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Oíd, cielos(A), y escucha, tierra(B),
porque el Señor habla:
Hijos(C) crié y los hice crecer,
mas ellos se han rebelado contra mí(D).
El buey conoce a su dueño
y el asno el pesebre de su amo;
pero Israel no conoce(E),
mi pueblo no tiene entendimiento(F).

¡Ay, nación pecadora,
pueblo cargado de iniquidad,
generación[a] de malvados(G),
hijos corrompidos(H)!
Han abandonado al Señor(I),
han despreciado al Santo de Israel(J),
se han apartado de Él[b].

¿Dónde más seréis castigados?
¿Continuaréis en rebelión(K)?
Toda cabeza está enferma(L),
y todo corazón desfallecido.
De la planta del pie a la cabeza(M)
no hay en él nada sano(N),
sino golpes, verdugones y heridas recientes;
no han sido curadas[c], ni vendadas(O),
ni suavizadas con aceite.

Vuestra tierra está desolada(P),
vuestras ciudades quemadas por el fuego,
vuestro suelo lo devoran los extraños delante de vosotros,
y es una desolación, como destruida por extraños.
Y la hija de Sión ha quedado como cobertizo en una viña,
como choza en un pepinar, como ciudad sitiada.
Si el Señor de los ejércitos(Q)
no nos hubiera dejado algunos sobrevivientes(R),
seríamos como Sodoma,
y semejantes a Gomorra(S).

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Footnotes

  1. Isaías 1:4 Lit., simiente
  2. Isaías 1:4 Lit., hacia atrás
  3. Isaías 1:6 Lit., exprimidas

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