Mientras que a nuestros enemigos les envías mil castigos, a nosotros nos corriges, para que a la hora de juzgar a otros pensemos en tu bondad, y cuando nos toque ser juzgados esperemos tu misericordia.
A nuestros enemigos no les envías castigos tan duros. Así nos enseñas a ser bondadosos con aquellos a quienes tenemos que juzgar. Quieres que seamos misericordiosos como tú lo eres con nosotros.