Cuando yo regrese de la batalla, recibirás el castigo que te mereces. Mis soldados y mis ayudantes te clavarán sus lanzas, y te partirán con sus espadas. Por ahora te dejaré con vida, pero mis ayudantes te llevarán a la montaña y te dejarán en una de esas ciudades. Allí sufrirás la muerte junto con los israelitas.