¡Pero qué desgraciados son los que llaman dioses a cosas hechas por los hombres, a objetos de oro y plata, artísticamente trabajados, a figuras de animales, a una piedra sin valor, tallada hace mucho por un escultor, pues ponen su esperanza en cosas muertas!
¡Qué lástima me dan los que consideran dioses a objetos que hicieron ellos mismos! ¡Qué lástima me dan los que tienen por dioses a objetos de plata y oro, a figuras de animales y a piedras talladas que no tienen nada de valor!