Entonces extendió los brazos hacia la ventana y dijo: «Alabado seas, Dios compasivo; alabado sea tu nombre por siempre; que todo lo que has creado te alabe eternamente.
Luego Sara fue hacia la ventana, y levantando sus brazos hizo esta oración: «Bendito seas por siempre, Dios de amor; ¡bendito sea tu nombre! ¡Que toda tu creación te alabe para siempre!