Add parallel Print Page Options

El enojo de Dios queda satisfecho

¡Cómo perdió su brillo el oro!
    Hasta el oro más preciado se volvió opaco.
¡Las piedras preciosas sagradas
    yacen esparcidas en las calles!

Miren cómo los preciosos hijos de Jerusalén,[a]
    que valen su peso en oro puro,
ahora son tratados como vasijas de barro
    hechas por un alfarero común y corriente.

Read full chapter

Footnotes

  1. 4:2 En hebreo de Sion.

Bible Gateway Recommends