»Evita toda inmoralidad sexual, hijo mío. Y, ante todo, escoge una esposa de tu misma parentela. Somos descendientes de profetas, así que no te cases con una extranjera, con una mujer que no sea de la misma tribu de tu padre. Acuérdate, hijo mío, de Noé, de Abraham, de Isaac y de Jacob, nuestros antepasados lejanos: todos ellos se casaron con mujeres de su misma parentela, y Dios los bendijo en sus hijos, y sus descendientes serán dueños de la tierra que Dios les prometió.
»Hijo mío, cásate con una mujer israelita, y no con una extranjera. Recuerda que somos descendientes de profetas. Nuestros antepasados, Noé, Abraham, Isaac y Jacob, se casaron con mujeres que eran familiares de ellos, y Dios bendijo a sus hijos, y sus descendientes heredarán la tierra. Ama a todos los israelitas, pues son tus compatriotas. »No te creas superior a nadie. La recompensa de los orgullosos es la ruina, y nunca viven tranquilos. A los perezosos les espera la pobreza, y pasarán hambre.