Y añadió: —¡Alabado sea Dios, alabado sea su glorioso nombre! ¡Alabados sean todos sus santos ángeles! ¡Que su glorioso nombre sea alabado por toda la eternidad! Porque él me castigó, pero luego tuvo compasión de mí, y ahora puedo ver otra vez a mi hijo Tobías.
y alabó a Dios con estas palabras: «¡Bendito sea Dios! ¡Bendito sea su gran poder! ¡Benditos sean sus santos ángeles! ¡Alabado sea Dios por siempre! Aunque me castigó, tuvo compasión de mí y me permitió ver a mi hijo».