Jesús visita a Marta y a María

³⁸ Mientras iban ellos de camino, Jesús entró en cierta aldea; y una mujer llamada Marta^(A) lo recibió en su casa.

⁴⁰ Pero Marta^(A) se preocupaba con todos los preparativos^[a]. Y acercándose a Él, le dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude».

Muerte de Lázaro

11 Estaba enfermo cierto hombre llamado Lázaro, de Betania^(A), la aldea de María y de su hermana Marta^(B).

⁵ Y Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro^(A).

¹⁹ y muchos de los judíos^(A) habían venido a la casa de Marta y María^(B), para consolarlas^(C) por la muerte de su hermano. ²⁰ Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, lo fue a recibir, pero María^(D) se quedó sentada en casa.

²¹ Y^[a] Marta dijo a Jesús: «Señor^(E), si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto^(F). ²² Aun ahora, yo sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá^(G)». ²³ «Tu hermano resucitará», le dijo* Jesús.

²⁴ Marta le contestó*: «Yo sé que resucitará en la resurrección^(H), en el día final». ²⁵ Jesús le contestó: «Yo soy la resurrección y la vida^(I); el que cree en Mí, aunque muera, vivirá, ²⁶ y todo el que vive y cree en Mí, no morirá jamás^(J). ¿Crees esto?». ²⁷ Ella le dijo*: «Sí, Señor; yo he creído que Tú eres el Cristo^[b], el Hijo de Dios^(K), o sea, el que viene^[c] al mundo^(L)».

²⁸ Habiendo dicho esto, Marta se fue^(M) y llamó a su hermana María, diciéndole en secreto: «El Maestro^(N) está aquí, y te llama». ²⁹ Tan pronto como ella lo oyó, se levantó* rápidamente y fue hacia Él.

³⁰ Porque Jesús aún no había entrado en la aldea, sino que todavía estaba en el lugar donde Marta lo había encontrado^(O). ³¹ Entonces los judíos que estaban con ella en la casa consolándola^(P), cuando vieron que María se levantó de prisa y salió, la siguieron^(Q), suponiendo que iba al sepulcro a llorar allí.

³² Al llegar María adonde estaba Jesús, cuando lo vio, se arrojó a Sus pies, diciendo: «Señor^(R), si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto^(S)». ³³ Y^[d] cuando Jesús la vio llorando, y a los judíos^(T) que vinieron con ella llorando también, se conmovió profundamente^(U) en el espíritu, y se entristeció^[e](V). ³⁴ «¿Dónde lo pusieron?», preguntó Jesús. «Señor, ven y ve», le dijeron*.

³⁵ Jesús lloró^(W). ³⁶ Por eso los judíos^(X) decían: «Miren, cómo lo amaba^(Y)». ³⁷ Pero algunos de ellos dijeron: «¿No podía Este, que abrió los ojos del ciego^(Z), haber evitado también que Lázaro muriera^[f]?».

Resurrección de Lázaro

³⁸ Entonces Jesús, de nuevo profundamente conmovido, fue* al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta sobre ella^(AA). ³⁹ «Quiten la piedra», dijo* Jesús. Marta, hermana del que había muerto, le dijo*: «Señor, ya huele mal, porque hace cuatro días^(AB) que murió». ⁴⁰ Jesús le dijo*: «¿No te dije que si crees, verás la gloria de Dios^(AC)?».

⁴¹ Entonces quitaron la piedra^(AD). Jesús alzó los ojos^(AE), y dijo: «Padre, te doy gracias^(AF) porque me has oído. ⁴² Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud^(AG) que me rodea, para que crean que Tú me has enviado^(AH)». ⁴³ Habiendo dicho esto, gritó con fuerte voz: «¡Lázaro, sal fuera!».

⁴⁴ Y el que había muerto salió, los pies y las manos atados^(AI) con vendas, y el rostro envuelto en un sudario^(AJ). Jesús les dijo*: «Desátenlo, y déjenlo ir».

Complot para matar a Jesús

⁴⁵ Por esto muchos de los judíos que habían venido a ver a María^(AK), y vieron lo que Jesús había hecho, creyeron en Él^(AL). ⁴⁶ Pero algunos de ellos fueron a los fariseos^(AM) y les contaron lo que Jesús había hecho.

⁴⁷ Entonces los principales sacerdotes y los fariseos^(AN) convocaron^(AO) un concilio^(AP), y decían: «¿Qué hacemos? Porque este hombre hace muchas señales^[g](AQ). ⁴⁸ Si lo dejamos seguir así, todos van a creer en Él, y los romanos vendrán y nos quitarán nuestro lugar^[h](AR) y nuestra^[i] nación». ⁴⁹ Pero uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote^(AS) ese año^(AT), les dijo: «Ustedes no saben nada, ⁵⁰ ni tienen en cuenta que les es más conveniente que un hombre muera por el pueblo^(AU), y no que toda la nación perezca».

⁵¹ Ahora bien, no dijo esto de su propia iniciativa^[j], sino que siendo el sumo sacerdote ese año^(AV), profetizó que Jesús iba a morir por la nación; ⁵² y no solo por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que están esparcidos^(AW). ⁵³ Así que, desde ese día planearon entre sí matar a Jesús^(AX).

⁵⁴ Por eso Jesús ya no andaba públicamente entre los judíos^(AY), sino que se fue de allí a la región cerca del desierto, a una ciudad llamada Efraín^(AZ); y se quedó allí con los discípulos. ⁵⁵ Estaba cerca la Pascua de los judíos^(BA), y muchos de la región subieron a Jerusalén antes de la Pascua para purificarse^(BB). ⁵⁶ Entonces buscaban a Jesús, y estando ellos en el templo, se decían unos a otros: «¿Qué les parece? ¿Que vendrá a la fiesta o no^(BC)?». ⁵⁷ Y los principales sacerdotes y los fariseos^(BD) habían dado órdenes de que si alguien sabía dónde estaba Jesús, diera aviso para que lo prendieran.