Cuando entres en la habitación nupcial, toma el hígado y el corazón del pescado, y colócalos sobre las brasas en que se quema incienso. El olor se esparcirá; y cuando el demonio lo huela, saldrá huyendo y nunca más volverá a su lado.
Si así fuera, cuando entres al cuarto con ella, toma un poco del hígado y del corazón del pescado. Échalos en el hornillo del incienso para que se quemen. Cuando el humo llene la habitación, el demonio saldrá huyendo, y nunca más se acercará a Sara.