⁷ Por consiguiente, sabed que los que son de fe^(A), estos son hijos de Abraham^(B). ⁸ Y la Escritura, previendo que Dios justificaría^[a] a los gentiles^[b] por la fe, anunció de antemano las buenas nuevas a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones^(C). ⁹ Así que, los que son de fe son bendecidos con Abraham^(D), el creyente.

¹⁴ a fin de que en Cristo Jesús la bendición de Abraham viniera a los gentiles^(A), para que recibiéramos^(B) la promesa del Espíritu mediante la fe^(C).

¹⁶ Ahora bien, las promesas fueron hechas a Abraham y a su descendencia^[a](A). No dice: y a las descendencias^[b], como refiriéndose a muchas, sino más bien a una: y a tu descendencia^(B), es decir, Cristo.

²⁸ No hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni^[a] mujer^(A); porque todos sois uno^(B) en Cristo Jesús^(C). ²⁹ Y si sois de Cristo^(D), entonces sois descendencia^[b] de Abraham, herederos según la promesa^(E).

⁶ Pero no es que la palabra de Dios haya fallado^(A). Porque no todos los descendientes de Israel son Israel^(B); ⁷ ni son todos hijos por ser descendientes^[a] de Abraham^(C), sino que por Isaac será llamada tu descendencia^[b](D). ⁸ Esto es, no son los hijos de la carne los que son hijos de Dios^(E), sino que los hijos de la promesa son considerados como descendientes^[c](F).