El alfarero pensó que la vida es un juego, y la existencia, un mercado para obtener ganancias. Dijo: «De todo, hasta del mal, hay que valerse para hacer dinero.»
Ese alfarero piensa que la vida es un juego y un negocio para conseguir dinero. Por eso dice: «Hay que valerse hasta del mal para conseguir mucho dinero».