Trátame como mejor te parezca. Manda que me quiten la vida, para que yo desaparezca de este mundo y me convierta en tierra. Prefiero morir a seguir viviendo. He tenido que aguantar injurias y calumnias, y tengo una gran pena. ¡Señor, líbrame de esta angustia! Déjame ir al lugar del eterno descanso. Señor, no me vuelvas la espalda. Prefiero morir a pasar tantas angustias en mi vida y tener que escuchar tantos insultos.»
Castígame como quieras: si quieres matarme, ¡mátame! Así me iré de este mundo, y volveré a ser polvo. »¡Prefiero morir que seguir escuchando tantos insultos, pues me llenan de tristeza! »Dios mío, ¡líbrame de este sufrimiento! No me des la espalda. ¡Déjame ir al mundo de los muertos! ¡Prefiero morir que seguir aguantando tanto sufrimiento! ¡Prefiero morir que seguir escuchando tantos insultos!»