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63 El rey hizo que se sentara a su lado, y ordenó a sus oficiales que lo llevaran al centro de la ciudad y proclamaran que nadie podía acusarlo de ninguna cosa, ni causarle molestia por ningún motivo. 64 Cuando sus acusadores lo vieron con tantos honores, como se había proclamado, y vestido de púrpura, todos huyeron. 65 El rey, pues, lo cubrió de honores, lo inscribió en el grupo de primeros amigos del rey, y lo nombró jefe militar y gobernador de la provincia.

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