»Hoy en día no hay nadie entre nuestras tribus, familias, provincias o ciudades, que adore dioses hechos por los hombres. Esto sucedió en tiempos pasados,
»Tenemos una ventaja: hace mucho tiempo que ninguno de nosotros adora a esos dioses falsos que la gente fabrica. ¡En todo el país no hay nadie que adore a los ídolos! Nuestros antepasados sí lo hicieron,