Pues bien, Tobit, mientras tú y Sara oraban, yo presentaba sus oraciones ante la presencia gloriosa del Señor, para que él las tuviera en cuenta. Y lo mismo hacía yo mientras tú enterrabas a los muertos.
Cuando Sara y Tobit oraron, yo llevé sus oraciones ante la presencia del Dios todopoderoso. Le conté a Dios que tú, Tobit, no soportabas ver los cadáveres de tus compatriotas tirados en la calle, sino que los levantabas y los enterrabas.