Porque tu poder no depende del número, ni del valor de los hombres tu fuerza. Tú eres el Dios de los oprimidos, el protector de los humillados, el defensor de los débiles, el apoyo de los abandonados, el salvador de los que no tienen esperanza.
»Tu poder no radica en los grandes ejércitos; tu fuerza no depende de los bravos soldados. Tú eres el Dios de los humildes, defensor de los débiles, protector de los indefensos. Tú cuidas de los abandonados y salvas a los que no tienen esperanza.