Add parallel Print Page Options

¡Júrenme, oh hijas de Jerusalén,
por las ciervas
y por las gacelas del campo,
que no despertarán
ni provocarán el amor
hasta que quiera!
¡La voz de mi amado!
Él viene saltando sobre los montes, brincando sobre las colinas.
Mi amado es como un venado
o un cervatillo.
¡Miren! Está detrás de nuestra cerca mirando por las ventanas,
atisbando por las celosías.

Read full chapter