Cuando llegaron a Ecbatana, dijo Tobías: —Amigo Azarías, llévame inmediatamente a casa de Ragüel, nuestro pariente. Entonces el ángel lo llevó a casa de Ragüel. Lo encontraron sentado junto a la puerta de entrada de su casa, y se adelantaron a saludarlo. Él les respondió: —¡Muy buenos días, amigos! ¡Bienvenidos! Y los hizo entrar en la casa.
Al llegar a Ecbatana, Tobías le dijo al ángel: «Azarías, amigo mío, llévame enseguida a la casa de nuestro pariente Ragüel». El ángel así lo hizo, y cuando llegaron a la casa, Ragüel estaba sentado junto a la puerta. Tobías y el ángel lo saludaron, y él les contestó: —¡Buenos días, amigos! ¡Bienvenidos! Y los invitó a entrar en su casa.