Dios permita que esto sea para gloria eterna tuya y te colme de bienes, porque con su ayuda expusiste tu vida para salvar a nuestro pueblo de la opresión y librarnos de la catástrofe, llevando a buen término tus planes. Y todo el pueblo añadió: —¡Así sea! ¡Así sea!
Que Dios te dé muchas riquezas, y permita que tu nombre sea también recordado, porque pusiste tu vida en peligro para librarnos de nuestros enemigos. ¡Gracias a Dios que pudiste llevar a cabo tu plan!» Y toda la gente gritó: ¡Amén! ¡Amén!