a otras: ¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro(UX)? Cuando levantaron los ojos, vieron* que la piedra, aunque[lo] era sumamente grande, había sido removida. Y entrando en el sepulcro, vieron a un joven sentado al lado derecho, vestido con ropaje blanco(UY); y ellas se asustaron(UZ). Pero él les dijo*: No os asustéis(VA); buscáis a Jesús nazareno(VB), el crucificado. Ha resucitado, no está aquí; mirad el lugar donde le pusieron(VC). Pero id, decid a sus discípulos y a Pedro: «Él va delante de vosotros a Galilea(VD); allí le veréis, tal como os dijo». Y saliendo ellas, huyeron del sepulcro, porque un gran temblor y espanto se había apoderado de ellas; y no dijeron nada a nadie porque tenían miedo.

Aparición de Jesús a María Magdalena

[lp]Y después de haber resucitado, muy temprano el primer día de la semana, Jesús se apareció primero a María Magdalena(VE), de la que había echado fuera siete demonios. 10 Y ella fue y se lo comunicó a los que habían estado con Él(VF), que estaban lamentándose y llorando. 11 Cuando ellos oyeron que Él estaba vivo y que ella le había visto, se negaron a creerlo(VG).

Aparición a dos discípulos

12 Después de esto, se apareció(VH) en forma distinta a dos de ellos cuando iban de camino al campo(VI). 13 Y estos fueron y se lo comunicaron a los demás, pero a ellos tampoco les creyeron(VJ).

La gran comisión

14 Después se apareció(VK) a los once mismos(VL) cuando estaban sentados[lq] a la mesa, y los reprendió por su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto resucitado(VM). 15 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura[lr](VN). 16 El que crea y sea bautizado será salvo; pero el que no crea será condenado(VO). 17 Y estas señales[ls] acompañarán a los que han creído: en mi nombre echarán fuera demonios(VP), hablarán en nuevas lenguas(VQ); 18 tomarán serpientes(VR) en las manos, y aunque beban algo mortífero, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán las manos, y se pondrán bien(VS).

Ascensión de Jesucristo

19 Entonces, el Señor Jesús, después de hablar con ellos(VT), fue recibido en el cielo(VU) y se sentó a la diestra de Dios(VV). 20 Y ellos salieron y predicaron por todas partes, colaborando el Señor con ellos, y confirmando la palabra por medio de las señales[lt] que la seguían[lu]. Ellas comunicaron inmediatamente a Pedro y a sus compañeros todas estas instrucciones. Y después de esto, Jesús mismo envió por medio de ellos, desde el oriente hasta el occidente, el mensaje sacrosanto e incorruptible de la salvación eterna.[lv]

Footnotes

  1. Marcos 1:1 Muchos mss. no incluyen: Hijo de Dios
  2. Marcos 1:4 O, proclamando
  3. Marcos 1:6 Lit., y
  4. Marcos 1:6 O, saltamontes
  5. Marcos 1:7 O, proclamaba
  6. Marcos 1:8 O, en, o, por
  7. Marcos 1:8 O, en, o, por
  8. Marcos 1:14 Lit., entregado
  9. Marcos 1:15 O, poned vuestra confianza
  10. Marcos 1:19 O, Santiago
  11. Marcos 1:23 Lit., de pronto
  12. Marcos 1:24 Lit., ¿Qué a nosotros y a ti?
  13. Marcos 1:24 Lit., Jesús nazareno
  14. Marcos 1:29 Algunos mss. dicen: después que Él había salido...vino
  15. Marcos 1:29 O, Santiago
  16. Marcos 1:34 Algunos mss. dicen: sabían que Él era el Cristo
  17. Marcos 1:38 O, proclame
  18. Marcos 1:39 O, proclamando
  19. Marcos 1:40 Lit., diciéndole
  20. Marcos 1:45 Lit., mucho
  21. Marcos 1:45 Lit., El
  22. Marcos 2:2 Lit., hablaba
  23. Marcos 2:4 Lit., traer
  24. Marcos 2:7 Lit., sino uno, Dios
  25. Marcos 2:8 Lit., por
  26. Marcos 2:15 Lit., Y sucede
  27. Marcos 2:15 Lit., El
  28. Marcos 2:15 Lit., recostado
  29. Marcos 2:15 Lit., él
  30. Marcos 2:15 O, publicanos; i.e., los que explotaban la recaudación de los impuestos romanos, y así en el vers. 16
  31. Marcos 2:15 Lit., reclinados
  32. Marcos 2:17 Lit., fuertes
  33. Marcos 2:19 Lit., hijos del tálamo
  34. Marcos 2:21 Lit., cose lo que se pone encima
  35. Marcos 2:21 Lit, sin encoger
  36. Marcos 2:21 Lit., y si no lo que llena
  37. Marcos 2:22 I.e., cueros usados como recipientes
  38. Marcos 2:22 Lit., y si no
  39. Marcos 2:22 I.e., cueros usados como recipientes
  40. Marcos 2:22 I.e., cueros usados como recipientes
  41. Marcos 2:23 Lit., El
  42. Marcos 2:26 Lit., los panes de la proposición
  43. Marcos 2:27 O, vino a ser
  44. Marcos 2:27 Lit., por causa del
  45. Marcos 2:27 Lit., por causa del
  46. Marcos 3:5 Lit., restaurada
  47. Marcos 3:6 Lit., dando consejo
  48. Marcos 3:6 Lit., El
  49. Marcos 3:12 Lit., no le hicieran manifiesto
  50. Marcos 3:14 Algunos mss. antiguos agregan: a quienes también llamó apóstoles
  51. Marcos 3:17 O, Santiago
  52. Marcos 3:17 O, Santiago
  53. Marcos 3:18 O, Santiago
  54. Marcos 3:18 O, el zelote
  55. Marcos 3:20 Lit., comer pan
  56. Marcos 3:26 Lit., tiene un fin
  57. Marcos 3:27 Lit., no ata al fuerte
  58. Marcos 3:32 Algunos mss. agregan: y tus hermanas
  59. Marcos 4:1 Lit., se reúne
  60. Marcos 4:10 Lit., los que estaban a su derredor
  61. Marcos 4:17 Lit., se les hace tropezar
  62. Marcos 4:19 O, siglo
  63. Marcos 4:27 Lit., Y duerme
  64. Marcos 4:28 O, lleno
  65. Marcos 4:29 Lit., envía
  66. Marcos 4:34 Lit., sin una parábola
  67. Marcos 4:36 Lit., Dejando
  68. Marcos 4:37 Lit., tempestad de viento
  69. Marcos 4:38 O, una almohadilla
  70. Marcos 4:39 Lit., calla
  71. Marcos 4:39 Lit., enmudece
  72. Marcos 5:1 Otros mss. dicen: guerasenos, o, guerguesenos
  73. Marcos 5:7 Lit., ¿Qué a mí y a ti
  74. Marcos 5:13 Lit., se ahogaban
  75. Marcos 5:14 Lit., Y los que los cuidaban
  76. Marcos 5:18 Lit., para que estuviera con Él
  77. Marcos 5:19 O, todo lo que
  78. Marcos 5:20 O, todo lo que
  79. Marcos 5:21 Lit., estaba
  80. Marcos 5:22 O, principales, y así en el resto del cap.
  81. Marcos 5:23 Lit., se salve
  82. Marcos 5:28 O, pensaba
  83. Marcos 5:28 Lit., seré salva
  84. Marcos 5:32 Lit., había hecho esto
  85. Marcos 5:34 Lit., salvado
  86. Marcos 5:36 O, sigue creyendo
  87. Marcos 5:37 O, Santiago
  88. Marcos 5:37 O, Santiago
  89. Marcos 5:43 Lit., ella
  90. Marcos 6:2 Lit., estas
  91. Marcos 6:2 O, hechos poderosos
  92. Marcos 6:3 O, Santiago
  93. Marcos 6:5 O, hecho poderoso
  94. Marcos 6:8 O, mochila, o, bolsa
  95. Marcos 6:9 I.e., ropas interiores
  96. Marcos 6:10 Lit., de allí
  97. Marcos 6:11 Lit., de debajo
  98. Marcos 6:12 O, proclamaban
  99. Marcos 6:14 Lit., oyó
  100. Marcos 6:14 Lit., su nombre
  101. Marcos 6:20 Lit., y con gusto le oía
  102. Marcos 6:21 Gr., quiliarcas; i.e., oficiales militares romanos al mando de mil soldados
  103. Marcos 6:22 Lit., se reclinaban
  104. Marcos 6:25 Lit., y pidió
  105. Marcos 6:26 Lit., de los que se reclinaban
  106. Marcos 6:27 Lit., él
  107. Marcos 6:29 Lit., lo pusieron en una tumba
  108. Marcos 6:34 Lit., Al salir
  109. Marcos 6:36 Lit., que coman
  110. Marcos 6:37 Un denario valía aprox. 4 gramos de plata, o el equivalente al salario de un día
  111. Marcos 6:41 Lit., pusieran delante
  112. Marcos 6:48 I.e., entre las tres y las seis de la mañana
  113. Marcos 6:52 Lit., sobre
  114. Marcos 6:52 Lit., corazón...endurecido
  115. Marcos 6:54 Lit., le reconoció
  116. Marcos 6:56 Lit., salvados
  117. Marcos 7:2 O, impuras
  118. Marcos 7:3 Lit., con el puño
  119. Marcos 7:4 O, se rocíen. Algunos mss. dicen: se bauticen
  120. Marcos 7:4 Lit., bautismo
  121. Marcos 7:5 Lit., comen pan
  122. Marcos 7:5 O, impuras
  123. Marcos 7:9 Lit., Bien
  124. Marcos 7:10 Lit., muera a muerte
  125. Marcos 7:11 O, donativo
  126. Marcos 7:16 Los mss. más antiguos no incluyen este vers.
  127. Marcos 7:19 Lit., vientre
  128. Marcos 7:19 Lit., va a dar a la letrina
  129. Marcos 7:21 I.e., actos de inmoralidad sexual
  130. Marcos 7:22 Lit., un ojo maligno
  131. Marcos 7:22 O, arrogancia
  132. Marcos 7:24 Algunos mss. antiguos agregan: y de Sidón
  133. Marcos 7:24 Lit., y
  134. Marcos 7:26 Lit., griega
  135. Marcos 7:27 O, no es justo
  136. Marcos 7:29 Lit., palabra
  137. Marcos 7:30 Lit., echada
  138. Marcos 7:35 Lit., se desató
  139. Marcos 7:35 O, la atadura
  140. Marcos 8:4 Lit.,panes
  141. Marcos 8:5 Lit., preguntaba
  142. Marcos 8:6 Lit., los pusieron delante de
  143. Marcos 8:7 Lit., pusieran delante
  144. Marcos 8:11 O, un milagro
  145. Marcos 8:11 Lit., poniéndole
  146. Marcos 8:12 O, en sí mismo
  147. Marcos 8:12 O, milagro
  148. Marcos 8:12 Lit., si una señal se dará
  149. Marcos 8:15 O, mandaba
  150. Marcos 8:17 O, insensible, o, embotado
  151. Marcos 8:21 Lit., decía
  152. Marcos 8:24 O, recobrando
  153. Marcos 8:24 O, me parecen
  154. Marcos 8:29 I.e., el Mesías
  155. Marcos 8:33 Lit., Ponte detrás de mí
  156. Marcos 8:35 O, alma
  157. Marcos 8:35 O, alma
  158. Marcos 9:2 O, Santiago
  159. Marcos 9:5 Lit., respondiendo
  160. Marcos 9:5 O, Maestro
  161. Marcos 9:5 O, tiendas sagradas
  162. Marcos 9:6 Lit., responder
  163. Marcos 9:7 O, se originó
  164. Marcos 9:7 O, se originó
  165. Marcos 9:7 O, prestad atención constante
  166. Marcos 9:9 Lit., sino cuando
  167. Marcos 9:10 Lit., qué era el
  168. Marcos 9:12 Lit., restaura
  169. Marcos 9:13 Lit., también
  170. Marcos 9:15 Lit., El
  171. Marcos 9:18 O, dondequiera
  172. Marcos 9:18 O, se pone tieso
  173. Marcos 9:20 Lit., El
  174. Marcos 9:20 Lit., a él
  175. Marcos 9:25 O, corría a juntarse
  176. Marcos 9:29 Muchos mss. agregan: y ayuno
  177. Marcos 9:32 Lit., la palabra
  178. Marcos 9:35 O, que sea
  179. Marcos 9:37 Lit., a uno de tales niños
  180. Marcos 9:40 O, de parte nuestra
  181. Marcos 9:41 Lit., en un
  182. Marcos 9:42 O, escandalice
  183. Marcos 9:42 Lit., es mejor para él que esté atada
  184. Marcos 9:43 Lit., tropezar, y así en los vers. 45 y 47
  185. Marcos 9:43 Gr., guéenna
  186. Marcos 9:44 Muchos mss. antiguos no incluyen los vers. 44 y 46, que son idénticos al 48
  187. Marcos 9:45 Gr., guéenna
  188. Marcos 9:46 Muchos mss. antiguos no incluyen los vers. 44 y 46, que son idénticos al 48
  189. Marcos 9:47 Gr., guéenna
  190. Marcos 9:49 Algunos mss. agregan: y todo sacrificio será salado con sal
  191. Marcos 10:2 Lit., poniéndole
  192. Marcos 10:2 O, repudiar a
  193. Marcos 10:7 Algunos mss. agregan: y se unirá a su mujer
  194. Marcos 10:11 O, repudie a
  195. Marcos 10:12 O, repudia a
  196. Marcos 10:14 O, de los tales
  197. Marcos 10:17 Lit., preguntándole
  198. Marcos 10:24 Algunos mss. agregan: para los que confían en las riquezas
  199. Marcos 10:25 Lit., la
  200. Marcos 10:26 Algunos mss. dicen: diciéndole
  201. Marcos 10:35 O, Santiago
  202. Marcos 10:37 Lit., Danos
  203. Marcos 10:40 Lit., dar
  204. Marcos 10:41 O, Santiago
  205. Marcos 10:45 O, alma
  206. Marcos 10:51 Lit., respondiéndole
  207. Marcos 10:51 I.e., mi Maestro
  208. Marcos 10:52 Lit., salvado
  209. Marcos 11:2 Lit., ningún hombre
  210. Marcos 11:3 Lit., envía de nuevo
  211. Marcos 11:5 Lit., les decían
  212. Marcos 11:14 Lit., respondiendo
  213. Marcos 11:17 Lit., y les decía
  214. Marcos 11:19 I.e., Jesús y sus discípulos
  215. Marcos 11:25 Lit., estéis de pie
  216. Marcos 11:26 Muchos mss. antiguos no incluyen este vers.
  217. Marcos 11:29 Lit., preguntaré una palabra
  218. Marcos 11:33 Lit., os digo
  219. Marcos 12:1 O, una cerca
  220. Marcos 12:6 Lit., tenía
  221. Marcos 12:9 Lit., señor
  222. Marcos 12:10 Lit., cabeza del ángulo
  223. Marcos 12:14 Lit., no te preocupas
  224. Marcos 12:14 Lit., no miras la apariencia de los hombres
  225. Marcos 12:14 Lit., dar
  226. Marcos 12:15 Lit., Daremos
  227. Marcos 12:15 Lit., Daremos
  228. Marcos 12:15 Un denario valía aprox. 4 gramos de plata, o el equivalente al salario de un día
  229. Marcos 12:23 La mayoría de los mss. antiguos no incluyen: cuando resuciten
  230. Marcos 12:24 O, no conocéis
  231. Marcos 12:28 O, el primero
  232. Marcos 12:29 O, el primero
  233. Marcos 12:35 Lit., ¿Cómo
  234. Marcos 12:35 I.e., el Mesías
  235. Marcos 12:41 I.e., monedas de cobre
  236. Marcos 12:42 O, blancas; gr., lepta, las monedas de menos valor (1/128 de un denario)
  237. Marcos 12:42 Un cuadrante equivale aprox. a dos blancas; i.e., 1/64 de un denario
  238. Marcos 12:43 Lit., los que estaban poniendo en el
  239. Marcos 12:44 O, de su abundancia
  240. Marcos 12:44 Lit., toda su subsistencia
  241. Marcos 13:1 Lit., tan grandes
  242. Marcos 13:1 Lit., tan grandes
  243. Marcos 13:3 O, Santiago
  244. Marcos 13:4 Lit., será
  245. Marcos 13:4 O, milagro
  246. Marcos 13:8 Lit., dolores de parto
  247. Marcos 13:9 Lit., mirad por vosotros mismos
  248. Marcos 13:9 O, sanedrines, o, concilios
  249. Marcos 13:12 O, los matarán
  250. Marcos 13:19 Lit., creó
  251. Marcos 13:20 Lit., los
  252. Marcos 13:20 Lit., ninguna carne
  253. Marcos 13:20 O, elegidos
  254. Marcos 13:20 O, escogió
  255. Marcos 13:21 I.e., el Mesías
  256. Marcos 13:22 O, milagros
  257. Marcos 13:22 O, elegidos
  258. Marcos 13:27 O, elegidos
  259. Marcos 13:29 O, que está
  260. Marcos 13:34 Lit., dando la autoridad a sus siervos
  261. Marcos 14:1 O, de los Azimos
  262. Marcos 14:3 Lit., reclinado
  263. Marcos 14:3 Lit., El
  264. Marcos 14:5 Un denario valía aprox. 4 gramos de plata, o el equivalente al salario de un día
  265. Marcos 14:7 Lit., tenéis
  266. Marcos 14:7 Lit., podéis
  267. Marcos 14:7 Lit., tenéis
  268. Marcos 14:10 Lit., El
  269. Marcos 14:12 O, de los Azimos
  270. Marcos 14:18 Lit., reclinados
  271. Marcos 14:21 Lit., a él si ese hombre no hubiera nacido
  272. Marcos 14:24 Algunos mss. antiguos omiten, nuevo
  273. Marcos 14:27 O, escandalizaréis, o, caeréis
  274. Marcos 14:29 O, escandalicen, o, caigan
  275. Marcos 14:31 Lit., Y si tengo
  276. Marcos 14:33 O, Santiago
  277. Marcos 14:35 Lit., caía
  278. Marcos 14:35 Lit., la
  279. Marcos 14:39 Lit., la misma palabra
  280. Marcos 14:41 O, seguís
  281. Marcos 14:43 O, Inmediatamente
  282. Marcos 14:43 Lit., y con él
  283. Marcos 14:44 O, bajo guardia
  284. Marcos 14:45 O, Maestro
  285. Marcos 14:47 Lit., le quitó
  286. Marcos 14:48 Lit., respondiendo
  287. Marcos 14:49 O, posiblemente, pero dejad
  288. Marcos 14:54 O, sirvientes
  289. Marcos 14:54 Lit., a la luz
  290. Marcos 14:55 O, Sanedrín
  291. Marcos 14:56 O, no eran idénticos
  292. Marcos 14:58 O, santuario
  293. Marcos 14:59 O, era idéntico
  294. Marcos 14:61 Lit., y dice
  295. Marcos 14:61 I.e., el Mesías
  296. Marcos 14:65 O, los ojos
  297. Marcos 14:65 O, sirvientes
  298. Marcos 14:65 O, le trataron
  299. Marcos 14:65 O, posiblemente, a garrotazos
  300. Marcos 14:68 O, a la entrada
  301. Marcos 14:68 Algunos mss. antiguos omiten: y un gallo cantó
  302. Marcos 14:71 O, a hacer voto bajo maldición
  303. Marcos 14:72 Lit., la palabra
  304. Marcos 14:72 O, pensando en esto, lloraba; o, saliendo rápidamente, se echó a llorar
  305. Marcos 15:1 O, Sanedrín
  306. Marcos 15:3 O, con dureza
  307. Marcos 15:13 O, gritaron otra vez
  308. Marcos 15:16 O, atrio
  309. Marcos 15:16 I.e., unidad militar romana compuesta de varias centurias
  310. Marcos 15:19 O, vara
  311. Marcos 15:21 Lit., El
  312. Marcos 15:24 Lit., una suerte
  313. Marcos 15:25 I.e., las nueve de la mañana
  314. Marcos 15:25 Lit., y
  315. Marcos 15:26 Lit., que había sido inscrita era
  316. Marcos 15:28 Los mss. más antiguos no incluyen este vers.
  317. Marcos 15:31 O, ¿no puede salvarse a sí mismo?
  318. Marcos 15:32 Lit., el
  319. Marcos 15:33 I.e., las doce del día
  320. Marcos 15:33 I.e., las tres de la tarde
  321. Marcos 15:36 O, vara
  322. Marcos 15:39 Lit., viendo que así
  323. Marcos 15:39 O, posiblemente, un hijo de Dios; o, hijo de un dios
  324. Marcos 15:40 O, Santiago
  325. Marcos 15:40 Lit., pequeño (en estatura o edad)
  326. Marcos 16:1 O, Santiago
  327. Marcos 16:4 Lit., porque
  328. Marcos 16:9 Algunos de los mss. más antiguos no incluyen los vers. del 9 al 20
  329. Marcos 16:14 Lit., reclinados
  330. Marcos 16:15 Lit., la creación
  331. Marcos 16:17 O, estos milagros
  332. Marcos 16:20 O, los milagros
  333. Marcos 16:20 Muchos mss. agregan: Amén
  334. Marcos 16:20 Algunos mss. posteriores y algunas versiones antiguas contienen este párrafo, generalmente después del vers. 8. Algunos lo tienen al final del cap.

Predicación de Juan el Bautista

(Mt. 3.1-12; Lc. 3.1-9,15-17; Jn. 1.19-28)

Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Como está escrito en Isaías el profeta:

He aquí yo envío mi mensajero delante de tu faz,

El cual preparará tu camino delante de ti.(A)

Voz del que clama en el desierto:

Preparad el camino del Señor;

Enderezad sus sendas.(B)

Bautizaba Juan en el desierto, y predicaba el bautismo de arrepentimiento para perdón de pecados. Y salían a él toda la provincia de Judea, y todos los de Jerusalén; y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados. Y Juan estaba vestido de pelo de camello, y tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos;(C) y comía langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo: Viene tras mí el que es más poderoso que yo, a quien no soy digno de desatar encorvado la correa de su calzado. Yo a la verdad os he bautizado con agua; pero él os bautizará con Espíritu Santo.

El bautismo de Jesús

(Mt. 3.13-17; Lc. 3.21-22)

Aconteció en aquellos días, que Jesús vino de Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán. 10 Y luego, cuando subía del agua, vio abrirse los cielos, y al Espíritu como paloma que descendía sobre él. 11 Y vino una voz de los cielos que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.(D)

Tentación de Jesús

(Mt. 4.1-11; Lc. 4.1-13)

12 Y luego el Espíritu le impulsó al desierto. 13 Y estuvo allí en el desierto cuarenta días, y era tentado por Satanás, y estaba con las fieras; y los ángeles le servían.

Jesús principia su ministerio

(Mt. 4.12-17; Lc. 4.14-15)

14 Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, 15 diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios(E) se ha acercado; arrepentíos,(F) y creed en el evangelio.

Jesús llama a cuatro pescadores

(Mt. 4.18-22; Lc. 5.1-11)

16 Andando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. 17 Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres. 18 Y dejando luego sus redes, le siguieron. 19 Pasando de allí un poco más adelante, vio a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan su hermano, también ellos en la barca, que remendaban las redes. 20 Y luego los llamó; y dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, le siguieron.

Un hombre que tenía un espíritu inmundo

(Lc. 4.31-37)

21 Y entraron en Capernaum; y los días de reposo,[a] entrando en la sinagoga, enseñaba. 22 Y se admiraban de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.(G) 23 Pero había en la sinagoga de ellos un hombre con espíritu inmundo, que dio voces, 24 diciendo: ¡Ah! ¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Sé quién eres, el Santo de Dios. 25 Pero Jesús le reprendió, diciendo: ¡Cállate, y sal de él! 26 Y el espíritu inmundo, sacudiéndole con violencia, y clamando a gran voz, salió de él. 27 Y todos se asombraron, de tal manera que discutían entre sí, diciendo: ¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es esta, que con autoridad manda aun a los espíritus inmundos, y le obedecen? 28 Y muy pronto se difundió su fama por toda la provincia alrededor de Galilea.

Jesús sana a la suegra de Pedro

(Mt. 8.14-15; Lc. 4.38-39)

29 Al salir de la sinagoga, vinieron a casa de Simón y Andrés, con Jacobo y Juan. 30 Y la suegra de Simón estaba acostada con fiebre; y en seguida le hablaron de ella. 31 Entonces él se acercó, y la tomó de la mano y la levantó; e inmediatamente le dejó la fiebre, y ella les servía.

Muchos sanados al ponerse el sol

(Mt. 8.16-17; Lc. 4.40-41)

32 Cuando llegó la noche, luego que el sol se puso, le trajeron todos los que tenían enfermedades, y a los endemoniados; 33 y toda la ciudad se agolpó a la puerta. 34 Y sanó a muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades, y echó fuera muchos demonios; y no dejaba hablar a los demonios, porque le conocían.

Jesús recorre Galilea predicando

(Lc. 4.42-44)

35 Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba. 36 Y le buscó Simón, y los que con él estaban; 37 y hallándole, le dijeron: Todos te buscan. 38 Él les dijo: Vamos a los lugares vecinos, para que predique también allí; porque para esto he venido. 39 Y predicaba en las sinagogas de ellos en toda Galilea, y echaba fuera los demonios.(H)

Jesús sana a un leproso

(Mt. 8.1-4; Lc. 5.12-16)

40 Vino a él un leproso, rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme. 41 Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio. 42 Y así que él hubo hablado, al instante la lepra se fue de aquel, y quedó limpio. 43 Entonces le encargó rigurosamente, y le despidió luego, 44 y le dijo: Mira, no digas a nadie nada, sino ve, muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu purificación lo que Moisés mandó,(I) para testimonio a ellos. 45 Pero ido él, comenzó a publicarlo mucho y a divulgar el hecho, de manera que ya Jesús no podía entrar abiertamente en la ciudad, sino que se quedaba fuera en los lugares desiertos; y venían a él de todas partes.

Jesús sana a un paralítico

(Mt. 9.1-8; Lc. 5.17-26)

Entró Jesús otra vez en Capernaum después de algunos días; y se oyó que estaba en casa. E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra. Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro. Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico. Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados. Estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones: ¿Por qué habla este así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino solo Dios? Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda? 10 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): 11 A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. 12 Entonces él se levantó en seguida, y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa.

Llamamiento de Leví

(Mt. 9.9-13; Lc. 5.27-32)

13 Después volvió a salir al mar; y toda la gente venía a él, y les enseñaba. 14 Y al pasar, vio a Leví hijo de Alfeo, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y levantándose, le siguió. 15 Aconteció que estando Jesús a la mesa en casa de él, muchos publicanos y pecadores estaban también a la mesa juntamente con Jesús y sus discípulos; porque había muchos que le habían seguido. 16 Y los escribas y los fariseos, viéndole comer con los publicanos y con los pecadores, dijeron a los discípulos: ¿Qué es esto, que él come y bebe con los publicanos y pecadores? 17 Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.

La pregunta sobre el ayuno

(Mt. 9.14-17; Lc. 5.33-39)

18 Y los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunaban; y vinieron, y le dijeron: ¿Por qué los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunan, y tus discípulos no ayunan? 19 Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas ayunar mientras está con ellos el esposo? Entre tanto que tienen consigo al esposo, no pueden ayunar. 20 Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces en aquellos días ayunarán. 21 Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; de otra manera, el mismo remiendo nuevo tira de lo viejo, y se hace peor la rotura. 22 Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo rompe los odres, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar.

Los discípulos recogen espigas en el día de reposo

(Mt. 12.1-8; Lc. 6.1-5)

23 Aconteció que al pasar él por los sembrados un día de reposo,[b] sus discípulos, andando, comenzaron a arrancar espigas.(J) 24 Entonces los fariseos le dijeron: Mira, ¿por qué hacen en el día de reposo[c] lo que no es lícito? 25 Pero él les dijo: ¿Nunca leísteis lo que hizo David cuando tuvo necesidad, y sintió hambre, él y los que con él estaban; 26 cómo entró en la casa de Dios, siendo Abiatar sumo sacerdote, y comió los panes de la proposición, de los cuales no es lícito comer sino a los sacerdotes,(K) y aun dio a los que con él estaban?(L) 27 También les dijo: El día de reposo[d] fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo.[e] 28 Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo.[f]

El hombre de la mano seca

(Mt. 12.9-14; Lc. 6.6-11)

Otra vez entró Jesús en la sinagoga; y había allí un hombre que tenía seca una mano. Y le acechaban para ver si en el día de reposo[g] le sanaría, a fin de poder acusarle. Entonces dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate y ponte en medio. Y les dijo: ¿Es lícito en los días de reposo[h] hacer bien, o hacer mal; salvar la vida, o quitarla? Pero ellos callaban. Entonces, mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y la mano le fue restaurada sana. Y salidos los fariseos, tomaron consejo con los herodianos contra él para destruirle.

La multitud a la orilla del mar

Mas Jesús se retiró al mar con sus discípulos, y le siguió gran multitud de Galilea. Y de Judea, de Jerusalén, de Idumea, del otro lado del Jordán, y de los alrededores de Tiro y de Sidón, oyendo cuán grandes cosas hacía, grandes multitudes vinieron a él. Y dijo a sus discípulos que le tuviesen siempre lista la barca, a causa del gentío, para que no le oprimiesen. 10 Porque había sanado a muchos; de manera que por tocarle, cuantos tenían plagas caían sobre él.(M) 11 Y los espíritus inmundos, al verle, se postraban delante de él, y daban voces, diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. 12 Mas él les reprendía mucho para que no le descubriesen.

Elección de los doce apóstoles

(Mt. 10.1-4; Lc. 6.12-16)

13 Después subió al monte, y llamó a sí a los que él quiso; y vinieron a él. 14 Y estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar, 15 y que tuviesen autoridad para sanar enfermedades y para echar fuera demonios: 16 a Simón, a quien puso por sobrenombre Pedro; 17 a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan hermano de Jacobo, a quienes apellidó Boanerges, esto es, Hijos del trueno; 18 a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, Tadeo, Simón el cananista, 19 y Judas Iscariote, el que le entregó. Y vinieron a casa.

La blasfemia contra el Espíritu Santo

(Mt. 12.22-32; Lc. 11.14-23)

20 Y se agolpó de nuevo la gente, de modo que ellos ni aun podían comer pan. 21 Cuando lo oyeron los suyos, vinieron para prenderle; porque decían: Está fuera de sí. 22 Pero los escribas que habían venido de Jerusalén decían que tenía a Beelzebú, y que por el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios.(N) 23 Y habiéndolos llamado, les decía en parábolas: ¿Cómo puede Satanás echar fuera a Satanás? 24 Si un reino está dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer. 25 Y si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer. 26 Y si Satanás se levanta contra sí mismo, y se divide, no puede permanecer, sino que ha llegado su fin. 27 Ninguno puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si antes no le ata, y entonces podrá saquear su casa.

28 De cierto os digo que todos los pecados serán perdonados a los hijos de los hombres, y las blasfemias cualesquiera que sean; 29 pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón,(O) sino que es reo de juicio eterno. 30 Porque ellos habían dicho: Tiene espíritu inmundo.

La madre y los hermanos de Jesús

(Mt. 12.46-50; Lc. 8.19-21)

31 Vienen después sus hermanos y su madre, y quedándose afuera, enviaron a llamarle. 32 Y la gente que estaba sentada alrededor de él le dijo: Tu madre y tus hermanos están afuera, y te buscan. 33 Él les respondió diciendo: ¿Quién es mi madre y mis hermanos? 34 Y mirando a los que estaban sentados alrededor de él, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. 35 Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.

Parábola del sembrador

(Mt. 13.1-23; Lc. 8.4-15)

Otra vez comenzó Jesús a enseñar junto al mar, y se reunió alrededor de él mucha gente, tanto que entrando en una barca, se sentó en ella en el mar;(P) y toda la gente estaba en tierra junto al mar. Y les enseñaba por parábolas muchas cosas, y les decía en su doctrina: Oíd: He aquí, el sembrador salió a sembrar; y al sembrar, aconteció que una parte cayó junto al camino, y vinieron las aves del cielo y la comieron. Otra parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra. Pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto. Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto, pues brotó y creció, y produjo a treinta, a sesenta, y a ciento por uno. Entonces les dijo: El que tiene oídos para oír, oiga.

10 Cuando estuvo solo, los que estaban cerca de él con los doce le preguntaron sobre la parábola. 11 Y les dijo: A vosotros os es dado saber el misterio del reino de Dios; mas a los que están fuera, por parábolas todas las cosas; 12 para que viendo, vean y no perciban; y oyendo, oigan y no entiendan; para que no se conviertan, y les sean perdonados los pecados.(Q) 13 Y les dijo: ¿No sabéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas? 14 El sembrador es el que siembra la palabra. 15 Y estos son los de junto al camino: en quienes se siembra la palabra, pero después que la oyen, en seguida viene Satanás, y quita la palabra que se sembró en sus corazones. 16 Estos son asimismo los que fueron sembrados en pedregales: los que cuando han oído la palabra, al momento la reciben con gozo; 17 pero no tienen raíz en sí, sino que son de corta duración, porque cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra, luego tropiezan. 18 Estos son los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen la palabra, 19 pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa. 20 Y estos son los que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la palabra y la reciben, y dan fruto a treinta, a sesenta, y a ciento por uno.

Nada oculto que no haya de ser manifestado

(Lc. 8.16-18)

21 También les dijo: ¿Acaso se trae la luz para ponerla debajo del almud, o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero?(R) 22 Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de salir a luz.(S) 23 Si alguno tiene oídos para oír, oiga. 24 Les dijo también: Mirad lo que oís; porque con la medida con que medís, os será medido,(T) y aun se os añadirá a vosotros los que oís. 25 Porque al que tiene, se le dará; y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.(U)

Parábola del crecimiento de la semilla

26 Decía además: Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra; 27 y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo. 28 Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga; 29 y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado.

Parábola de la semilla de mostaza

(Mt. 13.31-32; Lc. 13.18-19)

30 Decía también: ¿A qué haremos semejante el reino de Dios, o con qué parábola lo compararemos? 31 Es como el grano de mostaza, que cuando se siembra en tierra, es la más pequeña de todas las semillas que hay en la tierra; 32 pero después de sembrado, crece, y se hace la mayor de todas las hortalizas, y echa grandes ramas, de tal manera que las aves del cielo pueden morar bajo su sombra.

El uso que Jesús hace de las parábolas

(Mt. 13.34-35)

33 Con muchas parábolas como estas les hablaba la palabra, conforme a lo que podían oír. 34 Y sin parábolas no les hablaba; aunque a sus discípulos en particular les declaraba todo.

Jesús calma la tempestad

(Mt. 8.23-27; Lc. 8.22-25)

35 Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. 36 Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. 37 Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. 38 Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? 39 Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. 40 Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? 41 Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es este, que aun el viento y el mar le obedecen?

El endemoniado gadareno

(Mt. 8.28-34; Lc. 8.26-39)

Vinieron al otro lado del mar, a la región de los gadarenos. Y cuando salió él de la barca, en seguida vino a su encuentro, de los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo, que tenía su morada en los sepulcros, y nadie podía atarle, ni aun con cadenas. Porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, mas las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y desmenuzados los grillos; y nadie le podía dominar. Y siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con piedras. Cuando vio, pues, a Jesús de lejos, corrió, y se arrodilló ante él. Y clamando a gran voz, dijo: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes. Porque le decía: Sal de este hombre, espíritu inmundo. Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo; porque somos muchos. 10 Y le rogaba mucho que no los enviase fuera de aquella región. 11 Estaba allí cerca del monte un gran hato de cerdos paciendo. 12 Y le rogaron todos los demonios, diciendo: Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos. 13 Y luego Jesús les dio permiso. Y saliendo aquellos espíritus inmundos, entraron en los cerdos, los cuales eran como dos mil; y el hato se precipitó en el mar por un despeñadero, y en el mar se ahogaron.

14 Y los que apacentaban los cerdos huyeron, y dieron aviso en la ciudad y en los campos. Y salieron a ver qué era aquello que había sucedido. 15 Vienen a Jesús, y ven al que había sido atormentado del demonio, y que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio cabal; y tuvieron miedo. 16 Y les contaron los que lo habían visto, cómo le había acontecido al que había tenido el demonio, y lo de los cerdos. 17 Y comenzaron a rogarle que se fuera de sus contornos. 18 Al entrar él en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que le dejase estar con él. 19 Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti. 20 Y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas había hecho Jesús con él; y todos se maravillaban.

La hija de Jairo, y la mujer que tocó el manto de Jesús

(Mt. 9.18-26; Lc. 8.40-56)

21 Pasando otra vez Jesús en una barca a la otra orilla, se reunió alrededor de él una gran multitud; y él estaba junto al mar. 22 Y vino uno de los principales de la sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vio, se postró a sus pies, 23 y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá.

24 Fue, pues, con él; y le seguía una gran multitud, y le apretaban. 25 Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, 26 y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor, 27 cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto. 28 Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva. 29 Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote. 30 Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos? 31 Sus discípulos le dijeron: Ves que la multitud te aprieta, y dices: ¿Quién me ha tocado? 32 Pero él miraba alrededor para ver quién había hecho esto. 33 Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad. 34 Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote.

35 Mientras él aún hablaba, vinieron de casa del principal de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro? 36 Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga: No temas, cree solamente. 37 Y no permitió que le siguiese nadie sino Pedro, Jacobo, y Juan hermano de Jacobo. 38 Y vino a casa del principal de la sinagoga, y vio el alboroto y a los que lloraban y lamentaban mucho. 39 Y entrando, les dijo: ¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no está muerta, sino duerme. 40 Y se burlaban de él. Mas él, echando fuera a todos, tomó al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con él, y entró donde estaba la niña. 41 Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate. 42 Y luego la niña se levantó y andaba, pues tenía doce años. Y se espantaron grandemente. 43 Pero él les mandó mucho que nadie lo supiese, y dijo que se le diese de comer.

Jesús en Nazaret

(Mt. 13.53-58; Lc. 4.16-30)

Salió Jesús de allí y vino a su tierra, y le seguían sus discípulos. Y llegado el día de reposo,[i] comenzó a enseñar en la sinagoga; y muchos, oyéndole, se admiraban, y decían: ¿De dónde tiene este estas cosas? ¿Y qué sabiduría es esta que le es dada, y estos milagros que por sus manos son hechos? ¿No es este el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus hermanas? Y se escandalizaban de él. Mas Jesús les decía: No hay profeta sin honra sino en su propia tierra,(V) y entre sus parientes, y en su casa. Y no pudo hacer allí ningún milagro, salvo que sanó a unos pocos enfermos, poniendo sobre ellos las manos. Y estaba asombrado de la incredulidad de ellos. Y recorría las aldeas de alrededor, enseñando.

Misión de los doce discípulos

(Mt. 10.5-15; Lc. 9.1-6)

Después llamó a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos; y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos. Y les mandó(W) que no llevasen nada para el camino, sino solamente bordón; ni alforja, ni pan, ni dinero en el cinto, sino que calzasen sandalias, y no vistiesen dos túnicas. 10 Y les dijo: Dondequiera que entréis en una casa, posad en ella hasta que salgáis de aquel lugar. 11 Y si en algún lugar no os recibieren ni os oyeren, salid de allí, y sacudid el polvo que está debajo de vuestros pies, para testimonio a ellos.(X) De cierto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para los de Sodoma y Gomorra, que para aquella ciudad. 12 Y saliendo, predicaban que los hombres se arrepintiesen. 13 Y echaban fuera muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos, y los sanaban.(Y)

Muerte de Juan el Bautista

(Mt. 14.1-12; Lc. 9.7-9)

14 Oyó el rey Herodes la fama de Jesús, porque su nombre se había hecho notorio; y dijo: Juan el Bautista ha resucitado de los muertos, y por eso actúan en él estos poderes. 15 Otros decían: Es Elías. Y otros decían: Es un profeta, o alguno de los profetas.(Z) 16 Al oír esto Herodes, dijo: Este es Juan, el que yo decapité, que ha resucitado de los muertos. 17 Porque el mismo Herodes había enviado y prendido a Juan, y le había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, mujer de Felipe su hermano; pues la había tomado por mujer. 18 Porque Juan decía a Herodes: No te es lícito tener la mujer de tu hermano.(AA) 19 Pero Herodías le acechaba, y deseaba matarle, y no podía; 20 porque Herodes temía a Juan, sabiendo que era varón justo y santo, y le guardaba a salvo; y oyéndole, se quedaba muy perplejo, pero le escuchaba de buena gana. 21 Pero venido un día oportuno, en que Herodes, en la fiesta de su cumpleaños, daba una cena a sus príncipes y tribunos y a los principales de Galilea, 22 entrando la hija de Herodías, danzó, y agradó a Herodes y a los que estaban con él a la mesa; y el rey dijo a la muchacha: Pídeme lo que quieras, y yo te lo daré. 23 Y le juró: Todo lo que me pidas te daré, hasta la mitad de mi reino. 24 Saliendo ella, dijo a su madre: ¿Qué pediré? Y ella le dijo: La cabeza de Juan el Bautista. 25 Entonces ella entró prontamente al rey, y pidió diciendo: Quiero que ahora mismo me des en un plato la cabeza de Juan el Bautista. 26 Y el rey se entristeció mucho; pero a causa del juramento, y de los que estaban con él a la mesa, no quiso desecharla. 27 Y en seguida el rey, enviando a uno de la guardia, mandó que fuese traída la cabeza de Juan. 28 El guarda fue, le decapitó en la cárcel, y trajo su cabeza en un plato y la dio a la muchacha, y la muchacha la dio a su madre. 29 Cuando oyeron esto sus discípulos, vinieron y tomaron su cuerpo, y lo pusieron en un sepulcro.

Alimentación de los cinco mil

(Mt. 14.13-21; Lc. 9.10-17; Jn. 6.1-14)

30 Entonces los apóstoles se juntaron con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho, y lo que habían enseñado. 31 Él les dijo: Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco. Porque eran muchos los que iban y venían, de manera que ni aun tenían tiempo para comer. 32 Y se fueron solos en una barca a un lugar desierto. 33 Pero muchos los vieron ir, y le reconocieron; y muchos fueron allá a pie desde las ciudades, y llegaron antes que ellos, y se juntaron a él. 34 Y salió Jesús y vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor;(AB) y comenzó a enseñarles muchas cosas. 35 Cuando ya era muy avanzada la hora, sus discípulos se acercaron a él, diciendo: El lugar es desierto, y la hora ya muy avanzada. 36 Despídelos para que vayan a los campos y aldeas de alrededor, y compren pan, pues no tienen qué comer. 37 Respondiendo él, les dijo: Dadles vosotros de comer. Ellos le dijeron: ¿Que vayamos y compremos pan por doscientos denarios, y les demos de comer? 38 Él les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Id y vedlo. Y al saberlo, dijeron: Cinco, y dos peces. 39 Y les mandó que hiciesen recostar a todos por grupos sobre la hierba verde. 40 Y se recostaron por grupos, de ciento en ciento, y de cincuenta en cincuenta. 41 Entonces tomó los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió los panes, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante; y repartió los dos peces entre todos. 42 Y comieron todos, y se saciaron. 43 Y recogieron de los pedazos doce cestas llenas, y de lo que sobró de los peces. 44 Y los que comieron eran cinco mil hombres.

Jesús anda sobre el mar

(Mt. 14.22-27; Jn. 6.15-21)

45 En seguida hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a Betsaida, en la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. 46 Y después que los hubo despedido, se fue al monte a orar; 47 y al venir la noche, la barca estaba en medio del mar, y él solo en tierra. 48 Y viéndoles remar con gran fatiga, porque el viento les era contrario, cerca de la cuarta vigilia de la noche vino a ellos andando sobre el mar, y quería adelantárseles. 49 Viéndole ellos andar sobre el mar, pensaron que era un fantasma, y gritaron; 50 porque todos le veían, y se turbaron. Pero en seguida habló con ellos, y les dijo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis! 51 Y subió a ellos en la barca, y se calmó el viento; y ellos se asombraron en gran manera, y se maravillaban. 52 Porque aún no habían entendido lo de los panes, por cuanto estaban endurecidos sus corazones.

Jesús sana a los enfermos en Genesaret

(Mt. 14.34-36)

53 Terminada la travesía, vinieron a tierra de Genesaret, y arribaron a la orilla. 54 Y saliendo ellos de la barca, en seguida la gente le conoció. 55 Y recorriendo toda la tierra de alrededor, comenzaron a traer de todas partes enfermos en lechos, a donde oían que estaba. 56 Y dondequiera que entraba, en aldeas, ciudades o campos, ponían en las calles a los que estaban enfermos, y le rogaban que les dejase tocar siquiera el borde de su manto; y todos los que le tocaban quedaban sanos.

Lo que contamina al hombre

(Mt. 15.1-20)

Se juntaron a Jesús los fariseos, y algunos de los escribas, que habían venido de Jerusalén; los cuales, viendo a algunos de los discípulos de Jesús comer pan con manos inmundas, esto es, no lavadas, los condenaban. Porque los fariseos y todos los judíos, aferrándose a la tradición de los ancianos, si muchas veces no se lavan las manos, no comen. Y volviendo de la plaza, si no se lavan, no comen. Y otras muchas cosas hay que tomaron para guardar, como los lavamientos de los vasos de beber, y de los jarros, y de los utensilios de metal, y de los lechos. Le preguntaron, pues, los fariseos y los escribas: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos inmundas? Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito:

Este pueblo de labios me honra,

Mas su corazón está lejos de mí.

Pues en vano me honran,

Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres.(AC)

Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes.

Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición. 10 Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre;(AD) y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente.(AE) 11 Pero vosotros decís: Basta que diga un hombre al padre o a la madre: Es Corbán (que quiere decir, mi ofrenda a Dios) todo aquello con que pudiera ayudarte, 12 y no le dejáis hacer más por su padre o por su madre, 13 invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición que habéis transmitido. Y muchas cosas hacéis semejantes a estas.

14 Y llamando a sí a toda la multitud, les dijo: Oídme todos, y entended: 15 Nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso es lo que contamina al hombre. 16 Si alguno tiene oídos para oír, oiga. 17 Cuando se alejó de la multitud y entró en casa, le preguntaron sus discípulos sobre la parábola. 18 Él les dijo: ¿También vosotros estáis así sin entendimiento? ¿No entendéis que todo lo de fuera que entra en el hombre, no le puede contaminar, 19 porque no entra en su corazón, sino en el vientre, y sale a la letrina? Esto decía, haciendo limpios todos los alimentos. 20 Pero decía, que lo que del hombre sale, eso contamina al hombre. 21 Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, 22 los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. 23 Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre.

La fe de la mujer sirofenicia

(Mt. 15.21-28)

24 Levantándose de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón; y entrando en una casa, no quiso que nadie lo supiese; pero no pudo esconderse. 25 Porque una mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo, luego que oyó de él, vino y se postró a sus pies. 26 La mujer era griega, y sirofenicia de nación; y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio. 27 Pero Jesús le dijo: Deja primero que se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos. 28 Respondió ella y le dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos, debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos. 29 Entonces le dijo: Por esta palabra, ve; el demonio ha salido de tu hija. 30 Y cuando llegó ella a su casa, halló que el demonio había salido, y a la hija acostada en la cama.

Jesús sana a un sordomudo

31 Volviendo a salir de la región de Tiro, vino por Sidón al mar de Galilea, pasando por la región de Decápolis. 32 Y le trajeron un sordo y tartamudo, y le rogaron que le pusiera la mano encima. 33 Y tomándole aparte de la gente, metió los dedos en las orejas de él, y escupiendo, tocó su lengua; 34 y levantando los ojos al cielo, gimió, y le dijo: Efata, es decir: Sé abierto. 35 Al momento fueron abiertos sus oídos, y se desató la ligadura de su lengua, y hablaba bien. 36 Y les mandó que no lo dijesen a nadie; pero cuanto más les mandaba, tanto más y más lo divulgaban. 37 Y en gran manera se maravillaban, diciendo: bien lo ha hecho todo; hace a los sordos oír, y a los mudos hablar.

Alimentación de los cuatro mil

(Mt. 15.32-39)

En aquellos días, como había una gran multitud, y no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discípulos, y les dijo: Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer; y si los enviare en ayunas a sus casas, se desmayarán en el camino, pues algunos de ellos han venido de lejos. Sus discípulos le respondieron: ¿De dónde podrá alguien saciar de pan a estos aquí en el desierto? Él les preguntó: ¿Cuántos panes tenéis? Ellos dijeron: Siete. Entonces mandó a la multitud que se recostase en tierra; y tomando los siete panes, habiendo dado gracias, los partió, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante; y los pusieron delante de la multitud. Tenían también unos pocos pececillos; y los bendijo, y mandó que también los pusiesen delante. Y comieron, y se saciaron; y recogieron de los pedazos que habían sobrado, siete canastas. Eran los que comieron, como cuatro mil; y los despidió. 10 Y luego entrando en la barca con sus discípulos, vino a la región de Dalmanuta.

La demanda de una señal

(Mt. 16.1-4; Lc. 12.54-56)

11 Vinieron entonces los fariseos y comenzaron a discutir con él, pidiéndole señal del cielo,(AF) para tentarle. 12 Y gimiendo en su espíritu, dijo: ¿Por qué pide señal esta generación?(AG) De cierto os digo que no se dará señal a esta generación. 13 Y dejándolos, volvió a entrar en la barca, y se fue a la otra ribera.

La levadura de los fariseos

(Mt. 16.5-12)

14 Habían olvidado de traer pan, y no tenían sino un pan consigo en la barca. 15 Y él les mandó, diciendo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos,(AH) y de la levadura de Herodes. 16 Y discutían entre sí, diciendo: Es porque no trajimos pan. 17 Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Qué discutís, porque no tenéis pan? ¿No entendéis ni comprendéis? ¿Aún tenéis endurecido vuestro corazón? 18 ¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís?(AI) ¿Y no recordáis? 19 Cuando partí los cinco panes entre cinco mil, ¿cuántas cestas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Doce. 20 Y cuando los siete panes entre cuatro mil, ¿cuántas canastas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Siete. 21 Y les dijo: ¿Cómo aún no entendéis?

Un ciego sanado en Betsaida

22 Vino luego a Betsaida; y le trajeron un ciego, y le rogaron que le tocase. 23 Entonces, tomando la mano del ciego, le sacó fuera de la aldea; y escupiendo en sus ojos, le puso las manos encima, y le preguntó si veía algo. 24 Él, mirando, dijo: Veo los hombres como árboles, pero los veo que andan. 25 Luego le puso otra vez las manos sobre los ojos, y le hizo que mirase; y fue restablecido, y vio de lejos y claramente a todos. 26 Y lo envió a su casa, diciendo: No entres en la aldea, ni lo digas a nadie en la aldea.

La confesión de Pedro

(Mt. 16.13-20; Lc. 9.18-21)

27 Salieron Jesús y sus discípulos por las aldeas de Cesarea de Filipo. Y en el camino preguntó a sus discípulos, diciéndoles: ¿Quién dicen los hombres que soy yo? 28 Ellos respondieron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los profetas.(AJ) 29 Entonces él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy? Respondiendo Pedro, le dijo: Tú eres el Cristo.(AK) 30 Pero él les mandó que no dijesen esto de él a ninguno.

Jesús anuncia su muerte

(Mt. 16.21-28; Lc. 9.22-27)

31 Y comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días. 32 Esto les decía claramente. Entonces Pedro le tomó aparte y comenzó a reconvenirle. 33 Pero él, volviéndose y mirando a los discípulos, reprendió a Pedro, diciendo: ¡Quítate de delante de mí, Satanás! porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.

34 Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.(AL) 35 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará.(AM) 36 Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? 37 ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?

38 Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.

También les dijo: De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte hasta que hayan visto el reino de Dios venido con poder.

La transfiguración

(Mt. 17.1-13; Lc. 9.28-36)

Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan, y los llevó aparte solos a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos.(AN) Y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, como la nieve, tanto que ningún lavador en la tierra los puede hacer tan blancos. Y les apareció Elías con Moisés, que hablaban con Jesús. Entonces Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí; y hagamos tres enramadas, una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías. Porque no sabía lo que hablaba, pues estaban espantados. Entonces vino una nube que les hizo sombra, y desde la nube una voz que decía: Este es mi Hijo amado;(AO) a él oíd. Y luego, cuando miraron, no vieron más a nadie consigo, sino a Jesús solo.

Y descendiendo ellos del monte, les mandó que a nadie dijesen lo que habían visto, sino cuando el Hijo del Hombre hubiese resucitado de los muertos. 10 Y guardaron la palabra entre sí, discutiendo qué sería aquello de resucitar de los muertos. 11 Y le preguntaron, diciendo: ¿Por qué dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?(AP) 12 Respondiendo él, les dijo: Elías a la verdad vendrá primero, y restaurará todas las cosas; ¿y cómo está escrito del Hijo del Hombre, que padezca mucho y sea tenido en nada? 13 Pero os digo que Elías ya vino, y le hicieron todo lo que quisieron, como está escrito de él.

Jesús sana a un muchacho endemoniado

(Mt. 17.14-21; Lc. 9.37-43)

14 Cuando llegó a donde estaban los discípulos, vio una gran multitud alrededor de ellos, y escribas que disputaban con ellos. 15 Y en seguida toda la gente, viéndole, se asombró, y corriendo a él, le saludaron. 16 Él les preguntó: ¿Qué disputáis con ellos? 17 Y respondiendo uno de la multitud, dijo: Maestro, traje a ti a mi hijo, que tiene un espíritu mudo, 18 el cual, dondequiera que le toma, le sacude; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y dije a tus discípulos que lo echasen fuera, y no pudieron. 19 Y respondiendo él, les dijo: ¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo. 20 Y se lo trajeron; y cuando el espíritu vio a Jesús, sacudió con violencia al muchacho, quien cayendo en tierra se revolcaba, echando espumarajos. 21 Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño. 22 Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos. 23 Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. 24 E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad. 25 Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él. 26 Entonces el espíritu, clamando y sacudiéndole con violencia, salió; y él quedó como muerto, de modo que muchos decían: Está muerto. 27 Pero Jesús, tomándole de la mano, le enderezó; y se levantó. 28 Cuando él entró en casa, sus discípulos le preguntaron aparte: ¿Por qué nosotros no pudimos echarle fuera? 29 Y les dijo: Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno.

Jesús anuncia otra vez su muerte

(Mt. 17.22-23; Lc. 9.43-45)

30 Habiendo salido de allí, caminaron por Galilea; y no quería que nadie lo supiese. 31 Porque enseñaba a sus discípulos, y les decía: El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres, y le matarán; pero después de muerto, resucitará al tercer día. 32 Pero ellos no entendían esta palabra, y tenían miedo de preguntarle.

¿Quién es el mayor?

(Mt. 18.1-5; Lc. 9.46-48)

33 Y llegó a Capernaum; y cuando estuvo en casa, les preguntó: ¿Qué disputabais entre vosotros en el camino? 34 Mas ellos callaron; porque en el camino habían disputado entre sí, quién había de ser el mayor.(AQ) 35 Entonces él se sentó y llamó a los doce, y les dijo: Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos.(AR) 36 Y tomó a un niño, y lo puso en medio de ellos; y tomándole en sus brazos, les dijo: 37 El que reciba en mi nombre a un niño como este, me recibe a mí; y el que a mí me recibe, no me recibe a mí sino al que me envió.(AS)

El que no es contra nosotros, por nosotros es

(Lc. 9.49-50)

38 Juan le respondió diciendo: Maestro, hemos visto a uno que en tu nombre echaba fuera demonios, pero él no nos sigue; y se lo prohibimos, porque no nos seguía. 39 Pero Jesús dijo: No se lo prohibáis; porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que luego pueda decir mal de mí. 40 Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es.(AT) 41 Y cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que no perderá su recompensa.(AU)

Ocasiones de caer

(Mt. 18.6-9; Lc. 17.1-2)

42 Cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si se le atase una piedra de molino al cuello, y se le arrojase en el mar. 43 Si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado,(AV) 44 donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga. 45 Y si tu pie te fuere ocasión de caer, córtalo; mejor te es entrar a la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en el infierno, al fuego que no puede ser apagado, 46 donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga. 47 Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo; mejor te es entrar en el reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno,(AW) 48 donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.(AX) 49 Porque todos serán salados con fuego, y todo sacrificio será salado con sal. 50 Buena es la sal; mas si la sal se hace insípida, ¿con qué la sazonaréis?(AY) Tened sal en vosotros mismos; y tened paz los unos con los otros.

Jesús enseña sobre el divorcio

(Mt. 19.1-12; Lc. 16.18)

10 Levantándose de allí, vino a la región de Judea y al otro lado del Jordán; y volvió el pueblo a juntarse a él, y de nuevo les enseñaba como solía.

Y se acercaron los fariseos y le preguntaron, para tentarle, si era lícito al marido repudiar a su mujer. Él, respondiendo, les dijo: ¿Qué os mandó Moisés? Ellos dijeron: Moisés permitió dar carta de divorcio, y repudiarla.(AZ) Y respondiendo Jesús, les dijo: Por la dureza de vuestro corazón os escribió este mandamiento; pero al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios.(BA) Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno.(BB) Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.

10 En casa volvieron los discípulos a preguntarle de lo mismo, 11 y les dijo: Cualquiera que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra ella; 12 y si la mujer repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio.(BC)

Jesús bendice a los niños

(Mt. 19.13-15; Lc. 18.15-17)

13 Y le presentaban niños para que los tocase; y los discípulos reprendían a los que los presentaban. 14 Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. 15 De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.(BD) 16 Y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía.

El joven rico

(Mt. 19.16-30; Lc. 18.18-30)

17 Al salir él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? 18 Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino solo uno, Dios. 19 Los mandamientos sabes: No adulteres.(BE) No mates.(BF) No hurtes.(BG) No digas falso testimonio.(BH) No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre.(BI) 20 Él entonces, respondiendo, le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud. 21 Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz. 22 Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.

23 Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! 24 Los discípulos se asombraron de sus palabras; pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles: Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas! 25 Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. 26 Ellos se asombraban aún más, diciendo entre sí: ¿Quién, pues, podrá ser salvo? 27 Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios. 28 Entonces Pedro comenzó a decirle: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido. 29 Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, 30 que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna. 31 Pero muchos primeros serán postreros, y los postreros, primeros.(BJ)

Nuevamente Jesús anuncia su muerte

(Mt. 20.17-19; Lc. 18.31-34)

32 Iban por el camino subiendo a Jerusalén; y Jesús iba delante, y ellos se asombraron, y le seguían con miedo. Entonces volviendo a tomar a los doce aparte, les comenzó a decir las cosas que le habían de acontecer: 33 He aquí subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, y le condenarán a muerte, y le entregarán a los gentiles; 34 y le escarnecerán, le azotarán, y escupirán en él, y le matarán; mas al tercer día resucitará.

Petición de Santiago y de Juan

(Mt. 20.20-28)

35 Entonces Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, se le acercaron, diciendo: Maestro, querríamos que nos hagas lo que pidiéremos. 36 Él les dijo: ¿Qué queréis que os haga? 37 Ellos le dijeron: Concédenos que en tu gloria nos sentemos el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda. 38 Entonces Jesús les dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado?(BK) 39 Ellos dijeron: Podemos. Jesús les dijo: A la verdad, del vaso que yo bebo, beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados; 40 pero el sentaros a mi derecha y a mi izquierda, no es mío darlo, sino a aquellos para quienes está preparado. 41 Cuando lo oyeron los diez, comenzaron a enojarse contra Jacobo y contra Juan. 42 Mas Jesús, llamándolos, les dijo: Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad. 43 Pero no será así entre vosotros,(BL) sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, 44 y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos.(BM) 45 Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.

El ciego Bartimeo recibe la vista

(Mt. 20.29-34; Lc. 18.35-43)

46 Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando. 47 Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! 48 Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! 49 Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama. 50 Él entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús. 51 Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista. 52 Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.

La entrada triunfal en Jerusalén

(Mt. 21.1-11; Lc. 19.28-40; Jn. 12.12-19)

11 Cuando se acercaban a Jerusalén, junto a Betfagé y a Betania, frente al monte de los Olivos, Jesús envió dos de sus discípulos, y les dijo: Id a la aldea que está enfrente de vosotros, y luego que entréis en ella, hallaréis un pollino atado, en el cual ningún hombre ha montado; desatadlo y traedlo. Y si alguien os dijere: ¿Por qué hacéis eso? decid que el Señor lo necesita, y que luego lo devolverá. Fueron, y hallaron el pollino atado afuera a la puerta, en el recodo del camino, y lo desataron. Y unos de los que estaban allí les dijeron: ¿Qué hacéis desatando el pollino? Ellos entonces les dijeron como Jesús había mandado; y los dejaron. Y trajeron el pollino a Jesús, y echaron sobre él sus mantos, y se sentó sobre él. También muchos tendían sus mantos por el camino, y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían por el camino. Y los que iban delante y los que venían detrás daban voces, diciendo: ¡Hosanna!(BN) ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!(BO) 10 ¡Bendito el reino de nuestro padre David que viene! ¡Hosanna en las alturas!

11 Y entró Jesús en Jerusalén, y en el templo; y habiendo mirado alrededor todas las cosas, como ya anochecía, se fue a Betania con los doce.

Maldición de la higuera estéril

(Mt. 21.18-19)

12 Al día siguiente, cuando salieron de Betania, tuvo hambre. 13 Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver si tal vez hallaba en ella algo; pero cuando llegó a ella, nada halló sino hojas, pues no era tiempo de higos. 14 Entonces Jesús dijo a la higuera: Nunca jamás coma nadie fruto de ti. Y lo oyeron sus discípulos.

Purificación del templo

(Mt. 21.12-17; Lc. 19.45-48; Jn. 2.13-22)

15 Vinieron, pues, a Jerusalén; y entrando Jesús en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo; y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas; 16 y no consentía que nadie atravesase el templo llevando utensilio alguno. 17 Y les enseñaba, diciendo: ¿No está escrito: Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones(BP)? Mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.(BQ) 18 Y lo oyeron los escribas y los principales sacerdotes, y buscaban cómo matarle; porque le tenían miedo, por cuanto todo el pueblo estaba admirado de su doctrina. 19 Pero al llegar la noche, Jesús salió de la ciudad.

La higuera maldecida se seca

(Mt. 21.19-22)

20 Y pasando por la mañana, vieron que la higuera se había secado desde las raíces. 21 Entonces Pedro, acordándose, le dijo: Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado. 22 Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. 23 Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.(BR) 24 Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá. 25 Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. 26 Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas.(BS)

La autoridad de Jesús

(Mt. 21.23-27; Lc. 20.1-8)

27 Volvieron entonces a Jerusalén; y andando él por el templo, vinieron a él los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos, 28 y le dijeron: ¿Con qué autoridad haces estas cosas, y quién te dio autoridad para hacer estas cosas? 29 Jesús, respondiendo, les dijo: Os haré yo también una pregunta; respondedme, y os diré con qué autoridad hago estas cosas. 30 El bautismo de Juan, ¿era del cielo, o de los hombres? Respondedme. 31 Entonces ellos discutían entre sí, diciendo: Si decimos, del cielo, dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis? 32 ¿Y si decimos, de los hombres…? Pero temían al pueblo, pues todos tenían a Juan como un verdadero profeta. 33 Así que, respondiendo, dijeron a Jesús: No sabemos. Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Tampoco yo os digo con qué autoridad hago estas cosas.

Los labradores malvados

(Mt. 21.33-46; Lc. 20.9-19)

12 Entonces comenzó Jesús a decirles por parábolas: Un hombre plantó una viña,(BT) la cercó de vallado, cavó un lagar, edificó una torre, y la arrendó a unos labradores, y se fue lejos. Y a su tiempo envió un siervo a los labradores, para que recibiese de estos del fruto de la viña. Mas ellos, tomándole, le golpearon, y le enviaron con las manos vacías. Volvió a enviarles otro siervo; pero apedreándole, le hirieron en la cabeza, y también le enviaron afrentado. Volvió a enviar otro, y a este mataron; y a otros muchos, golpeando a unos y matando a otros. Por último, teniendo aún un hijo suyo, amado, lo envió también a ellos, diciendo: Tendrán respeto a mi hijo. Mas aquellos labradores dijeron entre sí: Este es el heredero; venid, matémosle, y la heredad será nuestra. Y tomándole, le mataron, y le echaron fuera de la viña. ¿Qué, pues, hará el señor de la viña? Vendrá, y destruirá a los labradores, y dará su viña a otros. 10 ¿Ni aun esta escritura habéis leído:

La piedra que desecharon los edificadores

Ha venido a ser cabeza del ángulo;

11 El Señor ha hecho esto,

Y es cosa maravillosa a nuestros ojos(BU)?

12 Y procuraban prenderle, porque entendían que decía contra ellos aquella parábola; pero temían a la multitud, y dejándole, se fueron.

La cuestión del tributo

(Mt. 22.15-22; Lc. 20.20-26)

13 Y le enviaron algunos de los fariseos y de los herodianos, para que le sorprendiesen en alguna palabra. 14 Viniendo ellos, le dijeron: Maestro, sabemos que eres hombre veraz, y que no te cuidas de nadie; porque no miras la apariencia de los hombres, sino que con verdad enseñas el camino de Dios. ¿Es lícito dar tributo a César, o no? ¿Daremos, o no daremos? 15 Mas él, percibiendo la hipocresía de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis? Traedme la moneda para que la vea. 16 Ellos se la trajeron; y les dijo: ¿De quién es esta imagen y la inscripción? Ellos le dijeron: De César. 17 Respondiendo Jesús, les dijo: Dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. Y se maravillaron de él.

La pregunta sobre la resurrección

(Mt. 22.23-33; Lc. 20.27-40)

18 Entonces vinieron a él los saduceos, que dicen que no hay resurrección,(BV) y le preguntaron, diciendo: 19 Maestro, Moisés nos escribió(BW) que si el hermano de alguno muriere y dejare esposa, pero no dejare hijos, que su hermano se case con ella, y levante descendencia a su hermano. 20 Hubo siete hermanos; el primero tomó esposa, y murió sin dejar descendencia. 21 Y el segundo se casó con ella, y murió, y tampoco dejó descendencia; y el tercero, de la misma manera. 22 Y así los siete, y no dejaron descendencia; y después de todos murió también la mujer. 23 En la resurrección, pues, cuando resuciten, ¿de cuál de ellos será ella mujer, ya que los siete la tuvieron por mujer?

24 Entonces respondiendo Jesús, les dijo: ¿No erráis por esto, porque ignoráis las Escrituras, y el poder de Dios? 25 Porque cuando resuciten de los muertos, ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles que están en los cielos. 26 Pero respecto a que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés cómo le habló Dios en la zarza, diciendo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob?(BX) 27 Dios no es Dios de muertos, sino Dios de vivos; así que vosotros mucho erráis.

El gran mandamiento

(Mt. 22.34-40)

28 Acercándose uno de los escribas, que los había oído disputar, y sabía que les había respondido bien, le preguntó:(BY) ¿Cuál es el primer mandamiento de todos? 29 Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. 30 Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas.(BZ) Este es el principal mandamiento. 31 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.(CA) No hay otro mandamiento mayor que estos. 32 Entonces el escriba le dijo: Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es Dios, y no hay otro fuera de él;(CB) 33 y el amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda el alma, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y sacrificios.(CC) 34 Jesús entonces, viendo que había respondido sabiamente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios. Y ya ninguno osaba preguntarle.

¿De quién es hijo el Cristo?

(Mt. 22.41-46; Lc. 20.41-44)

35 Enseñando Jesús en el templo, decía: ¿Cómo dicen los escribas que el Cristo es hijo de David? 36 Porque el mismo David dijo por el Espíritu Santo:

Dijo el Señor a mi Señor:

Siéntate a mi diestra,

Hasta que ponga tus enemigos por estrado de tus pies.(CD)

37 David mismo le llama Señor; ¿cómo, pues, es su hijo? Y gran multitud del pueblo le oía de buena gana.

Jesús acusa a los escribas

(Mt. 23.1-36; Lc. 11.37-54; 20.45-47)

38 Y les decía en su doctrina: Guardaos de los escribas, que gustan de andar con largas ropas, y aman las salutaciones en las plazas, 39 y las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas; 40 que devoran las casas de las viudas, y por pretexto hacen largas oraciones. Estos recibirán mayor condenación.

La ofrenda de la viuda

(Lc. 21.1-4)

41 Estando Jesús sentado delante del arca de la ofrenda, miraba cómo el pueblo echaba dinero en el arca; y muchos ricos echaban mucho. 42 Y vino una viuda pobre, y echó dos blancas, o sea un cuadrante.

Footnotes

  1. Marcos 1:21 Aquí equivale a sábado.
  2. Marcos 2:23 Aquí equivale a sábado.
  3. Marcos 2:24 Aquí equivale a sábado.
  4. Marcos 2:27 Aquí equivale a sábado.
  5. Marcos 2:27 Aquí equivale a sábado.
  6. Marcos 2:28 Aquí equivale a sábado.
  7. Marcos 3:2 Aquí equivale a sábado.
  8. Marcos 3:4 Aquí equivale a sábado.
  9. Marcos 6:2 Aquí equivale a sábado.