Add parallel Print Page Options

Pues no los ha llamado Dios a vivir en la impureza, sino como consagrados a él. Por eso, quien rechaza esto, no rechaza una norma humana, sino a Dios que es quien les da su santo Espíritu.

En cuanto al amor fraterno, no hace falta que les diga nada por escrito, ya que el mismo Dios les ha enseñado a amarse los unos a los otros.

Read full chapter

Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación. Así que, el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a Dios, que también nos dio su Espíritu Santo.

Pero acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis unos a otros;

Read full chapter

Dios no nos llamó a la impureza, sino a la santidad; por tanto, el que rechaza estas instrucciones no rechaza a un hombre, sino a Dios, quien da a ustedes su Espíritu Santo.

En cuanto al amor fraternal, no necesitan que escribamos, porque Dios mismo les ha enseñado a amarse unos a otros.

Read full chapter