Si con la belleza de esos seres tanto se encantaron que llegaron a tenerlos por dioses, deberían comprender que mucho más hermoso es el Señor de todos ellos, pues él, el autor de la belleza, fue quien los creó.
Tan bellas les parecieron esas cosas que las consideraron dioses. Debieron haber sabido que más bello y hermoso es nuestro Dios, quien hizo todo lo que ellos adoran. ¡Dios es el creador de todo lo que es bello y hermoso!