¹⁶ Sin embargo, sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley^(A), sino mediante la fe en Cristo Jesús, también nosotros hemos creído en Cristo Jesús, para que seamos justificados por la fe^(B) en Cristo, y no por las obras de la ley. Puesto que por las obras de la ley nadie^[a] será justificado^(C).

²⁰ Porque por las obras de la ley^[a] ningún ser humano^[b] será justificado delante de Él^(A); pues por medio de la ley^[c] viene el conocimiento del pecado^(B).

²¹ Pero ahora, aparte de la ley^[d], la justicia de Dios ha sido manifestada^(C), confirmada por la ley y los profetas^(D). ²² Esta justicia de Dios por medio de la fe^(E) en Jesucristo es para todos los que creen^(F). Porque no hay distinción^(G), ²³ por cuanto todos pecaron^[e](H) y no alcanzan la gloria de Dios.

²⁴ Todos son justificados gratuitamente por Su gracia por medio de la redención que es en Cristo Jesús^(I), ²⁵ a quien Dios exhibió públicamente como propiciación^[f](J) por Su sangre^(K) a través de la fe, como demostración de Su justicia, porque en Su tolerancia, Dios^(L) pasó por alto los pecados cometidos anteriormente^[g](M), ²⁶ para demostrar^[h] en este tiempo Su justicia, a fin de que Él sea justo y sea el que justifica al que tiene fe en Jesús^[i].

²⁷ ¿Dónde está, pues, la jactancia^(N)? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿La de las obras^(O)? No, sino por la ley de la fe. ²⁸ Porque^[j] concluimos que el hombre es justificado por la fe aparte de las obras de la ley^[k](P).