El castigo que habían merecido los llevó a este extremo y les hizo olvidar lo sucedido; por esto, sufrieron los tormentos que faltaban todavía para completar el castigo.
Se les olvidó el castigo que acababan de recibir, y salieron corriendo tras la peor de sus desgracias. Así se completó el castigo que habías preparado para ellos.