Él no nos ha sometido a la prueba del fuego como a ellos, ni nos trata así por venganza; cuando él castiga a los que se acercan a él, lo hace para corregirlos.
Dios les mandó esas pruebas para que ellos fueran mejores personas, y lo mismo está haciendo con nosotros. ¡De ninguna manera quiere vengarse de nosotros!