Tobit le contestó: —Gabael me dio un recibo firmado, y yo le di un comprobante firmado también. Luego partí éste por la mitad, y cada uno tomó una parte. Yo puse mi parte con la plata. ¡Y pensar que ya hace veinte años que dejé ese depósito! Ahora, hijo, busca un hombre de confianza que te acompañe, para que vayas a recuperar ese dinero. Le pagaremos lo que sea hasta que vuelvas.
Yo le dije: —Gabael y yo firmamos un documento, lo partimos en dos y cada uno guardó una parte. Yo puse mi parte junto con la plata. ¡Hace ya veinte años que la dejé guardada! Ahora, hijo mío, busca a un hombre de confianza que vaya contigo para recuperar esa plata. Dile que le pagaremos por cada día que dure el viaje.