El buen ministro de Cristo

⁶ Al señalar estas cosas a los hermanos^(A) serás un buen ministro^(B) de Cristo Jesús, nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina^(C) que has seguido^(D).

Las doctrinas falsas y el amor al dinero

³ Si alguno enseña una doctrina diferente^(A) y no se conforma a^[a] las sanas palabras^(B), las de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad^(C),

¹³ Retén^(A) la norma^[a](B) de las sanas palabras^(C) que has oído de mí^(D), en la fe y el amor^(E) en Cristo Jesús^(F).

³ Porque vendrá tiempo^(A) cuando no soportarán la sana doctrina^(B), sino que teniendo comezón de oídos, acumularán para sí maestros conforme a sus propios deseos;

⁹ reteniendo la palabra fiel^(A) que es conforme a la enseñanza, para que sea capaz también de exhortar con sana doctrina^(B) y refutar a los que contradicen.

¹³ Este testimonio es verdadero. Por eso, repréndelos^(A) severamente^(B) para que sean sanos en la fe^(C),

La enseñanza de buena doctrina

2 Pero en cuanto a ti, enseña^[a] lo que está de acuerdo con la sana doctrina^(A):

² Los ancianos^(A) deben ser sobrios^(B), dignos, prudentes^(C), sanos^(D) en la fe^(E), en el amor, en la perseverancia.