Pero si no hay maldad en este pueblo, Su Excelencia debe dejarlos en paz; de lo contrario, el Señor su Dios saldrá en defensa de ellos, y nosotros quedaremos en ridículo delante de todo el mundo.»
Pero si no han pecado contra su Dios, será mejor que usted los deje en paz. Porque si usted los ataca, el Dios de ese pueblo los defenderá, y al vernos derrotados todo el mundo se burlará de nosotros».