Cuando las naciones se unieron para hacer el mal y fueron confundidas, la sabiduría escogió a Abraham, hombre justo, lo conservó irreprochable ante Dios y lo mantuvo fuerte a pesar del amor que sentía por su hijo.
Tiempo después, las naciones se unieron para hacer el mal, y Dios las llenó de confusión. Pero la sabiduría eligió al justo Abraham, y lo llenó de valor para ser bueno y obediente a Dios. Fue también ella quien le dio fortaleza a Abraham cuando Dios le pidió sacrificar a Isaac, su hijo amado.