Un dia a la Vez
Jesús y la limosna
Cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
Mateo 6:6, rv-60
Fíjense bien que lo que Dios nos ha exhortado durante estos últimos devocionales es a que todo lo que hagamos para Él sea en silencio, pues es un Dios de intimidad. Es evidente que le molesta la gente ruidosa y que les dicen a todos lo que diezman, lo que ofrendan y hoy, en este devocional, lo que oran.
Una vez más Jesús dice que si vas a orar, lo hagas solo, que no seas como los hipócritas que oran de pie en las sinagogas y en la calle para que los vean. ¡Cuánto le choca esto a nuestro Dios!
Ahora bien, esto no quiere decir que no podamos orar en grupo o en familia de una manera audible. Tampoco se trata de que no podamos ir a las misiones, pues a lo que Dios se refiere es a la intención de nuestro corazón.
También nos enseña que no seamos repetitivos en la oración como los loros, sino tengamos una conversación natural y sincera de nuestro corazón con Él.
Aprendemos, entonces, que todo lo que hagamos en secreto, Él nos lo recompensara en público. Y aun si no se nos reconociera, es bueno hacerlo en silencio.
Un Día a la Vez Copyright © by Claudia Pinzón