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Prólogo (1,1-3)

Esta es la revelación que Dios confió a Jesucristo en relación con los inminentes sucesos que era preciso poner en conocimiento de sus servidores. El ángel enviado por el Señor se la comunicó por medio de signos a Juan, su servidor. Y Juan es testigo de que todo lo que ha visto es palabra de Dios y testimonio de Jesucristo. ¡Dichoso quien lee y dichosos los que prestan atención a este mensaje profético y cumplen lo que en él está escrito! Porque la hora final está al caer.

I.— SIETE CARTAS PARA SIETE IGLESIAS (1,4—3,22)

Presentación y saludo

Juan a las siete iglesias de la provincia de Asia. Gracia y paz de parte del que es, del que era y del que está a punto de llegar; de parte de los siete espíritus que rodean su trono, y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los resucitados y el dominador de todos los reyes de la tierra.

Al que nos ama y nos ha liberado con su muerte de nuestros pecados, al que ha hecho de nosotros un reino y nos ha constituido sacerdotes para su Dios y Padre, a él la gloria y el poder por siempre. Amén.

¡Mirad cómo viene entre las nubes!
Todos lo verán,
incluso quienes lo traspasaron,
y todas las naciones de la tierra
prorrumpirán en llanto por su causa.
Sí. Amén.

“Yo soy el Alfa y la Omega —dice el Señor Dios— el que es, el que era y el que está a punto de llegar, el dueño de todo”.

Visión de Cristo glorioso

Yo soy Juan, vuestro hermano; unido a Jesús, participo con vosotros en el sufrimiento y en la espera paciente del Reino. Me hallaba desterrado en la isla de Patmos por haber proclamado la palabra de Dios y por haber dado testimonio de Jesús, 10 cuando el día del Señor caí en éxtasis y oí a mi espalda una voz poderosa, como de trompeta, 11 que ordenaba:

— Escribe en un libro todo lo que veas y envíalo a estas siete iglesias: a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia y Laodicea.

12 Volví la cabeza para ver quién me hablaba; al volverme vi siete candeleros de oro, 13 y en medio de ellos vi una especie de figura humana, vestida con larga túnica y una banda de oro ciñéndole el pecho. 14 Los cabellos de su cabeza eran blancos como la lana blanca y como nieve; su mirada, como llama de fuego; 15 sus pies, semejantes al bronce que se está fundiendo en el horno; y su voz, como fragor de aguas caudalosas. 16 En su mano derecha tenía siete estrellas y de su boca salía una cortante espada de dos filos y su rostro era como el sol cuando brilla con todo su resplandor.

17 Apenas lo vi, caí fulminado a sus pies; pero él me tocó con su mano derecha y me dijo:

— No temas; yo soy el primero y el último. 18 Yo soy el que vive. Estuve muerto, pero ahora vivo para siempre y tengo en mi poder las llaves de la muerte y del abismo. 19 Escribe, pues, lo que has visto, lo que está sucediendo y lo que sucederá después. 20 En cuanto al misterio de las siete estrellas que has visto en mi mano derecha y de los siete candeleros de oro, las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias y los siete candeleros son las siete iglesias.

Prólogo

Esta es la revelación de Jesucristo, que Dios le dio para mostrar a sus siervos lo que sin demora tiene que suceder. Jesucristo envió a su ángel para dar a conocer la revelación a su siervo Juan, quien por su parte da fe de la verdad, escribiendo todo lo que vio: la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo. Dichoso el que lee y dichosos los que escuchan las palabras de este mensaje profético y hacen caso de lo que aquí está escrito, porque el tiempo de su cumplimiento está cerca.

Saludos y doxología

Yo, Juan,

escribo a las siete iglesias que están en la provincia de Asia:

Gracia y paz a ustedes de parte de aquel que es y que era y que ha de venir, y de parte de los siete espíritus[a] que están delante de su trono; también de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de la resurrección, el soberano de los reyes de la tierra.

Al que nos ama y que por su sangre nos ha librado de nuestros pecados, al que ha hecho de nosotros un reino, sacerdotes al servicio de Dios su Padre, ¡a él sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos! Amén.

¡Miren que viene en las nubes!
    Y todos lo verán con sus propios ojos,
incluso quienes lo traspasaron;
    y por él harán lamentación todos los pueblos de la tierra.
¡Así será! Amén.

«Yo soy el Alfa y la Omega —dice el Señor Dios—, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso».

Alguien semejante al Hijo del hombre

Yo, Juan, hermano de ustedes y compañero en el sufrimiento, en el reino y en la perseverancia que tenemos en Jesús, estaba en la isla de Patmos por causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesús. 10 En el día del Señor vino sobre mí el Espíritu y oí detrás de mí una voz fuerte, como de trompeta, 11 que decía: «Escribe en un libro lo que veas y envíalo a las siete iglesias: a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea».

12 Me volví para ver de quién era la voz que me hablaba y al volverme vi siete candelabros de oro. 13 En medio de los candelabros estaba alguien «con aspecto de un hijo de hombre»,[b] vestido con una túnica que le llegaba hasta los pies y ceñido con una banda de oro a la altura del pecho. 14 Su cabellera lucía como la lana blanca, como la nieve; y sus ojos resplandecían como llama de fuego. 15 Sus pies parecían bronce al rojo vivo en un horno y su voz era tan fuerte como el estruendo de muchas aguas. 16 En su mano derecha tenía siete estrellas y de su boca salía una aguda espada de dos filos. Su rostro era como el sol cuando brilla en todo su esplendor.

17 Al verlo, caí a sus pies como muerto; pero él, poniendo su mano derecha sobre mí, me dijo: «No tengas miedo. Yo soy el Primero y el Último. 18 Yo soy el que vive. Estuve muerto, pero ahora vivo por los siglos de los siglos y tengo las llaves de la muerte y sus dominios.[c]

19 »Escribe, pues, lo que has visto, lo que sucede ahora y lo que sucederá después. 20 Esta es la explicación del misterio de las siete estrellas que viste en mi mano derecha y de los siete candelabros de oro: las siete estrellas son los ángeles[d] de las siete iglesias y los siete candelabros son las siete iglesias.

Footnotes

  1. 1:4 O Espíritu séptuple, frase que simboliza al Espíritu de Dios en sus múltiples manifestaciones.
  2. 1:13 Dn 7:13.
  3. 1:18 sus dominios. Lit. del Hades.
  4. 1:20 ángeles. Alt. mensajeros.

Ennyanjula

(A)Okubikkulirwa kwa Yesu Kristo, Katonda kwe yamuwa okulaga abaddu be ebyo ebiteekwa okubaawo amangu. Kristo yakimanyisa ng’atuma malayika we eri omuweereza we Yokaana (B)eyategeeza ekigambo kya Katonda n’obujulirwa bwa Yesu Kristo ku byonna bye yalaba. (C)Alina omukisa oyo asoma n’abo abawulira ebigamb MAT - Mathayo o by’obunnabbi buno, ne beekuuma ebiwandiikiddwa, kubanga ekiseera kiri kiweddeyo.

Okulamusa n’Okutendereza Mukama

(D)Nze Yokaana mpandiikira Ekkanisa omusanvu eziri mu Asiya.

Mbagaliza ekisa n’emirembe ebiva eri Katonda oyo aliwo, era eyaliwo era alibaawo; n’ebiva eri emyoyo omusanvu egiri mu maaso g’entebe ye ey’obwakabaka,[a] (E)era n’okuva eri Yesu Kristo omujulirwa omwesigwa. Oyo ye yasooka okuzuukira mu bafu, era y’afuga bakabaka ab’omu nsi; oyo yatwagala, era ye yatuggya mu bibi byaffe n’omusaayi gwe, (F)n’atufuula obwakabaka bw’obwakabona bwa Katonda, Kitaawe. Ekitiibwa n’obuyinza bibeerenga eri oyo emirembe n’emirembe. Amiina.

(G)Laba, ajja n’ebire,
    na buli liiso lirimulaba,
n’abaamufumita balimulaba,
    era n’amawanga gonna ku nsi galimukungubagira.
Weewaawo. Amiina!

(H)“Nze Alufa ne Omega,”[b] bw’ayogera Mukama Katonda, “oyo aliwo, eyabaawo era alikomawo, Ayinzabyonna.”

Oyo eyali ng’Omwana w’Omuntu

(I)Nze muganda wammwe Yokaana, abonaabonera awamu nammwe mu bwakabaka ne mu kugumiikiriza ebiri mu Yesu, nnali ku kizinga ekiyitibwa Patumo, olw’ekigambo kya Katonda era n’okujulira ebya Yesu. 10 (J)Nnali mu mwoyo ku lunaku lwa Mukama waffe,[c] ne mpulira eddoboozi ery’omwanguka emabega wange, eryavuga ng’ery’akagombe, 11 (K)nga ligamba nti, “By’olaba, biwandiike mu kitabo, okiweereze eri Ekkanisa omusanvu: Ekkanisa ey’omu Efeso, n’ey’omu Sumuna, n’ey’omu Perugamo, n’ey’omu Suwatira, n’ey’omu Saadi, n’ey’omu Firaderufiya n’ey’omu Lawodikiya.”

12 (L)Ne nkyuka okulaba eyali ayogera nange, ne ndaba ebikondo by’ettaala ebya zaabu musanvu. 13 (M)Era wakati mu byo ne ndabamu omuntu “eyali ng’Omwana w’Omuntu” eyali ayambadde ekyambalo ekiwanvu ekikoma ku bigere, nga yeesibye mu kifuba olukoba olwa zaabu. 14 (N)Omutwe gwe n’enviiri ze byali byeru ng’ebyoya by’endiga ebyeru, era nga bifaanana ng’omuzira, n’amaaso ge nga gali ng’ennimi z’omuliro. 15 (O)Ebigere bye byali ng’ekikomo ekizigule ekyakaayakana mu muliro n’eddoboozi lye nga liyira ng’amazzi amangi. 16 (P)Yali akutte emmunyeenye musanvu mu mukono gwe ogwa ddyo era ng’alina ekitala ekyogi eky’obwogi obubiri[d] mu kamwa ke; n’ekyenyi kye nga kiri ng’enjuba eyakaayakana mu maanyi gaayo.

17 (Q)Bwe namulaba, ne ngwa wansi ku bigere bye ne mba ng’afudde, kyokka ye n’anteekako omukono gwe ogwa ddyo n’aŋŋamba nti, “Totya. Nze Owoolubereberye era Owenkomerero, 18 (R)era omulamu. Nnali nfudde naye kaakano ndi mulamu emirembe gyonna, era nnina ebisumuluzo eby’okufa n’amagombe.

19 “Kale wandiika ebyo by’olabye ebiriwo n’ebyo ebinaatera okubaawo oluvannyuma lw’ebyo ebiriwo. 20 (S)Ka nkubuulire amakulu g’emmunyeenye omusanvu z’olabye mu mukono gwange ogwa ddyo, era n’ebikondo eby’ettaala ebya zaabu omusanvu. Emmunyeenye omusanvu be bamalayika b’Ekkanisa omusanvu, ate ebikondo by’ettaala eza zaabu omusanvu ze Kkanisa omusanvu.”

Footnotes

  1. 1:4 Amakanisa omusanvu gaali geeyawudde kilomita amakumi ataano nga gali mu ngeri ya nnekulungo, okuva ku Efeso okutuuka ku Lawodikiya, ekiri mu buvanjuba bwa Efeso. Ekitabo kyonna ekya kubikkulirwa kyaweerezebwa mu buli kkanisa
  2. 1:8 Alufa ne Omega ze nnukuta ez’Oluyonaani. Alufa y’esooka, Omega n’esembayo. Katonda ye ntandikwa era ye nkomerero
  3. 1:10 Olunaku lwa Mukama waffe: kye kikozesebwa okutegeeza olunaku olusooka olwa wiiki, era lujjukirwa nga lwe lunaku Yesu lwe yazuukirirako mu bafu. Lwe lunaku Abakristaayo kwe baakuŋŋaaniranga ne basolooza ebirabo
  4. 1:16 Ekitala ekyogi eky’obwogi obubiri ekyogerwako wano, kyali kiwanvu nga kifaanana ekitala kya Sirasiya

La revelación de Jesucristo

La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan, que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto. Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.

Salutaciones a las siete iglesias

Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir,(A) y de los siete espíritus que están delante de su trono;(B) y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra.(C) Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre;(D) a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén. He aquí que viene con las nubes,(E) y todo ojo le verá, y los que le traspasaron;(F) y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él.(G) Sí, amén.

Yo soy el Alfa y la Omega,(H) principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir,(I) el Todopoderoso.

Una visión del Hijo del Hombre

Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo. 10 Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta, 11 que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.

12 Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro, 13 y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre,(J) vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro.(K) 14 Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve;(L) sus ojos como llama de fuego; 15 y sus pies semejantes al bronce bruñido,(M) refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas.(N) 16 Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza.

17 Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último;(O) 18 y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades. 19 Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de estas. 20 El misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de los siete candeleros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias.