Pero este sacrificio que te ofrecemos hoy, con corazón afligido y espíritu humillado, acéptalo tú como si fuera un holocausto de carneros y novillos, y de miles y miles de corderos gordos, para que te podamos seguir íntegramente, porque los que confían en ti no quedarán en ridículo.
»Pero ahora estamos arrepentidos y nos humillamos ante ti con sinceridad. Por favor, considera nuestro arrepentimiento como si fuera una gran cantidad de ofrendas presentadas en tu honor.