Yo, esclava de Su Excelencia, soy una mujer piadosa que sirve al Dios del cielo día y noche. Yo me quedaré con Su Excelencia; todas las noches saldré al valle a orar a Dios, y él me dirá cuando los israelitas hayan cometido su pecado.
»Aunque sólo soy su humilde esclava, si usted me lo permite me quedaré aquí. Como soy una mujer que obedece y adora al Dios del cielo, cada noche iré al valle a orar. Allí le pediré a mi Dios que me haga saber el momento en que los israelitas cometan ese pecado.